Desde Rosario, la Presidenta convocó a profundizar el modelo.
Manuel Belgrano y la Bandera nacional fueron el nuevo zurcido de los Festejos del Bicentenario de la Patria.
“Cuando hay que tocar intereses poderosos para poder ejercer la solidaridad con los pobres hay que tomar decisiones que por ahí molestan a los que más tienen, porque si no la solidaridad es solo un ejercicio retórico”
En esa frase presidencial se resume y expresa la épica de esta etapa histórica.
Los diarios del monopolio, en tanto, advertían en sus editoriales la prematura derrota de la oposición.
Quizás por eso, como un estornudo en una catedral, el recambio de cancilleres tronó sobre el escenario de la política.
“Sale Taiana. Entra Timerman”. Anunció el gobierno de Cristina.
Como cuando “sale Tevez y entra el Kun Agüero” en la Selección del Diego.
No es nada grave, sólo un recambio de hombres para mejorar el juego.
Pero claro, los opositores que se quedaron sin libreto, sin reflejos, sin iniciativas, sin creatividad, aprovechan cualquier sonido para desembuchar.
Dan vergüenza ajena. Se inventan un argumento de lo que hace o deja de hacer el gobierno al que detestan.
Son una especie de caranchos de la politiquería.
Llaman “bonito” al que se fue para seducirlo, pero cuando estaba en el nido era parte de lo que había que devorar.
Dan vergüenza ajena. Escriben editoriales. Montan programas especiales. Analizan la quinta pata al gato. Sacan conclusiones disparatadas, desvergonzadas, desfachatadas.
Ya no saben qué decir ni hacer.
Pero mañana asume Héctor Timerman y todo sigue su curso normal.
Es el mismo Timerman que estampó en el rostro de Clarín públicamente los crímenes del monopolio, las torturas a Lidia Papaleo de Graiver para que firme el robo de la noble dictadura sobre Papel Prensa, la picana a su padre por parte de Camps y Etchecolatz, las agachadas de Fontevechia.
Ese hombre será el nuevo Canciller de la República.
Para orgullo del pueblo argentino.
Aunque se atragante más de un poderoso. Y más de un fascista de confección criolla.
Su asunción será el mismo día en que por la tarde jugará la Selección y el “¡Vamos Argentina!” retumbará en la Casa Rosada y en las calles del bajo y en Purmamarca y en Ushuaia.
Mañana sacamos pasaje hacia los octavos de final frente a Grecia.
No se dónde poner tanta alegría. Y ahora mismo, tanta emoción.
Repaso una frase de Mario Benedetti y vuelvo a emocionarme:
“Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses, con la ayuda de la mano divina, es por ahora la única prueba fiable de la existencia de Dios”
Cuando caminábamos por el Paseo del Bicentenario, esa gran Tienda de los Milagros, sentimos lo mismo que el poeta.
“Dios o alguien que se le parece, anda entre nosotros”, pensé entonces.
“¿Te cansaste?” preguntó mi madre luego de volver de caminar tantas cuadras en esos días.
“Nada de nada”, respondí.
“Sácate las alas y vení a comer que se enfría el guiso”, me dijo entre carcajadas.
Hoy es un día para descansar. El consumo de ayer trepó a un nuevo récord histórico.
Los diarios del monopolio dicen que fue por el Día del Padre y nada más que por eso. Y que el arrastre de ventas al por mayor, es por el Mundial.
Como si nos empujaran a sufrir la pesadilla de tener que devolver todo lo comprado el día después de cada celebración.
Quizá es mejor que piensen así. Que se entretengan con sus elucubraciones de la desvergüenza.
Porque mientras ellos hablaban, el Estado Nacional armaba sus carpas frente a las barrancas del Paraná para honrar a Manuel Belgrano con sus regimientos históricos, con la ANSES, con los nuevos DNI, con la Seguridad Vial, con Justicia y Desarrollo Social, Educación, Salud, Trabajo y Cultura.
Es un Estado que vuelve a estar al servicio de los argentinos.
Y una Presidenta que emociona cuando afirma como ayer:
“Los convoco a seguir marchando porque falta construir más bienestar, más educación, más salud…y tengan la certeza que jamás voy a traicionar la defensa irrestricta de los intereses del pueblo y la nación”.
Jorge Giles. El Argentino, 21 de junio de 2010
Manuel Belgrano y la Bandera nacional fueron el nuevo zurcido de los Festejos del Bicentenario de la Patria.
