miércoles, 2 de marzo de 2011

La construcción de la certeza



La Argentina es un territorio de incertidumbre cuando la apartan de su destino histórico.
Pero cuando el proyecto nacional y popular es el que está en el timón del Estado, por mandato de la voluntad del pueblo, la Argentina se torna un país de certidumbres y de sueños.
De estas cosas habló ayer la Presidenta ante el Congreso, al afirmar que se alcanzó en los últimos años "el crecimiento, con inclusión social más importante de la historia".
Destacó el crecimiento de la economía superando la crisis mundial más importante de la que se tenga memoria.
Recordó la figura de Néstor Kirchner al señalar que sentó "las bases de la acumulación económica con inclusión social" y que en el año 2010 "se construyeron las certezas de que ese era el modelo indicado para que Argentina creciera como nunca lo hizo".
En este contexto anunció la ampliación de la Asignación Universal por Hijo a mujeres embarazadas.
La mayoría de los argentinos tienen la certeza de que hoy vivimos en un país mas justo; con asignaturas pendientes, pero un país mejor del que encontró Kirchner el día que asumió como Presidente.
Los datos que brindó la Presidenta acerca de la marcha de la economía, de la cultura, de la educación, de la seguridad, de las relaciones exteriores, del desarrollo social, son más que elocuentes. No son un muestrario de buenas intenciones.
Son una realidad que se puede tocar, gustar, oler, mirar, oír.
Vaya con la parábola de la historia:
La generación de la utopía, es la que vino a construir certezas.
El que quiera negarlas está en todo su derecho, pero tendrá que demostrar verdades de igual o mayor talla para no caer en el absurdo.
De todos modos, si un pueblo y su gobierno construyen las certezas enunciadas ayer por la Presidenta, la oposición quizás identifica el rigor de las suyas, si las tiene, en aquel texto de Jorge Luís Borges (“El idioma analítico de John Wilkins”) en el que relata:
“Esas ambigüedades, redundancias y deficiencias recuerdan las que el doctor Franz Kuhn atribuye a cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al Emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.”
Algunas declaraciones opositoras, así como la barra irrespetuosa de Julio Cobos, son tan desopilantes, que ni el genio de Borges las hubiese imaginado.


El Argentino, miércoles 2 de marzo de 2011

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