miércoles, 5 de mayo de 2010

DOSCIENTOS AÑOS DE SOLEDAD


Cuando Néstor Kirchner cruzó el amplio Salón donde se realizaba la Cumbre de Presidentes para ir a jurar como primer Secretario de la Unasur, alguien nos susurró: “Miralo bien, está dejando atrás 200 años de soledad”.

Nos conmovió esa imagen, busqué los ojos de los otros y era así nomás.

Las miradas suelen decir más que los discursos. Y allí estaban todos desbordados de emoción.

En el mandato original de los próceres de América, la idea de libertad se proclamaba desde una misma identidad americana.

San Martín y Bolívar no montaron los caballos de la historia para consolidar la balcanización del continente, sino para procurar su unión.

Desenvainaron sus sables para liberar y concretar el sueño de la Patria Grande.

Decía José Martí: “Nunca en las cosas de América pensó San Martín en un pueblo u otro, como entes diversos. En el fuego de su pasión, él no veía en el continente más que una sola nación americana”

Ese mismo espíritu fue el que ayer dominó la Cumbre de Naciones Suramericanas.

Los presidentes sabían que llegar a un acuerdo para elegir un solo Secretario General, no era cuestión de reglamentos.

Era la prueba de amor para sellar la definitiva unidad entre los gobiernos y los pueblos de América del Sur.

Y lo lograron, en un día histórico.

Rafael Correa, de Ecuador, enfatizó: “Sabemos que la Unasur precisa de una personalidad con mucho peso, experiencia y liderazgo en la región para ocupar el cargo. Estamos cerrando filas con la historia. Que las futuras generaciones recuerden este día”.

Lo siguió Lula, el presidente de Brasil, diciendo que Kirchner consolidará la unidad suramericana por que “está cien por ciento apto para hacerlo”

El presidente boliviano, Evo Morales, no ocultó su emoción y gratitud para con Kirchner, al que llamó “Primer Presidente de Suramérica”, para orgullo de los argentinos.

Pepe Mujica votó en el mismo sentido, conflicto del río Uruguay mediante, nombrando a los presentes como “Compatriotas de la Patria Grande”

Todos los mandatarios hablaron con el mismo idioma emancipador.

Las palabras de Hugo Chávez tuvieron una elocuencia singular al relatar que Kirchner se ganó el corazón de América Latina cuando en la Cumbre de Mar del Plata, en el 2005, el entonces presidente argentino se dirigió a George Bush para espetarle:

“Acá no nos vengan a patotear”, en respuesta al acoso del gobierno de los EE.UU. por querer imponer “su” tratado de libre comercio llamado “Alca”.

“Con la excelente dirección de aquella Cumbre, Kirchner representó la dignidad de nuestros pueblos”, afirmó Chávez.

Por esos caminos de entendimiento profundo anduvo la Unasur. Resolviendo la ayuda humanitaria a Chile y Haití, el rechazo a la ley de inmigración del estado de Arizona, EE.UU., que criminaliza a las personas migrantes y, con total firmeza, reafirmando la condena al golpe en Honduras y la defensa de la Causa de Malvinas.

No hay pedagogía más expresiva que la que escriben los pueblos: ayer se mostró en pantalla partida a los presidentes de Unasur y la detención del jefe civil del genocidio, Martínez de Hoz. Estaba todo dicho.

Es ahora o nunca, como decía Perón.

América anda al galope por estas tierras del sur. En su piel está la huella de San Martín, pero también la de Rivadavia traicionándolo.

Hoy los nombres son otros, pero los enemigos de la unidad no están afuera del continente. Están adentro de él. Son los que ayer salieron a vociferar sus odios y resentimientos contra Kirchner, es decir contra la Unasur.

Importa saber quiénes son.

Los que amenazan cortar las rutas y ocupar con piquetes las avenidas en los festejos patrios. Los que ponen el dinero por encima de la patria.

Importa saberlo. Tener memoria, para no repetir tragedias.

No celebrar el presidio de Martínez de Hoz, sino la verdad y la justicia que lo llevan al presidio.

Importa celebrar el tratamiento de los diputados sobre los nuevos derechos civiles para todos los ciudadanos.

Importa “que no haya soledad”, como dice la canción que ayer se volvió a cantar.


Jorge Giles. El Argentino, 5 de mayo de 2010
http://www.elargentino.com/nota-89534-Doscientos-anos-de-soledad.html

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