domingo, 23 de octubre de 2011

Una pedagogía para volar más alto


Hoy elegimos un nuevo mandato presidencial.

Así, la Argentina del siglo 21 votará las bases de una nueva pedagogía para aprender un vuelo más libre y más alto.

Es curioso, pero el principal cazador de ese vuelo se quedó sin boletas y las pocas que le quedan, no logran remontar el cielo.

Sólo presenta batalla desde los titulares de su monopolio.

El arco y la flecha no caben en las urnas.

Cada ciclo de la historia crea su propia pedagogía, su peculiar lenguaje, el perfil de sus líderes, el discurso dominante.

“Es el espíritu de época”, se ha dicho.

¿Cuál es ese espíritu en un día como hoy en el que millones de argentinos entran en estado de gracia y asamblea?

Por esta manía de meternos en honduras aunque nadie nos llame, empecemos por decir que el cambio de época aquí ya se produjo.

Se trata ahora de echar luz sobre el nuevo sentido común que debemos construir colectivamente.

Los paradigmas necesarios para este nuevo tiempo están convocando a que los retratemos con una bella prosa.

Algunos apuntes para la ocasión.

Esta generación del Bicentenario tuvo su origen en los años 60 y 70 del siglo pasado. Cobijada por una pedagogía tallada a golpes de fusiles y machetes, hizo del heroísmo y la abnegación, una forma de vida.

“Fallaron y equivocaron el rumbo”, se los sentenció bien o mal intencionadamente.

“Se descolgaron del cielo y el cielo estaba en el pueblo que tanto amaban”, es una forma comprensible de decir lo mismo.

Quizá cuando nos dimos cuenta, era muy tarde para volver a casa.

Digan lo que digan, el espíritu de aquella época bullía en las calles de París con el Mayo francés y se sumergía luego en los desfiladeros del bar La Paz, daba una vuelta por la Villa 31 y se pertrechaba en los montes, las fábricas, las universidades y los pueblos esperando por Perón que los alentaba y estimulaba: “si yo tuviera 20 años menos andaría como esa juventud…”.

La lucha vietnamita de Ho Chi Minh, heroica. La Cuba de Fidel y el Che, heroica. África, heroica. La China de Mao, heroica. Las barriadas negras de Martín Luther King, heroicas. Latinoamérica, heroica. El Chile de Salvador Allende, heroico.

Y la mecha ardía en medio de Argentina y las paredes que cantaban tan lindo como las multitudes: “luche y vuelve”.

La dictadura, luego, escribió con sangre y fuego su pedagogía del terror.

Venían a desarmar el país peronista, a pasar a degüello nuevamente al Chacho Peñaloza y toda su montonera. Venían a demoler la idea del Hospital de Niños en el Sheraton Hotel, cortar de cuajo todos los sueños de un país más justo, libre y soberano, demoler la conciencia de la clase trabajadora más avanzada en América del Sur y ya que estaban, demoler el trabajo y a los trabajadores.

Fue la pedagogía de Videla, Massera y Martínez de Hoz, distribuida en folletos diarios, publicados por Clarín y La Nación.

Los años que siguieron después, ya en democracia, fueron los años de la pedagogía escrita por el posibilismo, el ilustre pos modernismo de la resignación.

Fue la hora de jugar a escondidas del dolor ajeno. La del “sálvese quién pueda”. La pedagogía del neoliberalismo salvaje y el proclamado “fin de la historia y las ideologías”, vino a imponer un pensamiento único y a callar toda voz que sea plural.

La derrota se cobró al contado 30 mil vidas, pero cobraba en cuotas una desesperanza que pretendieron incuestionable y eterna.

La gerencia reemplazó la política, como si fuese un muleto de ella. Pura gestualidad y gestión vaciada. La decisión sobre nuestro destino de nación y pueblo, tenía su residencia en el poder económico y mediático real.

¿La democracia? si te he visto no me acuerdo.