“Cuando hay que tocar intereses poderosos para poder ejercer la solidaridad con los pobres hay que tomar decisiones que por ahí molestan a los que más tienen, porque si no la solidaridad es solo un ejercicio retórico”
En esa frase presidencial se resume y expresa la épica de esta etapa histórica.
Los diarios del monopolio, en tanto, advertían en sus editoriales la prematura derrota de la oposición.
Quizás por eso, como un estornudo en una catedral, el recambio de cancilleres tronó sobre el escenario de la política.
“Sale Taiana. Entra Timerman”. Anunció el gobierno de Cristina.
Como cuando “sale Tevez y entra el Kun Agüero” en la Selección del Diego.
No es nada grave, sólo un recambio de hombres para mejorar el juego.
Pero claro, los opositores que se quedaron sin libreto, sin reflejos, sin iniciativas, sin creatividad, aprovechan cualquier sonido para desembuchar.
Dan vergüenza ajena. Se inventan un argumento de lo que hace o deja de hacer el gobierno al que detestan.
Son una especie de caranchos de la politiquería.
Llaman “bonito” al que se fue para seducirlo, pero cuando estaba en el nido era parte de lo que había que devorar.
Dan vergüenza ajena. Escriben editoriales. Montan programas especiales. Analizan la quinta pata al gato. Sacan conclusiones disparatadas, desvergonzadas, desfachatadas.
Ya no saben qué decir ni hacer.
Pero mañana asume Héctor Timerman y todo sigue su curso normal.
Es el mismo Timerman que estampó en el rostro de Clarín públicamente los crímenes del monopolio, las torturas a Lidia Papaleo de Graiver para que firme el robo de la noble dictadura sobre Papel Prensa, la picana a su padre por parte de Camps y Etchecolatz, las agachadas de Fontevechia.
Ese hombre será el nuevo Canciller de la República.
Para orgullo del pueblo argentino.
Aunque se atragante más de un poderoso. Y más de un fascista de confección criolla.
Su asunción será el mismo día en que por la tarde jugará la Selección y el “¡Vamos Argentina!” retumbará en la Casa Rosada y en las calles del bajo y en Purmamarca y en Ushuaia.
Mañana sacamos pasaje hacia los octavos de final frente a Grecia.
No se dónde poner tanta alegría. Y ahora mismo, tanta emoción.
Repaso una frase de Mario Benedetti y vuelvo a emocionarme:
“Aquel gol que le hizo Maradona a los ingleses, con la ayuda de la mano divina, es por ahora la única prueba fiable de la existencia de Dios”
Cuando caminábamos por el Paseo del Bicentenario, esa gran Tienda de los Milagros, sentimos lo mismo que el poeta.
“Dios o alguien que se le parece, anda entre nosotros”, pensé entonces.
“¿Te cansaste?” preguntó mi madre luego de volver de caminar tantas cuadras en esos días.
“Nada de nada”, respondí.
“Sácate las alas y vení a comer que se enfría el guiso”, me dijo entre carcajadas.
Hoy es un día para descansar. El consumo de ayer trepó a un nuevo récord histórico.
Los diarios del monopolio dicen que fue por el Día del Padre y nada más que por eso. Y que el arrastre de ventas al por mayor, es por el Mundial.
Como si nos empujaran a sufrir la pesadilla de tener que devolver todo lo comprado el día después de cada celebración.
Quizá es mejor que piensen así. Que se entretengan con sus elucubraciones de la desvergüenza.
Porque mientras ellos hablaban, el Estado Nacional armaba sus carpas frente a las barrancas del Paraná para honrar a Manuel Belgrano con sus regimientos históricos, con la ANSES, con los nuevos DNI, con la Seguridad Vial, con Justicia y Desarrollo Social, Educación, Salud, Trabajo y Cultura.
Es un Estado que vuelve a estar al servicio de los argentinos.
Y una Presidenta que emociona cuando afirma como ayer:
“Los convoco a seguir marchando porque falta construir más bienestar, más educación, más salud…y tengan la certeza que jamás voy a traicionar la defensa irrestricta de los intereses del pueblo y la nación”.
Jorge Giles. El Argentino, 21 de junio de 2010
1 comentario:
Gracias Jorge, estos comentarios alimentan el espiritu para seguir y no detenerse en los obstaculos sino sortearlos. Gracias nuevamente desde Rosario.
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