domingo, 16 de mayo de 2010

CUESTA ABAJO EN MI RODADA

El tango se llama Cuesta abajo. Lo canta Carlos Gardel, el Zorzal criollo, nuestro gran mito nacional.
Se adelantó a su tiempo junto a Alfredo Le Pera, el poeta que le ponía palabras a sus melodías para terminar siendo entre ambos, las alas de un mismo pájaro cantor.
Hay que hacer volar la imaginación, ya que hablamos de pájaros, para entender la melancolía de la ciudad en este domingo de mayo.
Y hay que leer los diarios de la mañana para advertir la noticia que sacude hasta el último rincón de Buenos Aires, que la estremece de miedo, la llena de vergüenza y de zozobra, la deja casi huérfana y con un bache que no tiene arreglo por lo que se lee.
Estamos hablando, claro está, del procesamiento judicial al jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri.
Un juez empieza a comprobar que las denuncias sobre el espionaje a vecinos de la ciudad y sus alrededores, tienen bases ciertas y comprobables. Y que uno de los partícipes necesarios de la asociación ilícita se llama Mauricio Macri.
Asociado a su amigo y dependiente fiel, el ex jefe de la nonata policía metropolitana ex comisario Fino Palacios, al espía Ciro James, al ex ministro de educación Narodowski y otros miembros afines para pinchar teléfonos y escuchar, por ejemplo, a los familiares de las víctimas de la AMIA, uno de los peores atentados terroristas en la historia argentina.
Usted se estará preguntando:
¿Renunciará al cargo?
¿Se despedirá de la candidatura presidencial para el 2011?
¿Dará al menos un paso al costado solicitando una licencia sin goce de haberes hasta demostrar que todo es una burda mentira?
“Conoceréis a los hombres de buena voluntad por su temple en las desgracias”, dice un proverbio de la antigüedad.
Si así resulta cierto, Macri seguro que responde a estos tres interrogantes que se hacen por estas horas los ciudadanos de a pie, con un rotundo “sí” y solamente “sí”. Demostraría entonces que no se hace la víctima como algunos le enrostran, sino que es una víctima en serio de alguna conjura cósmica que lo eligió como blanco.
Pero si tal como preanuncia, responde a todo que “no”, que no renunciará, que no abandonará ninguna candidatura y tampoco pedirá licencia para entrar libre de ataduras al campo de batalla contra los feroces leones que lo atacan, entonces, agarrate Catalina de Buenos Aires, porque esos buenos muchachos que mencionamos, realmente están en graves problemas.
Si este es el escenario que elije el jefe de gobierno porteño, será como verlo al mismísimo Satanás, a Drácula, a Frankestein y al Petiso Orejudo, todos juntos, queriéndonos hacer creer que son víctimas de sus propias víctimas.
Cierre los ojos y véalos cantar en un show montado para la ocasión por el Grupo Clarín, los versos más versos que nunca, del tango Cuesta abajo:
“Si arrastré por este mundo, la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser, bajo el ala del sombrero cuántas veces embozada una lágrima asomada yo no pude contener…Ahora, cuesta abajo en mi rodada, las ilusiones pasadas ya no las puedo arrancar, sueño con el pasado que añoro, el tiempo viejo que lloro y que nunca volverá…”
Es tan burda la maniobra de victimización y politización de un hecho que es claramente delincuencial, que cada aparición pública de algunos de los acusados, sólo refuerza la idea de la culpabilidad.
No hay peor inseguridad que la que viene del Estado, en cualquier parte que sea. Y ese es el temor de los porteños por estas horas. Saber que el jefe de la ciudad también formaba parte de la red de espías donde cotizaban sus subordinados.
¿Se acuerda lo que decía Macri en la plataforma del Pro para el 2007 hablando de la seguridad?
Repasemos juntos una columna del diario La Nación, del miércoles 12 de julio de 2006:
“La seguridad es otro de los puntos fuertes. El Pro pide promover juicios sumarios para casos de flagrancia y juicios por jurados para algunos delitos. Impedir la permanente tendencia a facilitar las excarcelaciones”
¿No estaría bueno hacerlo ahora?



Jorge Giles. El Argentino, 16 de mayo de 2010

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