El tipo
estaba leyendo lo más tranqui el diario La Nación en un bar tradicional de Mar
del Plata. Solo.
El
parroquiano de al lado lo reconoció, dudó un momento y finalmente se acercó
hasta la otra mesa.
“Te veo y
me dan ganas de llorar, Pelado”, arrancó el visitante mientras se acomodaba en
la silla. Y siguió hablando ante la sorpresa del otro.
“¿Tanto
luchamos, tantos compañeros perdimos, tanto aguantamos en la cana de la
dictadura para hoy verte así, Pelado?”
El hombre
calvo sonrío de manera sobradora y preguntó a su vez: “¿Así cómo?”
“Quebrado”,
le respondió sin más el viejo conocido.
“No te voy
a permitir” lo interrumpió el Pelado.
“¿Y qué
autoridad política y moral tenes vos para permitirme o no decirte lo que se me
da la gana?”, inquirió el parroquiano.
“No me
importa lo que pensas de mi, sólo te exijo respeto”, dijo el calvo balbuceante.
Y fue como
si la historia se mostrara lastimada en la piel de ese hombre al
responder:
“¿Vos me
pedís respeto? ¿Vos que te cagás en la memoria de los compañeros?
Nosotros
creímos en la revolución, Pelado. Y nos jugamos la vida por nuestras
convicciones. Y nos equivocamos. Pero no traicionamos. Y te voy a decir algo más:
no nos traicionamos. Por eso hay muchos compañeros que aún sin compartir del
todo el proyecto kirchnerista saben apreciar el abrazo de Cristina con Fidel y
con Raúl, la preocupación constante por la salud de Chávez ¿O no leíste que De
Vido estuvo en Venezuela días después con un mensaje claro de la presi para
bancar a Venezuela hasta donde haga falta? ¿En serio que no te alegró ver a la
presidenta meterse con orgullo en los túneles vietnamitas? ¿Tan pronto te
olvidaste cuando decías que la patria sería liberada cuando este pueblo tenga
un gobierno que se junte con Cuba, con Vietnam y Venezuela, con Brasil y China,
con los pueblos del mundo que buscan liberarse?”.
El hombre
calvo amagó con irse y el otro lo sentó de nuevo.
“¿Así que
vas a hacer la revolución a la derecha de Cristina? ¿Ya tendrás el Comité
Central en pleno, no? Arriesgo nombres: Prat Gay, Secretario General; total el
Huevo, ese que pusiste vos, se hace a un lado con un chasquir de dedos. De
comandante primero, Binner, de segundo Gil Lavedra, de tercero la Estenssoro, así
de paso cumplís el cupo femenino, salvo que estés pensando en Laura Alonso y la
haces completa. Me acuerdo cuando decías en el pabellón de Rawson: “Para
hacerla, hay que hacerla bien”. Y estás en eso Pelado. Respetalo al Roby.
Respetá a los compañeros que cayeron dignamente”
Silencio
del calvo. El mozo se acercó. El parroquiano pagó los dos cafés. Se levantó. Se
fue. Y volvió hasta el Pelado para decirle al oído no se sabe qué.
El Argentino, martes 22 de enero de 2013
1 comentario:
Algunos, a los que alguna vez consideramos compañeros de ruta e inclusive algunos compañeros, han perdido toda la dignidad y traicionado a muchos cumpas y, aun, a ellos mismos. que se vayan a la P que los parió.
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