La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner entregó ayer el decodificador digital número un millón y se comunicó, en el mismo acto, con el Presidente venezolano, Hugo Chávez.
El canciller Timerman reafirmó que somos el segundo país del mundo en aumentar sus importaciones, después de la India.
Mercedes Marcó del Pont consideró que la reforma a la Carta Orgánica del Banco Central, que hoy tratará el Senado, es un hecho histórico para los argentinos.
El ministro de Salud, Juan Manzur, informó sobre la producción nacional de un medicamento contra el mal de Chagas.
Ante tanto griterío y barullo monopólico, nos preguntamos:
¿No estamos comunicados localmente y con la Patria Grande acaso? ¿No estamos integrados al mundo? ¿No somos soberanos económicamente? ¿No estamos cuidando la salud de los argentinos?
Hoy comienza el otoño en esta parte del mundo. Pero hoy también, no todos lo saben o recuerdan, es el Día Mundial de la Poesía instaurado por la UNESCO.
La Directora General de este organismo de Naciones Unidas, Irina Bokova, difundió ayer una declaración tan profunda como bella. En uno de sus párrafos dice:
“En un mundo que está en plena mutación, sacudido por un vértigo de cambios y transformaciones sociales, los poetas acompañan los movimientos cívicos y atinan tanto a sacudir las conciencias por las injusticias del mundo como a conmoverlas por su belleza. Nosotros vemos también las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y los breves mensajes que circulan por las redes sociales para conferir un nuevo aliento a la poesía y favorecer la creación y el intercambio de poemas o versos capaces de dilatar nuestra relación con el mundo.”
Vale esta cita para celebrar lo acontecido ayer.
Como si una convención de poetas sesionara en Tecnópolis, Cristina y Hugo Chávez hablaron de la integración de la América profunda.
El hermano pueblo de Perú fue aplaudido de pie por honrar el legado sanmartiniano al defender con su gobierno, dignamente, la soberanía americana frente al agresor colonialista en Malvinas.
La emoción fue creciendo hasta que la voz de Cristina se alzó bien alta para denunciar a las grandes potencias que generan las guerras, los asesinatos masivos y las crisis económicas con que castigan a los pueblos en otros lugares del planeta.
Y para decir a continuación que la América toda, se debía y merecía un presente descolonizado y en paz.
Malvinas es, una vez más, el decodificador de la historia continental.
Bastante más que una disputa territorial. Todos lo saben. Y por eso aúllan los lobos de la desesperanza.
Así es la historia de los pueblos libres, dijo Cristina.
Y por eso los pibes seguirán cantando. Siempre.
El Argentino, miércoles 21 de marzo de 2012
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