La pantalla registró ayer dos modelos de país diferentes:
La Presidenta inaugurando viviendas con las Madres de Plaza de Mayo, por un lado y por otro, los que no se indignan cuando aparecen niños y hombres esclavizados en el campo pero gritan rabiosos por que detuvieron al “Momo” Venegas, secretario general de UATRE, el gremio de los peones rurales, capo de la fracción sindical que encabeza Luis Barrionuevo, amigo sindicalista de la patronal rural y sostén principal del precandidato Eduardo Duhalde.
Hubo un tiempo en que los dirigentes sindicales eran perseguidos y encarcelados por sus luchas reivindicativas, por sus ideas políticas y por su resistencia a todo poder patronal que explotara y humillara a sus compañeros trabajadores, los afiliados al sindicato.
Esos dirigentes, lúcidos, honestos y combativos, siguen estando en el país.
Pero también están los que, usando a los propios trabajadores, se enriquecen y benefician con la chapa de “dirigentes” y apadrinan a políticos y empresarios culpables del trabajo esclavo.
Esta vez no hay “persecución política” que fundamente una razón valedera para legitimar cualquier defensa en su nombre.
Simplemente un juez de la nación, ordenó su detención en el marco de la investigación por la llamada “mafia de los medicamentos”.
Más allá del resultado final, de prisiones y absoluciones, es innegable que está pariendo otra Argentina.
Con sus contradicciones, con sus fallas y debilidades, pero este país ya no es lo que era antes.
El que trafica esclavos en nombre de la rentabilidad del desflore del maíz, debe ir preso.
Y el que es cómplice de los traficantes, debe ir preso.
No es este el caso. Todavía. Aunque la causa que las origine, es igual de grave en la violación de los derechos humanos más elementales.
Realmente, el nuestro, es un pueblo manso.
Lo demuestran las Madres, a las que la dictadura les robó sus hijos y sus nietos y hoy construyen casas y escuelas que caminan.
Lo enseñan los pibes que lloraron sin consuelo la muerte de Néstor Kirchner y mastican, en silencio, la bronca que sienten en el alma después que fueran ofendidos por Elisa Carrió y otros lenguaraces de la oposición.
Lo sabemos todos los argentinos que en esta democracia sufrimos el rigor de los que inventaron la hiperinflación para vaciarnos de esperanza y llenarnos de zozobra, la deuda externa, las privatizaciones, el corralito, la treintena de muertos bajo el helicóptero de De la Rúa, el asesinato de Kosteki y Santillán, la pobreza, la exclusión, la miseria y la desocupación…
¡Y ni siquiera arrojamos los zapatos a los culpables de tanta crueldad, como lo hizo ayer el pueblo egipcio contra Mubarak!
La Presidenta inaugurando viviendas con las Madres de Plaza de Mayo, por un lado y por otro, los que no se indignan cuando aparecen niños y hombres esclavizados en el campo pero gritan rabiosos por que detuvieron al “Momo” Venegas, secretario general de UATRE, el gremio de los peones rurales, capo de la fracción sindical que encabeza Luis Barrionuevo, amigo sindicalista de la patronal rural y sostén principal del precandidato Eduardo Duhalde.
Hubo un tiempo en que los dirigentes sindicales eran perseguidos y encarcelados por sus luchas reivindicativas, por sus ideas políticas y por su resistencia a todo poder patronal que explotara y humillara a sus compañeros trabajadores, los afiliados al sindicato.
Esos dirigentes, lúcidos, honestos y combativos, siguen estando en el país.
Pero también están los que, usando a los propios trabajadores, se enriquecen y benefician con la chapa de “dirigentes” y apadrinan a políticos y empresarios culpables del trabajo esclavo.
Esta vez no hay “persecución política” que fundamente una razón valedera para legitimar cualquier defensa en su nombre.
Simplemente un juez de la nación, ordenó su detención en el marco de la investigación por la llamada “mafia de los medicamentos”.
Más allá del resultado final, de prisiones y absoluciones, es innegable que está pariendo otra Argentina.
Con sus contradicciones, con sus fallas y debilidades, pero este país ya no es lo que era antes.
El que trafica esclavos en nombre de la rentabilidad del desflore del maíz, debe ir preso.
Y el que es cómplice de los traficantes, debe ir preso.
No es este el caso. Todavía. Aunque la causa que las origine, es igual de grave en la violación de los derechos humanos más elementales.
Realmente, el nuestro, es un pueblo manso.
Lo demuestran las Madres, a las que la dictadura les robó sus hijos y sus nietos y hoy construyen casas y escuelas que caminan.
Lo enseñan los pibes que lloraron sin consuelo la muerte de Néstor Kirchner y mastican, en silencio, la bronca que sienten en el alma después que fueran ofendidos por Elisa Carrió y otros lenguaraces de la oposición.
Lo sabemos todos los argentinos que en esta democracia sufrimos el rigor de los que inventaron la hiperinflación para vaciarnos de esperanza y llenarnos de zozobra, la deuda externa, las privatizaciones, el corralito, la treintena de muertos bajo el helicóptero de De la Rúa, el asesinato de Kosteki y Santillán, la pobreza, la exclusión, la miseria y la desocupación…
¡Y ni siquiera arrojamos los zapatos a los culpables de tanta crueldad, como lo hizo ayer el pueblo egipcio contra Mubarak!
El Argentino, viernes 11 de febrero de 2011
1 comentario:
Totalmente de acuerdo con vos, Jorge. Con esta cuestion de Venegas y los patrones rurales defendiendolo, me hace acordar a lo que dice a veces Mario Wainfeld en Pagina, acerca del politologo sueco que viene aca a hacer la tesis, y claro, no entiende nada. "Cómo?, un sindicalista que se supone que defiende a los trabajadores, es odiado por éstos pero defendido a rajatabla por los patrones a los que se supone que combate?", diria. Pero hoy viendo por los medios a cuanto duhaldista quiso aparecer para defender a quien llaman "preso politico", la verdad me dio dolor de estomago: otra vez el huevo de la serpiente. Otra vez las viboras de la derecha mas rancia y pejotista, no solo sacan las cabezas sin ninguna verguenza sino que hasta se atreven a querer tomar la iniciativa politica. No me gusto nada lo de Oyarbide, porque victimizó a este negrero, a este complice de los patrones esclavistas. Espero que no vuelvan los cortes de rutas de las 4x4 en todo el pais como en el 2008. Pero si es asi, va a haber que salir a ganar las calles de inmediato para defender a Cristina.
Nelson de Urquiza
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