Habló la
Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en la reapertura del Cine Gaumont,
el cine del INCAA, el cine nacional, popular y democrático, el cine de los argentinos.
Y mientras
la vemos a la flamante abuela, la cabeza vuela hasta su origen primero, el de
los sentimientos.
A fines de
los años 80 del siglo pasado se estrenaba a nivel mundial “Cinema Paradiso” la
película de Giuseppe Tornatore, con música de Ennio Morricone y la brillante actuación
de Philippe Noiret y Salvatore Cascio, entre otros.
Debo
confesar que aún sigo llorando cada vez que la veo.
Pero en
aquel entonces, en los años noventa, la trama de esa historia filmada era
nuestra propia trama, la de los cines de barrio que se cerraban ante el avance
del neoliberalismo; como se cerraban las escuelas, las fábricas y los hospitales.
Perdón por
la sinceridad y el subjetivismo, pero debo confesar que volver a ver hoy: “Un
lugar en el mundo”, “Lugares comunes”, “La Tregua” y “Cinema Paradiso”, son
como una invitación a comer los ravioles o el asado en el patio de mi Vieja un
domingo cualquiera.
Son nombres
y apellidos de un arte mayor, si los hay.
Lo cierto
es que el calendario avanza, nació Néstor Iván y la Presidenta de los 40
millones de argentinos se da el gran gusto de anunciar en un lugar de cultura,
que la campaña agrícola granaria del presente período 2012-2013, constituye un
nuevo récord histórico. Son 105,4 millones de toneladas, principalmente maíz,
la resultante de un proyecto de país que apuesta a la industrialización tomada
de la mano de la producción agrícola.
Desde ese
lugar de ensueños, como es un cine, como es un teatro, la Presidenta se hizo un
hueco para compartir con todos su felicidad personal y familiar y juntarla con
la puesta en valor de la producción audiovisual, con el trabajo de sus actores
y operarios y hasta con la venta récord en la historia de autos usados, como
una forma más de demostrar que estamos en un país con movilidad social ya que
millones de argentinos pueden, por primera vez, comprarse el primer auto que
los lleve hasta la luna que cae romántica sobre la costa del río, del mar o de
la laguna Chascomús.
Por eso
decimos que en esta Argentina nunca cerraría Cinema Paradiso. Se reabriría como
lo hizo ayer el Cine Gaumont.
Por eso mismo,
el país real es el que trabaja día y noche y es también el que está de
vacaciones a lo largo y ancho del país.
Dese una
vuelta por el centro, en la ciudad que fuera; y dese una vuelta por la calle
Corrientes en la porteña ciudad. Verá miles y miles de pibes y pibas con sus
padres disfrutando del receso invernal. ¿Hace cuánto que esto no pasaba?
O sea.
Seamos felices,
lo demás no importa nada.
El Argentino, miércoles 17 de julio de 2013
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