jueves, 6 de octubre de 2011

Las patas cortas de la mentira



Nos hubiese gustado ocuparnos hoy de la inauguración del Polo Científico Tecnológico.

O contar del Hospital que Cristina inauguró ayer en Córdoba y de la nueva planta cordobesa de Radio Nacional con la presencia de León Gieco.

O del Convenio que firmó la Presidenta creando el Instituto de Industria Automotriz.

O comentar las declaraciones del ministro Amado Boudou al entregar más netbooks a estudiantes.

O detallar la actividad presidida por el ministro Carlos Tomada, “Jóvenes con más y mejor trabajo”, que capacitó a 1.400 pibes para introducirlos al mundo laboral.

O ampliar datos del nuevo Centro de Acceso a la Justicia que abrió el ministro Julio Alak en la capilla Cristo Obrero de la Villa 31.

O hablar del represor que confesó su participación en el crimen de lesa humanidad para apoderarse de Papel Prensa.

O destacar el impacto cultural del convenio entre el ministro Arturo Puricelli y el Secretario de Derechos Humanos, Eduardo L. Duhalde, para que la Fuerzas Armadas colaboren con la política de Memoria, Verdad y Justicia que desarrolla el gobierno nacional.

Pero no podemos obviar una nueva patinada opositora que, con su meridiana mediocridad, no entiende ni acepta la realidad que viven 40 millones de argentinos.

Dijo Ricardo Alfonsín ante un multitudinario acto que reunió a 70 personas:

“Creen que no somos buenos gobernando, pero les vamos a demostrar que somos buenos, lo que necesitamos es un poquito más de suerte y que nos toquen contextos como el que le tocó al actual gobierno".

No, doctor.

¿Qué parte no entiende de esta nueva Argentina?

¿Usted cree realmente que si Néstor Kirchner hubiese aceptado entrar al ALCA y pagar el 100% de la deuda externa con el FMI hubiésemos estado igual que ahora?

Eso era lo que le exigía “el contexto internacional económico” citado por usted.

¿Usted cree que las AFJP se extinguieron como los dinousarios y no por una decisión de la Presidenta de la Nación?

Un asesor a la derecha, por favor.

La otra patinada fue la de Hermes Binner con su queja adolescente por no hablar en el acto de Venado Tuerto.

Según los medios corporativos, escribía sus lamentos en Twitter mientras Cristina presentaba el Plan Estratégico Industrial 2020.

¿O sea que ni siquiera atinó a escucharla para aprender algo de estrategia?

Debería ser más misericordioso con su propia investidura, el gobernador.

La mentira tiene pata cortas: fue Binner quien decidió no hablar.

Igual que cuando negó conocer los tentáculos del Grupo Clarín en Santa Fe y después resultó que estuvo celebrando junto a Magneto.

Como dijo Nietzsche: “Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti”

El Argentino, jueves 6 de octubre de 2011

1 comentario:

Portillo Diego dijo...

excelente nota y comentario!! que bueno es leer algo tan esclarecedor como esta nota