La muy renombrada y premiada fotógrafa de la vida silvestre, Sue Flood, declaró a distintos medios periodísticos europeos que no lo podía creer cuando reveló la fotografía de ese pingüino emperador.
Allí estaba él, altivo, orgulloso, de mirada buena y lejana, de pie, firme mirando a la cámara.
Y en su pecho lucía un corazón, dibujado naturalmente entre su plumaje.
“¿Será alguien que nos mandó una señal desde algún rincón de los milagros?”
Preguntó aquí, un esperanzado.
“Es una mera coincidencia de la naturaleza”, afirmó el pragmático.
“Es sólo un truco”, sonrío el escéptico.
Todo es posible, pero en tiempos donde una tragedia como la que sufre el pueblo de Japón, nos conmueve en lo más hondo de nuestra humanidad y donde la mezquindad y la maldad de tanto miserable anda suelta por las calles, es un aliento para la vida ver a este pingüino fotografiado con el corazón pintado sobre su pecho.
Hay que decirlo así, sin falsos pudores.
¿O qué sería de nosotros si no ponemos un poco de buena onda y de ternura?
“Con el corazón se ganan las verdaderas batallas”, dijo Cristina en Huracán.
En una de esas, el pingüino la escuchó.
Y ya que hablamos de la Presidenta, ayer siguió con su agenda habitual de inaugurar obras, empresas, caminos, escuelas, presidiendo un acto en Sunchales, Santa Fe.
Se inauguraba un gran edificio de la Cooperativa SANCOR y la reconstrucción de la Universidad de Rosario, con aportes del Estado nacional.
Hablando del crecimiento económico, dijo la Presidenta:
“No se trata de viento de cola, ni de magia ni de suerte, ya que suerte tienen los vagos y, resultados concretos, tienen los que creen y trabajan todos los días para lograrlo”.
No se porqué, pero muchos nos acordamos de Mauricio Macri.
El jefe del PRO tenía que presentarse mañana viernes ante la justicia por la acusación que pesa sobre él por la actuación de la UCEP en hechos violentos contra vecinos humildes de la ciudad.
Tenía que solucionar el drama de los vecinos que ocupan un predio en Villa Soldati. Tenía que solucionar el problema de las escuelas con obras no terminadas.
Tenía que laudar en la grave crisis interna entre sus delfines, Horacio Larreta y Gabriela Michetti.
Pero el hombre que se tragó el bigotito en su noche de bodas, armó sus valijas y se fue para Washington y París, decidido a superar su propio récord “Guiness” de ausencia del gobierno.
Son ya 200 días desde que asumió, según la legisladora Gabriela Cerruti.
Esta es la dirigencia del PRO.
La misma que expresa el diputado sojero, Alfredo Olmedo, citado por un Juez de La Rioja, acusado de tener en estado de servidumbre y esclavitud en su finca, a 400 trabajadores rurales.
¿Se presentará?
Allí estaba él, altivo, orgulloso, de mirada buena y lejana, de pie, firme mirando a la cámara.
Y en su pecho lucía un corazón, dibujado naturalmente entre su plumaje.
“¿Será alguien que nos mandó una señal desde algún rincón de los milagros?”
Preguntó aquí, un esperanzado.
“Es una mera coincidencia de la naturaleza”, afirmó el pragmático.
“Es sólo un truco”, sonrío el escéptico.
Todo es posible, pero en tiempos donde una tragedia como la que sufre el pueblo de Japón, nos conmueve en lo más hondo de nuestra humanidad y donde la mezquindad y la maldad de tanto miserable anda suelta por las calles, es un aliento para la vida ver a este pingüino fotografiado con el corazón pintado sobre su pecho.
Hay que decirlo así, sin falsos pudores.
¿O qué sería de nosotros si no ponemos un poco de buena onda y de ternura?
“Con el corazón se ganan las verdaderas batallas”, dijo Cristina en Huracán.
En una de esas, el pingüino la escuchó.
Y ya que hablamos de la Presidenta, ayer siguió con su agenda habitual de inaugurar obras, empresas, caminos, escuelas, presidiendo un acto en Sunchales, Santa Fe.
Se inauguraba un gran edificio de la Cooperativa SANCOR y la reconstrucción de la Universidad de Rosario, con aportes del Estado nacional.
Hablando del crecimiento económico, dijo la Presidenta:
“No se trata de viento de cola, ni de magia ni de suerte, ya que suerte tienen los vagos y, resultados concretos, tienen los que creen y trabajan todos los días para lograrlo”.
No se porqué, pero muchos nos acordamos de Mauricio Macri.
El jefe del PRO tenía que presentarse mañana viernes ante la justicia por la acusación que pesa sobre él por la actuación de la UCEP en hechos violentos contra vecinos humildes de la ciudad.
Tenía que solucionar el drama de los vecinos que ocupan un predio en Villa Soldati. Tenía que solucionar el problema de las escuelas con obras no terminadas.
Tenía que laudar en la grave crisis interna entre sus delfines, Horacio Larreta y Gabriela Michetti.
Pero el hombre que se tragó el bigotito en su noche de bodas, armó sus valijas y se fue para Washington y París, decidido a superar su propio récord “Guiness” de ausencia del gobierno.
Son ya 200 días desde que asumió, según la legisladora Gabriela Cerruti.
Esta es la dirigencia del PRO.
La misma que expresa el diputado sojero, Alfredo Olmedo, citado por un Juez de La Rioja, acusado de tener en estado de servidumbre y esclavitud en su finca, a 400 trabajadores rurales.
¿Se presentará?
El Argentino, jueves 17 de marzo de 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario