miércoles, 23 de febrero de 2011

La construcción de la esperanza



Construir, construir, construir.
Como un campanario convocando a la construcción de un país mejor, más justo y más bello, la Presidenta hizo ayer un llamado a todos los argentinos y muy especialmente a los jóvenes, para dejar atrás definitivamente los tiempos del desencuentro y encarar decididamente, un país que merezca ser vivido y disfrutado por todos, sin exclusión alguna.
Una noticia difundida también ayer, serena y suave como el vuelo de una gaviota, dice:
"El desempleo bajó al 7,3% en el cuarto trimestre de 2010. Es decir, 1,1 puntos porcentuales por debajo del nivel registrado en igual período de 2009".
Quizás, con la Ley de Medios de la democracia funcionando a pleno, debería haber ocupado hoy los titulares de todos los diarios, la atención de todos los programas radiales y televisivos y los comentarios optimistas de todos los analistas presuntamente políticos y económicos.
Más allá, incluso, de su filiación política o ideológica.
Es que si recordamos que la Argentina llegó a trepar al 24,1 % de desocupación en el año 2004, luego de la crisis del 2001 y en pleno gobierno de Eduardo Duhalde, confirmar ahora que se bajó a este porcentaje del 7, 3 % es un notición que nutre de esperanza a todos quienes habitamos este bendito país.
Porque no son datos perdidos en el espacio, sino que se corresponden con otros informes que ayudan a pensar racionalmente que estamos transitando un camino ascendente hacia un país más prospero, más justo, más desarrollado, más inclusivo.
Que la ministra de Industria, Débora Giorgi, haya anunciado nuevas medidas para preservar la industria nacional, sustituyendo el nivel de productos importados y aumentando drásticamente las exportaciones, es parte esencial para entender que este modelo es una fábrica de creación de empleo.
Y que la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, haya inaugurado ayer una nueva y moderna Terminal de Omnibus en la ciudad de Miramar y al mismo tiempo haya inaugurado la nueva etapa transformadora del Instituto de Formación Técnica de esa región, una Planta de tratamiento de residuos cloacales, más el cierre de las Jornadas Nacionales Juveniles "Néstor Kirchner" en la que más de 20.000 jóvenes pintaron más de mil escuelas en todo el país, es una clara muestra que estamos viviendo una nueva Argentina.
Por cada mentira que difunden las seudo consultoras privadas y los grupos económicos y mediáticos a los que representan, hay que responder con las verdades concretas que hoy vivimos.
Cuando Cristina afirma como lo hizo ayer, que "los jóvenes son la mejor garantía para este proceso de cambio", uno siente, sinceramente, que el futuro ya llegó.

El Argentino, miércoles 23 de febrero de 2011

1 comentario:

Beatriz Fernández Vila dijo...

Imaginemos otros mensajeros para estas noticias. ¿Quiénes podrían ser?

¿Jurásicos profesores expertos en etimología, convertidos hoy en demócratas defensores de la república que fustigaron desde su juventud?
¿Señoras que ocupan las horas de la mañana destilando su misoginia, y que el levantarse tempranísimo las enfrenta a la tortura de no vivir en la cómoda sociedad que merece su casta?
¿Expertos en verbos potenciales para disfrazar sus mentiras, y expertos también en ver virtudes en monigotes de la política?
¿Señores que rifaron su credibilidad denunciando las “amenazas” de un bloguero?
¿Otrora progres noventas, que en la actualidad recurren a la magia de las disquisiciones caprichosas para que todo mal recaiga en Cristina, Y poder escribir sus columnas semanales?
¿Cineastas denunciantes en otros tiempos, devenidos derechosos delirantes?
¿Señoras con exceso de caroteno víctimas de delirios místicos y pronósticos apocalípticos?
¿El político mediterráneo y verborrágico, que olfateó tempranamente la incapacidad del resto de la oposición, y ahora vislumbra “algunos logros”?
¿El tibio émulo de papá, enojado y temeroso de opinar para no enojar al multimedia?
¿La militante GENial que tras un discurso apacible, aparentemente sosegado y equilibrado, dice las mismas barrabasadas que el resto de la oposición?
¿El señor que recoge papeles que arrojan los taxistas, toca timbres y arregla veredas paquetas mientras se caen a pedazos las escuelas públicas?
¿El señor que no concurre a su banca de diputado, pero cuando se postula para su reelección pareciera que se postulara a presidente de la república?
¿Los cuatro pobres chacareros, a los que obligan a cultivar esa semilla despiadada que los convierte en indigentes?
¿O todos juntos, como coro de ángeles después de pedir perdón a una potencia extrajera, porque esa que se cree presidenta, ofende sentando las bases de la soberanía del país?

Si después de tantas angustias, tanto mal trato, y tantos desaciertos de esa díscola les quedara un poquito de tiempo para mirar alrededor, tal vez, quién te dice se dan cuenta de todo lo que está sucediendo. Por ahora no los molestemos, están pensando en cómo salvar al país, que según reflexiones de la destacada pitonisa, está en estos momentos como en la época de Isabel Perón.