Y la recuperamos nomás.
Pese a los fondos buitres y las malas ondas de Clarín y La
Nación.
Pese a los opositores que llamaban a rendirse pagando una
deuda externa mal habida.
Contra viento y marea, allí está la Fragata Libertad entre
nosotros.
La patria elije la forma de presentarse en cada
circunstancia histórica.
Y esta vez eligió corporizarse en una digna Fragata que por
estas horas amarra frente a Mar del Plata.
Un pueblo irá a esperarla.
Más allá de banderías políticas, condición social o
religión, el pueblo siempre está cuando la patria convoca.
Ningún egoísmo pueril ni interés antinacional podrá argumentar
su ausencia.
Estemos en el puerto de llegada, en La Quiaca, en Corrientes
o Río Gallegos, hoy nos vestimos de gala para saludarla como se merece.
Agitando banderas argentinas.
Agitando emociones. Agitando el orgullo nacional recuperado.
Agitando la historia y la memoria de este pueblo que aprendió con Hipólito
Bouchard a defender la patria en alta mar y a recorrer el mundo sin arriar
jamás nuestra enseña soberana.
El alma y la bandera de Bouchard viajan en la Fragata.
El fue el marino que acosó desde su nave al imperio español
allí donde lo encontraba, mientras José de San Martín liberaba Chile y Perú.
En cumplimiento de lo resuelto por la Asamblea del Año 13,
Bouchard liberó a los esclavos que hallaba a su paso por los mares del mundo.
Peleó bravamente en el Combate de San Lorenzo y flameó la
bandera de Belgrano en California en 1818.
Y miren qué paradoja de la historia: Bouchard nació y murió
en este mismo mes de enero.
El 15 de enero de 1780 y el 4 de enero de 1837,
respectivamente.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se comprometió
a traer la Fragata de nuevo a casa, pero no a cualquier costo, sino dignamente.
Y cumplió.
En octubre del pasado año expresó: “Mientras yo sea
Presidenta, se podrán quedar con la Fragata, pero con la libertad, la soberanía
y la dignidad de este país, no se va a quedar ningún fondo buitre ni nadie”.
Entonces, toda la oposición gritó en delay a tono con las tapas de los diarios y las pantallas del
monopolio mediático.
Si al menos leyeran nuestra historia como nación soberana
sabrían que nuestro gran héroe naval, el Almirante Guillermo Brown, defendiendo
al pueblo oriental expresó a sus marinos de la escuadra argentina antes del Combate
de Quilmes contra la flota del imperio luso-brasileño, el 30 de julio de 1826:
“¡Es preferible irse a pique que rendir el
pabellón!”.
Con esa convicción se construyó el país de los argentinos.
Pero los que gritan furiosos no saben de amores colectivos
como el de este día.
Mal que les pese, la Fragata volvió porque tenemos patria.
El Argentino, 9 de enero
de 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario