Hoy
es miércoles de ceniza.
Pero
ayer, cuando aún era Carnaval ¿cuántos autos volvían por las rutas que unen
Buenos Aires con la costa marítima? ¿Y cuántos ómnibus cargados de turistas
volvían desde Las Grutas, Bariloche y otros pueblos de la Patagonia? ¿Y cuántos
vehículos regresaban desde la fiesta del Carnaval en Entre Ríos, en Tilcara, en
Salta o la Fiesta de la Chaya en La Rioja?
¿Y
cuántos vecinos y vecinas de Buenos Aires participaron de los corsos porteños?
Toda
respuesta implica hablar de decenas de miles y con un total a nivel país que
supera largamente las dos millones de personas.
Esta
es la Argentina real, la que cree, la que participa, la que avanza, la que
consume, la que recuperó la alegría y el trabajo.
Pero
hay un costado oscuro, tenebroso, mentiroso, cínico, que también forma parte de
este país que crece pese a ellos y del que hay que dar cuenta.
Fíjese
esta secuencia horaria de un nuevo suceso opositor.
Ayer,
cerca de las 12 h del mediodía surgió una información, supuestamente iraní, que
negaba la posibilidad siquiera que los altos funcionarios de Irán fueran a ser
indagados, según lo afirmado oportunamente por el canciller Héctor Timerman.
¡Para
que!
Como
una jauría ansiosa de venganza los principales lebreles de la oposición,
encabezados por Eduardo Amadeo del peronismo de derecha, Ernesto Sanz, Gerardo
Morales y Gil Lavedra del radicalismo, Elisa Carrió, más Victoria Donda y
Gerardo Milman del espacio de Hermes
Binner y Laura Alonso del PRO, ( o sea,
el partido de Macri que nombró jefe de la metropolitana a uno de los acusados
por encubridor del atentado a la AMIA, el ex comisario Fino Palacios) salieron
a pedir que se retire el proyecto enviado por la Presidenta al Congreso y la
renuncia del canciller.
La
jerarquía de la DAIA y de la AMIA declaraba con distinto tono igual oposición a
la indagatoria de la justicia argentina en Irán.
Las
páginas de Clarín, La Nación y la pantalla de TN batían el mismo parche
opositor.
Aproximadamente
a las 14 h el canciller iraní, Ali-AkbarSalehi,
salió públicamente a desmentir la información y en consecuencia a ratificar el
Memorándum de entendimiento firmado entre Irán y la Argentina.
Orsay
absoluto para todos los que participaron de la opereta política y mediática
opositora.
Se
fueron de boca nuevamente al compás de lo que publican los medios.
Como
si no tuvieran vida fuera de lo que dicta el Grupo Clarín.
Pero
hete aquí, y esto es grave, que pese a que la noticia era falsa, siguieron
afirmándola como si nada hubiese sucedido.
Este
oportunismoopositor es francamente repudiable.
Hay
muertos y hay familiares que respetar. Un poco de pudor, por favor.
El Argentino, miércoles 13 de
febrero de 2013
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