Es hora que
empecemos a saber en serio de los hombres y mujeres que vamos a tener que votar
en dos domingos más.
Del lado
del kirchnerismo, nos adelantamos a decir que quizá alcance con mirar diez años
para atrás para conocer el recorrido y la marca de esa propuesta política.
Para
completar la mira panorámica, sugerimos pararnos al final de ese recorrido que
hizo el kirchnerismo en el gobierno, pararnos hoy por ejemplo, para pronosticar
lo que haría el kirchnerismo de aquí a diez años hacia delante.
Quizá
ocurra lo mismo con la oposición.
¿Qué
hicieron de bueno a favor de la gente en estos años? ¿Qué propusieron?
¿Cómo
gobernaron cuando fueron gobierno con Menem, Duhalde o De la Rúa?
¿Gobernaron
para el pueblo o para los enemigos del pueblo?
Y más acá
en el tiempo: ¿Qué legislaron cuando tuvieron quórum y dominaban la agenda en
el Congreso Nacional con el Grupo “A”?
Cortito y
al pie: tuvieron entonces mayoría parlamentaria y no aprobaron ni una ley a
favor de la gente. Ni una.
Pero irrumpió
Sergio Massa al abrigo del Clarín y parecía que por fin el poderoso grupo de
Magnetto cubría el casillero del gran opositor a la década ganada.
Se presentó
en sociedad como el dirigente pos moderno de un peronismo que venía a respetar
lo bueno que hizo el gobierno kirchnerista y corregir lo que no se hizo o se
hizo mal. Esa fue su primera marca. La segunda fue “ondas de amor y paz”.
“La gran
Capriles” le dicen.
Pero hete
aquí que la estrategia se hizo añicos en apenas un par de días; no por un
contraataque del kirchnerismo, sino por obra y gracia del propio opositor
Sergio Massa.
El
peronismo aborrece de Mauricio Macri como Macri aborrece del peronismo. Son el
agua y el aceite en cualquiera de sus variantes. Sin embargo, Massa acuerda
listas con Macri y después lo niega porque le espanta votos peronistas.
¿Qué hizo
Macri? Defendió el acuerdo con Massa porque se quedó sin proyecto en la
provincia de Buenos Aires.
Es un
escándalo.
¿Y las
ondas de “amor y paz” cómo se explican con Graciela Camaño pegándole un sopapo
al que se le ponga enfrente? Resulta que ahora nos enteramos que Camaño y su
esposo, el sindicalista Luis Barrionuevo, el que dijo que era recontra
alcahuete de Menem, son los responsables de la fiscalización de mesas de Sergio
Massa.
Hay más:
Días atrás
Massa participó como invitado de un programa de la farándula.
Cuando le
dieron a elegir entre el diario Página 12 y Clarín, eligió Clarín sin titubear.
Y cuando
tuvo que optar entre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff y la presidenta de los argentinos, eligió
Dilma en lugar de Cristina.
Por lo que
se ve, Massa no lee las noticias pero tampoco lee su propio DNI.
¿Será argentino
al menos?
El Argentino, lunes 29 de julio de 2013
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