El proyecto de nación que gobierna la Argentina se maneja con los tiempos que le otorgó la historia.
Se sabe y siente heredero de las mejores páginas escritas por el movimiento nacional y popular cada vez que contó con un gobierno consecuente con los intereses de las grandes mayorías.
Y no quiere defraudar esa historia.
En esta primera definición se deberá entender la decisión oficial de avanzar en la puesta en acción y en derecho, de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual aprobada por el Parlamento.
Lo que se dice habitualmente, sin prisas pero sin pausas.
Si los opositores amenazan con no nombrar sus representantes en la Autoridad de Aplicación, como afirmó ayer el diputado radical Oscar Aguad, allí está el diputado Agustín Rossi para responderle que este tren no se detiene y sigue su marcha, con los opositores o sin ellos.
En esta circunstancia puntual, que en realidad es un repique de lo que viene sucediendo en los últimos tiempos, se puede leer la génesis de este proceso político.
Hoy gobierna un proyecto de país, más que un partido o factoría partidaria. Hay un modelo en desarrollo, con un equipo que ejecuta la agenda de gestión cual si fuese una hoja de ruta delineada en base a principios y resultados a alcanzar.
No hay barquinazos en función de la coyuntura. Hay un norte señalado y hacia él se avanza con decisión y voluntad política.
Pero ¿qué me cuentan de la oposición radical?
Practican un abstencionismo de derecha.
Recordemos que el padre del radicalismo, Leandro N. Alem, acuñó la frase que titula nuestra nota de hoy, como un mandamiento fundante del partido centenario que heredó después Hipólito Irigoyen.
Ante la oligarquía conservadora de fines del siglo 19 y principios del siglo 20, se abstuvieron de participar en procesos electorales o de contubernio, cuantas veces creyeron necesario hacerlo. Eran la fuerza del cambio social.
Hasta que llegó el peronismo, inaugurando un tiempo cultural y un ciclo político que, con sus virtudes y defectos, con sus afirmaciones y sus contradicciones, sigue demostrando que está vivito y coleando.
Pero volviendo al concepto de intransigencia y abstención del radicalismo original, hay que decir que el mismo se nutría de un impulso revolucionario y transformador.
Como el kirchnerismo hoy.
Y esa es la patética diferencia con esta abstención del partido de Gerardo Morales y Oscar Aguad, que participan en la defensa de los intereses de los monopolios de la comunicación y se abstienen de hacerlo en las sesiones parlamentarias y en los ámbitos donde la democracia defiende los intereses populares.
Por ese camino, se quedarán cada vez más solos de pueblo y más llenos de oligarquías. Allá ellos.
Cuánto podrían aprender del socialismo que lidera Jorge Rivas, quien al asumir ayer la Secretaría General de su partido, llamó “a construir un partido fuerte que ayude a profundizar los cambios mientras se trabaja en el armado de una herramienta moderna y auténticamente revolucionaria”
Cuánto deberían escuchar al socialista Oscar González afirmando que “el socialismo es una organización políticamente autónoma, que colabora con el Gobierno nacional en la medida en que la mayoría de sus políticas públicas son coincidentes con los valores y principios socialistas”
Es evidente que ese radicalismo de comité prefirió perpetuarse en una foto con el genocida Luciano Benjamín Menéndez antes que abrir las ventanas de su propia historia. Para que entre aire nuevo, al menos.
La derecha sí que es coherente cuando gobierna. Lo hace reprimiendo, espiando y calumniando.
El reclamo de interpelación a Mauricio Macri y la renuncia de ministros que ayer hicieran los docentes porteños por el espionaje a familiares de las víctimas del atentado a la AMIA y a trabajadores de la educación, lo demuestra con escandalosa elocuencia.
Ojala que para remediar tanto bochorno opositor, un gol de Martín Palermo o de quien sea, esta noche nos prolongue la alegría de gritar como Dios y la Ley de Comunicación mandan.
Jorge Giles. El Argentino. 14.10.09
http://www.elargentino.com/nota-61743-Que-se-rompa-pero-que-no-se-doble.html
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