Pero algo muy profundo sucedió desde que llegó Néstor Kirchner en el 2003.

Salíamos del infierno para entrar al purgatorio, decía el Presidente.

Y como se sabe, ese lugar de paso se contenta con un Instructivo y un Manual de tránsito para no perderse.

Allí todo es convicción, coraje e inteligencia.

El cambio vino después, contra el reflujo del incendio voraz en el 2008. Y allí fue donde empezó a alumbrar el liderazgo y la conducción de Cristina, la misma que hoy compite nuevamente por seguir siendo Presidenta de todos los argentinos.

Este diario de hoy será parte de la historia desde las 6 de la tarde.

Hasta que llegue esa hora, presume con voz propia, que al calor emocionado de contar voto por voto en cada urna, una nueva institucionalidad estará naciendo.

Cada cuarto oscuro será una sala de parto de ese momento histórico. Todo lo que se creía inalterable en su dechado de mentiras e injusticias, será pieza de museo de aquel viejo país que dejamos atrás.

La nueva Argentina será desde hoy y en adelante, la que reclamará con urgencia y sabiduría, una pedagogía que hable de estas cosas que nos vienen pasando de un tiempo a esta parte.

Hasta no hace mucho, la virtud de la democracia que recuperamos en 1983, se medía por los años que iba acumulando desde entonces. Valía más el cuánto que el cómo.

Claro, no es menor saber que la dictadura es una cosa del pasado.

Hoy, sin embargo, aquella virtud se mide por la recuperación de nuestros derechos sociales.

El calendario cuenta sólo cuando nos preguntamos, por ejemplo ¿cuántos derechos se conculcaron en estos últimos años? Ninguno, es una respuesta posible.

¿Y cuántos derechos se repararon y reinstauraron? Muchísimos, es una respuesta veraz.

Pues bien, este nuevo ciclo promete ser un ciclo largo de la historia de este pueblo y como tal, precisa de una nueva pedagogía para seguir andando, escribiendo, enseñando y aprendiendo al mismo tiempo.

Ni heroísmo individual ni de grupo. Ni miedo a nada ni a nadie. Ni resignación ni posibilismo.

Hay que saber interpretar la voz del pueblo en un día como hoy, porque allí estará la clave para saber cuál es el idioma con el que escribiremos la novedosa pedagogía de este tiempo.

Una educación basada en el amor precisa como mínimo a dos para poder amar.

Hoy serán millones los que doblen las campanas para entrar a esta escuela que es la Argentina.

Nos ponemos de pie. El pueblo está hablando.

Miradas al Sur, domingo 23 de octubre de 2011

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Este domingo 23 de octubre de 2011 quedará grabado en letras de oro en nuestra historia. Marca el comienzo de la consolidación del modelo inaugurado el 25 de mayo de 2003. La difícil y virtuosa rectificación de rumbo después de 48 años de desvastación y engaños.
“No vengo a dejar mis convicciones en la puerta de la casa de gobierno" fué el primer paso de la decisión de convertir al "puesto menor" en "PUESTO MAYOR".
¡Viva la PATRIA!

Tilo, 70 años

ClauPrince dijo...

Hola queridos compañeros,,no puedo màs de la emociòn!!! LOS QUIEROOOOOOOOOOO!!! YA VOTAMOS TODOS,,VIVA CRISTINA CARAJO,,LES VAMOS A ROMPER EL ORTOOOOOO!!,,perdòn mi lèxico bien peroncho!!! nos vemos hoy en el gran festejo nacional y popular,,,hoy 23 de oktubre somos parte de la HISTORIA NOSOTROS Y LA ESCRIBIMOS CON NUESTRO PROPIO SUDOR, TRABAJO, LÀGRIMAS, AMOR Y PASIÒN!! VIVA PERÒN , EVITA, NESTOR Y CRISTINA CARAJO POR CONVICCIÒN!!!
PUSIMOS LO QUE TENÌAMOS QUE PONER..HUEVO!!
UN abrazo querido compañero jorge..