viernes, 7 de octubre de 2011

Argentina, la pura verdad


La Argentina es así.

Se da todos los gustos cuando puede.

En un mismo día, llenó de pañuelos blancos la Plaza de Mayo abrazando a Hebe y a las Madres; aplaudió de pie a la Presidenta inaugurando el Polo Científico Tecnológico y el ministro De Vido informó que son tres millones de argentinos los que tienen acceso a la TV digital

“El conocimiento ocupa un lugar fundamental para mi gobierno y debe interactuar con la comunidad” dijo Cristina Fernández de Kirchner y agregó: “Nuestra gestión impulsa la asociación inteligente entre el estado, los privados, la ciencia y la tecnología. Ese es el modelo que planteamos".

“Hoy es el día del conocimiento”, afirmó emocionada.

Todos sabían que se estaba acordando de aquel Presidente que inició este camino: su compañero de toda la vida, Néstor Kirchner.

Desde ese lugar, la Presidenta inauguró la ampliación de dos institutos científicos y una universidad.

Vacunas, medicamentos, investigaciones, ciencia y tecnología, son los nombres propios de una Argentina que, pese a la turbulencia mundial y a los desaciertos de la oposición mediática local, no para de crecer.

Habrá que saber cuidarla.

La memoria, la verdad y la justicia sabrán hacerlo como nadie.

La pura verdad.

Como el nombre del poema de Paco Urondo, el militante y poeta asesinado por la dictadura, allá en Mendoza.

Ayer, sí, ayer también, fueron condenados a perpetua sus asesinos.

Nos ponemos de pie y en nombre de todo lo vivido, escuchemos a Urondo, ese que anda entre nosotros.

“Si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo.

Después de todo y de pensarlo bien, no tengo motivos para quejarme o protestar:

siempre he vivido en la gloria: nada importante me ha faltado.

…Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.

Me avergüenza verme cubierto de pretensiones…caminito que el tiempo ha borrado.

Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciando

una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.

…El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado

para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.

…Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra; compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.

Puedo hablar y escuchar la luz y el color de la piel amada y enemiga y cercana.

Tocar el sueño y la impureza, nacer con cada temblor gastado en la huida

Tropiezos heridos de muerte; esperanza y dolor y cansancio y ganas.

Estar hablando, sostener esta victoria, este puño; saludar, despedirme.

Sin jactancias puedo decir, que la vida es lo mejor que conozco”.

Nos podemos ir cantando.


El Argentino, viernes 7 de octubre de 2011

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