lunes, 14 de diciembre de 2009

EL PEZ POR LA BOCA MUERE

Una palabra sincera es una palabra bella. Porque dice la verdad. No agrega nada malo. Ni quita nada. Al pan, pan y al vino, vino.

Una palabra falsa es una palabra fea. Miente. Deforma. Hiere a la verdad o procura hacerlo.

¿Cómo saber distinguir entre una y otra?

Ahí vamos con una guía práctica para andar sin paraguas cuando llueve ácido sobre la esperanza.

1.- Es recomendable buscar los diarios de un año atrás. O si prefiere, seis meses atrás. Volver a leer las predicciones de Carrió y la Mesa de Enlace en Clarín y La Nación afirmando que para noviembre habría un cataclismo en la Argentina. Que no tendríamos ni un trozo de carne para el consumo interno. Que el país se desangraba y quedaba aislado del mundo. ¿Se acuerda?

Solo como un perro solo. Sin nadie que nos tire un hueso. Decían.

2.- Es útil y necesario repasar las decisiones estratégicas que adoptó Cristina en este tiempo y que implican un cambio en la vida cotidiana de todos los argentinos. Ejemplo: la Asignación Universal por Hijo, las mejoras jubilatorias, amparadas por el Estado y sin el saqueo de las “AFJP”, el Plan Argentina Trabaja, que le devuelve la dignidad de un empleo a cientos de miles de compatriotas.

Siga usted con la lista.

3.- Es cierto que una medida positiva aislada en medio de un contexto negativo, otorga el derecho de definir que “aquí no pasa nada”. Pero cuando son tres, veinte, cientos, las medidas que hacen avanzar la historia hacia un estado de justicia ¡ah bueno!, hay que admitir que la tendencia del gobierno es la justicia social, que es esa la base, el origen primero y el destino final de sus desvelos.

Anote un dato: este gobierno es el primero de la democracia que no envió jamás una ley al Congreso para reducir beneficios sociales de los trabajadores, para descontar jubilaciones o sueldos a los estatales, para quitarles oportunidades a los profesionales, a los comerciantes, a las pequeñas empresas.

4.- No estamos en el mejor de los mundos. Todo se cayó en el planeta. Los poderosos de antaño cierran el año con déficit fiscal y aumento del desempleo. Pero en la Argentina, el superávit fiscal y comercial sigue en pie. Y el empleo se recupera. Y son cinco millones de puestos de trabajo en seis años.

¿Vio el hormiguero de gente en los comercios en estos días con sabor navideño? ¿Vio los bares y restaurantes repletos de clientes?

La trampa está cuando comparan los índices de crecimiento en este mismo período gubernamental, sin crisis y con crisis mundial de por medio.

Pruebe a comparar cómo vivía usted hasta el 2002 y después me cuenta.

5.- Dicen los que saben que para apreciar la tendencia del desarrollo en un país, se deberán tener en cuenta los siguientes segmentos de la economía: la industria, el turismo, la educación, el agro, la construcción y la ciencia.

¿Sabe qué? Todos estos segmentos están en franco crecimiento. No lo dice el gobierno. Solamente. Lo admiten todas las consultoras privadas. Ya no pueden tapar el sol con las manos.

Para el 2010 crecerá la economía hasta alcanzar valores inéditos. Todo, gracias al modelo económico que gobierna la Argentina.

¿O esperarán que creamos en la teoría del “viento de cola” nuevamente?

“Nadie sabe si el viento es favorable o no lo es, si no sabe adónde va”, dicen los sabios. Y hoy sabemos adónde vamos.

Eso explica que la educación tenga el presupuesto nacional más alto de su historia. Y que el CONICET, allí donde trabajan nuestros científicos, haya batido un record histórico albergando a 16.000 personas entre investigadores y personal de apoyo que producirán más conocimientos útiles para nuestra sociedad. Significa que paró la fuga de cerebros hacia el exterior y aumenta año tras año, el regreso y la incorporación de nuevos científicos al Estado.

6.- Enfrentado a esta realidad están Macri, Biolcatti y Abel Posse, el que defiende a la dictadura y recibió el apoyo del genocida Menéndez y la senadora Chiche Duhalde.

No lo olvide. Es en defensa propia.

Jorge Giles. El Argentino. 14.12.09
http://www.elargentino.com/nota-69519-El-pez-por-la-boca-muere.html

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