La Presidenta anunciando obras en Chos Malal; el nítido mensaje de Néstor Kirchner en Malvinas Argentinas y la Anses destinando el dinero del ahorro nacional en beneficio del pueblo, a la inversa de lo ocurrido durante los gobiernos anteriores al 2003, están expresando la esencia del modelo gobernante.
Pero cuidado, los sectores del privilegio, agazapados durante un buen tiempo, salieron fuera de la madriguera y están en operaciones. Son como la comadreja que roba en nidos ajenos, sigilosa para atacar y astuta para simular que está moribunda y confundir al adversario.
El país sigue creciendo, pese a la crisis más grave del mundo moderno.
Sin embargo, hay una oposición política y mediática que actúa en defensa de los factores de poder, ansiosos por seguir gozando de un país para pocos, como lo hicieron antes. Algunos pertenecen al entramado de ese poder y otros terminan haciéndoles el juego, por mezquindad y oportunismo de la peor especie.
Desde que Cristina asumió la Presidencia, iniciaron las acciones para recuperar el poder de decisión que perdieron durante el mandato de Néstor Kirchner. Venían de hacerse las víctimas moribundas, pero era tan sólo parte de la astucia de las comadrejas. Estaban más vivas que nunca. Los patrones rurales fueron la infantería del proceso de restauración neoliberal, aunque en verdad son el estado mayor conjunto de la oposición. Cuando el Gobierno adelantó las elecciones al 28 de junio, repusieron rápidamente esa astucia, empleando todas las maniobras posibles para frustrar el modelo gobernante, basado en el trabajo y la producción nacional.
La primera astucia: negar a rajatabla que en estas elecciones se dirimen dos modelos de país.
Segunda: machacar y bastardear sobre las llamadas “candidaturas testimoniales”. Tercera: instalar mediáticamente que aunque el oficialismo gane en las urnas, “perderá” en el resultado final.
Cuarta: difundir que la provincia de Buenos Aires está partida en tres en lo que hace a las preferencias de los bonaerenses; Kirchner, De Narváez y Stolbizer.
Quinta: convencer que los porteños deberán elegir entre Gabriela Michetti y Prat Gay y que allá debajo de la tabla, se disputen el tercer lugar el pelotón de minorías progresistas entre las cuales están quienes se identifican con el Gobierno de Cristina.
Sexta: bombardear a la población a través de títulos catástrofes en los principales diarios capitalinos, y de igual forma en programas de radio y televisión.
Veamos brevemente cada una de estas falacias y pretendidas astucias.
1) La realidad política fue marcando la cancha y hoy todos saben que habrá un voto para el modelo neoliberal, representado por cualquiera de sus variantes partidarias o habrá un voto para el modelo de inclusión social, de trabajo, producción y consumo interno, de unidad latinoamericana, que expresan los candidatos identificados con el Gobierno nacional. Esos son los dos modelos que se enfrentan en esta coyuntura.
2) Las candidaturas no son “testimoniales”, son reales. Existen. Son hombres y mujeres de carne y hueso. Ellos son la expresión del compromiso político con un proyecto nacional y popular.
3) Como en los partidos de fútbol, si su equipo gana por cinco goles o por un gol de diferencia, ganó el partido. Todo lo que se diga después, es pura cháchara.
4) En la provincia de Buenos Aires, el modelo neoliberal que sustentó los gobiernos de Menem, Duhalde y De la Rúa, está representado por los candidatos de De Narváez y el de la Coalición radical de Carrió. Entre ellos se disputan el segundo lugar del electorado del centro derecha. Enfrente de ellos, aparece Néstor Kirchner y Daniel Scioli representando el modelo de país que expresa el Gobierno nacional y provincial. Por eso no hay tres partes en disputa. Son solamente dos los modelos para elegir.
5) En la Capital, sucede algo semejante. Tanto los candidatos de Macri como los de Carrió son parte del modelo que estalló en diciembre de 2001. Mientras que el modelo de inclusión, está representado por Carlos Heller. Esta es la disputa real y no falsamente leída por quienes manipulan a la opinión pública.
O se vota a Carlos Heller o se vota a Michetti-Prat Gay.
