La Argentina es así.
Se da todos los gustos cuando puede.
En un mismo día, llenó de pañuelos blancos la Plaza de Mayo abrazando a Hebe y a las Madres; aplaudió de pie a la Presidenta inaugurando el Polo Científico Tecnológico y el ministro De Vido informó que son tres millones de argentinos los que tienen acceso a la TV digital
“El conocimiento ocupa un lugar fundamental para mi gobierno y debe interactuar con la comunidad” dijo Cristina Fernández de Kirchner y agregó: “Nuestra gestión impulsa la asociación inteligente entre el estado, los privados, la ciencia y la tecnología. Ese es el modelo que planteamos".
“Hoy es el día del conocimiento”, afirmó emocionada.
Todos sabían que se estaba acordando de aquel Presidente que inició este camino: su compañero de toda la vida, Néstor Kirchner.
Desde ese lugar, la Presidenta inauguró la ampliación de dos institutos científicos y una universidad.
Vacunas, medicamentos, investigaciones, ciencia y tecnología, son los nombres propios de una Argentina que, pese a la turbulencia mundial y a los desaciertos de la oposición mediática local, no para de crecer.
Habrá que saber cuidarla.
La memoria, la verdad y la justicia sabrán hacerlo como nadie.
La pura verdad.
Como el nombre del poema de Paco Urondo, el militante y poeta asesinado por la dictadura, allá en Mendoza.
Ayer, sí, ayer también, fueron condenados a perpetua sus asesinos.
Nos ponemos de pie y en nombre de todo lo vivido, escuchemos a Urondo, ese que anda entre nosotros.
“Si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo.
Después de todo y de pensarlo bien, no tengo motivos para quejarme o protestar:
siempre he vivido en la gloria: nada importante me ha faltado.
…Muy de cerca he conocido la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros y culpables.
Me avergüenza verme cubierto de pretensiones…caminito que el tiempo ha borrado.
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciando
una madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.
…El perecedero, el sucio, el futuro, supo acobardarme, pero lo he derrotado
para siempre; sé que futuro y memoria se vengarán algún día.
…Estoy seguro de llegar a vivir en el corazón de una palabra; compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.
Puedo hablar y escuchar la luz y el color de la piel amada y enemiga y cercana.
Tocar el sueño y la impureza, nacer con cada temblor gastado en la huida
Tropiezos heridos de muerte; esperanza y dolor y cansancio y ganas.
Estar hablando, sostener esta victoria, este puño; saludar, despedirme.
Sin jactancias puedo decir, que la vida es lo mejor que conozco”.
Nos podemos ir cantando.
El Argentino, viernes 7 de octubre de 2011
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