Los domingos fueron hechos para compartir nuestras cuitas y alegrías.
Con un sol brillante o con nubes y lluvias, se dominguean los amigos, la familia, los amores y desamores, los compañeros, los que están cerca y los que nunca más.
¿Me dejas que te cuente por qué estamos contentos este domingo? Por que ya tiene media sanción de Diputados la nueva Ley de Comunicación de la democracia.
Y vos dirás quizás “¿Y a mi qué?”
A vos todo. Es para vos la Ley. Es para que ya no tengas que estar aprisionado de las telarañas discursivas de los politiqueros apañados por los grandes medios y mucho menos de los finos charlatanes de esos grandes medios que pontifican desde una pantalla televisiva, un micrófono de radio y la prosa florida de un “gran diario”, el reino de un “cielo” que les pertenece.
Si habláramos con los ángeles, como lo hace Silvio Rodríguez, nos contarían que esos cielos monopolizados se reconocen de lejos por el cartel luminoso de la entrada: “Prohibido pasar. Propiedad privada”
Pero hasta los ángeles saben que ni el cielo ni los cursos de agua tienen propiedad. Son de la humanidad, son de todos.
Las ondas que circulan allá arriba como el agua acá abajo, son de todos y hay que defenderlos para que no se las lleven.
¿Me dejas que te cuente entonces?
Cuando se debata en el Senado, sería bueno que los miremos juntos, que escuchemos a los señores senadores con sus argumentaciones y fundamentos, que observemos sus rostros y que nos alegremos con ellos al final como nos alegramos con la muchachada que abrazaba al diputado Agustín Rossi y a la revelación de la noche, la jujeña Maria Carolina Moisés.
Están alborotados los poderosos. Pero no hay que festejar antes de tiempo. No hay que subestimarlos. Hay que dormir con un ojo abierto y un ángel al lado.
¿Me dejas que te cuente por qué? Por que estos tipos, son capaces de todo. Habría que hacer un curso rápido de historia en estos días y recordar que la derecha no rimó nunca con la democracia, mucho menos si se pone en autocracia, aristocracia, mitómanocracia, monopoliocracia.
Por eso hay que estar contentos, pero en alerta, siempre.
Vienen de cometer tantas torpezas que uno teme que en la atropellada cometan un foul por jugar a destiempo. ¿Vieron el reloj que pusieron en una de sus pantallas de TV? Presionan con el tic-tac para que la Ley corra más rápido que el dibujito animado del correcaminos. ¿Pero acaso no clamaban, maldecían, exigían que la Ley se quede quietita donde estaba, que nadie la discuta, que nadie la mueva, que nadie diga nada ni la apruebe? ¿No era que se fueron del recinto por que impugnaban la sesión?
¿Son farsantes o están acorralados?
La democracia es buena y generosa pero se pone brava cuando descubre que la acosan y la desprecian.
Los opositores de derecha cometieron un indigno acto para su investidura al cambiar el Honorable Congreso por un estudio televisivo. Hay que remontarse hasta el comportamiento de los conservadores del voto calificado para encontrar algún parentesco con estos señores diputados.
¿Me dejas que te cuente por qué lo decimos? Por que están cometiendo un crimen de lesa democracia. Están diciendo que el Proyecto enviado por una Presidenta elegida por el voto popular mayoritario, inspirado en la democracia participativa ejercida por miles de ciudadanos y ciudadanas, por trabajadores y pueblos originarios, por empresarios y artistas y periodistas de verdad, es decir, honestos piensen como piensen, semejante proyecto democrático, dicen los opositores, peca de procedimientos antireglamentarios. ¡Cuando del otro lado no está Juan Bautista Alberdi para aplaudirlos, sino los genocidas de Videla y Martínez de Hoz!
Vendieron su alma al diablo. No hay excusa posible para tanto desatino.
Pero estamos contentos en el preludio de un concierto de voces plurales como el que vendrá desde el día después de la sanción de la Ley
Y gracias por dejarnos compartir juntos el último domingo, antes de la primavera.
Jorge Giles. El Argentino. 20.09.09
No hay comentarios:
Publicar un comentario