6) Todas las notas periodísticas que anunciaban la hecatombe para el país, fueron y son desmentidas por los propios hechos cotidianos.
Pero cuidado, los sectores del privilegio, agazapados durante un buen tiempo, salieron fuera de la madriguera y están en operaciones. Son como la comadreja que roba en nidos ajenos, sigilosa para atacar y astuta para simular que está moribunda y confundir al adversario.
El país sigue creciendo, pese a la crisis más grave del mundo moderno.
Sin embargo, hay una oposición política y mediática que actúa en defensa de los factores de poder, ansiosos por seguir gozando de un país para pocos, como lo hicieron antes. Algunos pertenecen al entramado de ese poder y otros terminan haciéndoles el juego, por mezquindad y oportunismo de la peor especie.
Desde que Cristina asumió la Presidencia, iniciaron las acciones para recuperar el poder de decisión que perdieron durante el mandato de Néstor Kirchner. Venían de hacerse las víctimas moribundas, pero era tan sólo parte de la astucia de las comadrejas. Estaban más vivas que nunca. Los patrones rurales fueron la infantería del proceso de restauración neoliberal, aunque en verdad son el estado mayor conjunto de la oposición. Cuando el Gobierno adelantó las elecciones al 28 de junio, repusieron rápidamente esa astucia, empleando todas las maniobras posibles para frustrar el modelo gobernante, basado en el trabajo y la producción nacional.
La primera astucia: negar a rajatabla que en estas elecciones se dirimen dos modelos de país.
Segunda: machacar y bastardear sobre las llamadas “candidaturas testimoniales”. Tercera: instalar mediáticamente que aunque el oficialismo gane en las urnas, “perderá” en el resultado final.
Cuarta: difundir que la provincia de Buenos Aires está partida en tres en lo que hace a las preferencias de los bonaerenses; Kirchner, De Narváez y Stolbizer.
Quinta: convencer que los porteños deberán elegir entre Gabriela Michetti y Prat Gay y que allá debajo de la tabla, se disputen el tercer lugar el pelotón de minorías progresistas entre las cuales están quienes se identifican con el Gobierno de Cristina.
Sexta: bombardear a la población a través de títulos catástrofes en los principales diarios capitalinos, y de igual forma en programas de radio y televisión.
Veamos brevemente cada una de estas falacias y pretendidas astucias.
1) La realidad política fue marcando la cancha y hoy todos saben que habrá un voto para el modelo neoliberal, representado por cualquiera de sus variantes partidarias o habrá un voto para el modelo de inclusión social, de trabajo, producción y consumo interno, de unidad latinoamericana, que expresan los candidatos identificados con el Gobierno nacional. Esos son los dos modelos que se enfrentan en esta coyuntura.
2) Las candidaturas no son “testimoniales”, son reales. Existen. Son hombres y mujeres de carne y hueso. Ellos son la expresión del compromiso político con un proyecto nacional y popular.
3) Como en los partidos de fútbol, si su equipo gana por cinco goles o por un gol de diferencia, ganó el partido. Todo lo que se diga después, es pura cháchara.
4) En la provincia de Buenos Aires, el modelo neoliberal que sustentó los gobiernos de Menem, Duhalde y De la Rúa, está representado por los candidatos de De Narváez y el de la Coalición radical de Carrió. Entre ellos se disputan el segundo lugar del electorado del centro derecha. Enfrente de ellos, aparece Néstor Kirchner y Daniel Scioli representando el modelo de país que expresa el Gobierno nacional y provincial. Por eso no hay tres partes en disputa. Son solamente dos los modelos para elegir.
5) En la Capital, sucede algo semejante. Tanto los candidatos de Macri como los de Carrió son parte del modelo que estalló en diciembre de 2001. Mientras que el modelo de inclusión, está representado por Carlos Heller. Esta es la disputa real y no falsamente leída por quienes manipulan a la opinión pública.
O se vota a Carlos Heller o se vota a Michetti-Prat Gay.
6) Todas las notas periodísticas que anunciaban la hecatombe para el país, fueron y son desmentidas por los propios hechos cotidianos.
La única verdad es la realidad. Mal que les pese a las comadrejas.
(Jorge Giles. El Argentino. 19.05.09)
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