domingo, 6 de diciembre de 2009

EVO DE BOLIVIA, EVO DE AMÉRICA


Hoy se vota en Bolivia. En la Argentina los ciudadanos bolivianos, previamente empadronados, también lo podrán hacer.
Con el alma y la razón, serán millones de argentinos los que estarán empujando el viento del cambio profundo que representa el Presidente Evo Morales.
La historia de amor entre Evo y Cristina y Néstor Kirchner quizá empezó su capitulo definitivo el sábado 15 de noviembre de 2003, en Santa Cruz de la Sierra.
Allí se desarrollaba la XIII Cumbre Iberoamericana, impactada por la crisis recurrente del país hermano.
La nota política fue el largo abrazo del presidente Néstor Kirchner, con apenas 5 meses y medio de mandato, con el candidato presidencial, el indio rebelde Evo Morales.
Frente a ministros y dirigentes sociales presentes, el periodismo captó el preciso momento en que Kirchner lo tomó entre sus brazos y emocionado le dijo, “nosotros te vamos a apoyar en todo, Evo”.
Tres años después, en el 2006, Evo contaba ante la prensa de su país que su amigo y compañero, Néstor Kirchner, le reafirmó el compromiso del gobierno argentino de apoyar sin condicionamientos al pueblo y al gobierno boliviano.
Ocurría en el marco del boicot de las petroleras multinacionales contra Evo.
Y el Presidente Evo contó que Kirchner le dijo textualmente “Evo, si las trasnacionales no invierten en tu país, mi Gobierno lo hará. Y si te sirve y me autorizas, hablaré con los otros presidentes latinoamericanos para que también lo hagan rápidamente”
El conflicto con los separatistas de la derecha, iba creciendo. Evo declaraba: “Qué moral tienen para hablar de un acuerdo nacional quienes operan ilegal e inconstitucionalmente, con métodos racistas y fascistas. Si quieren hablar de reconciliación, que renuncien a sus privilegios, al latifundio”
Y agregaba, “las empresas generalmente sólo están por la plata y no por la patria. Pero yo les advertí y les advierto que si no invierten, nosotros vamos a invertir ahí, acompañados por el Presidente Kirchner que nos dijo: si no tienen plata, llámenme por teléfono e invertimos”
Evo finalizó diciendo: “soy y voy a morir antiimperialista. Una cosa es garantizar la propiedad privada como lo hacemos nosotros. Otra cosa es el neoliberalismo”.
Esa amistad comprometida entre ambos, no nació luego del referéndum que le dio un respaldo de casi el 70 % a Evo el año pasado.
Nació cuando Evo recién asomaba en el firmamento.
El jueves 29 de junio del 2006 Evo y Kirchner presidieron un multitudinario acto popular con la comunidad boliviana en la Argentina.
Fue en Hurlingham, en el conurbano bonaerense, donde sellaron nuevamente acuerdos y esa amistad que perdura.
Evo arrancó su discurso con un emotivo homenaje a los seis oficiales de la Fuerza Aérea Argentina fallecidos trágicamente al regreso del viaje de solidaridad del Gobierno argentino con el pueblo boliviano, encabezado por el ex ministro de salud, Ginés González García.
“Gloria a los hermanos argentinos que perdieron la vida en Bolivia por solidaridad”, dijo Morales, mirando entre lágrimas a Cristina y Néstor Kirchner.
Pero el punto central de esta amistad fraterna quizá sucedió sobre la mitad de septiembre del año pasado cuando la Presidenta argentina llamó de manera urgente a Evo, a Michelle Bachellet y al presidente Lula de Brasil, para pedirles que se convoque de inmediato a todos los mandatarios de la Unasur y evitar que los golpistas sojeros de Santa Cruz de la Sierra avancen sobre La Paz para destituir al gobierno popular y democrático del presidente Evo Morales.
Así se hizo. Y el golpe pasó al olvido.
Esa vez la democracia y las voces consecuentes de la América profunda pudieron evitar lo que no se pudo en Honduras un año después.
Hoy Evo Morales triunfará nuevamente. Y el pueblo boliviano seguirá enarbolando la misma bandera liberadora y de justicia social que aquí enarbola Cristina, mientras la derecha y sus aliados, les ponen inútilmente palos, al carro de la historia de la Patria Grande.


Jorge Giles. El Argentino. 6.12.09

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