Con esa consigna central, expresada en nuestro título de hoy, fue recordado y homenajeado en todo el país el ex presidente de los argentinos, Néstor Carlos Kirchner.
No hubo pueblo o ciudad donde no se realizara algún acto de homenaje en su nombre.
Y es más, la América del Sur en pleno lo recordó decidiendo que la Sede Central de la UNASUR, en Quito, Ecuador, tanga el nombre de Néstor.
Lo recordaron, ahogando el llanto, sus amigos mandatarios; el presidente de Brasil, Lula Da Silva, el de Venezuela, Hugo Chávez, el de Ecuador, Rafael Correa, todos los presidentes lo recordaron como el hombre que posibilitó la unidad de los latinoamericanos, en pensamiento y acción.
Se dijo en la Cumbre de UNASUR que Kirchner no ocupó “burocráticamente” el cargo sino que lo vivió y ejerció a pleno.
El presidente Juan Manuel Santos de Colombia y su canciller, María Ángela Holguín, describieron y valoraron emocionados a Néstor Kirchner como el amigo argentino que posibilitó la paz en la región durante el conflicto con Venezuela, como jamás hubiesen imaginado ellos, fuese posible lograrlo en tan corto tiempo.
Toda la Cumbre fue llenada con el recuerdo permanente a quien fuera el primer secretario general de la UNASUR. Las resoluciones adoptadas en defensa de la soberanía argentina en Malvinas y la firma de la Carta en defensa irrestricta de la democracia, también tienen el sello de homenaje a Néstor.
Pero volvamos a esa Plaza de Mayo que volvió a ser la caja musical de resonancia de este gran pueblo que somos.
Miles de jóvenes, con sus banderas y sus canciones, fueron la voz multiplicada de aquel que amaron tanto y que hace exactamente un mes, se fue de campaña por el cielo.
Esa imagen del Eternauta Néstor Kirchner caminando hacia nosotros, sonriendo en paz y decidido a todo, lo vuelve vivo en la memoria.
Entremezclado en la multitud que cantaba sin parar, mirando sus rostros pudorosamente, prestando atención a las consignas que cantaban, uno no podía dejar de pensar que si “se cerraron dos ojos y se abrieron millones”, como ellos pintan en las paredes, en la plaza se hacía audible que si “una voz calló, hablaron millones de otras voces”.
Y esas voces nuevas son las de los pibes. Ese es el dato más significativo para valorar esta etapa: los pibes ganaron las calles de la democracia. Y cuando eso sucede, toda la vida rejuvenece.
Estremece sentirse parte de esta página histórica, así como emociona el amor que sienten por Cristina.
No es para ellos “la señora Presidenta”, dicho reverencialmente, sino es a secas “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenes los pibes para la liberación” o simplemente ese “Cristina” que se repite incansable y melódicamente y recorre la plaza como una canción de amor.
Lo que tenía que nacer, nació.
Y tiene en un nombre y perfume de mujer, su mayor emblema, su timonel, su conductora, su compañera, su más pura bandera.
Porque es cierto que la tristeza de haber perdido a Néstor, le sigue clavando puñaladas de dolor a tanto joven. Nadie oculta ese sentimiento, ni en la plaza mayor de nuestra historia ni en ninguno de los actos realizados a lo largo y ancho del país. Es el dolor por una muerte apresurada. Es el dolor de un adiós que jamás hubiesen querido darle a Néstor tan temprano. Y es el desgarro propio de todo crecimiento.
Para esta nueva generación, haber perdido a Néstor les significa sentir dolorosamente en carne propia las muertes y desapariciones de las que escucharon hablar tantas veces a las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo.
Cada uno de esos pibes que el viernes y ayer sábado, saltaban y bailaban y cantaban y lloraban, se parecían en el dolor compartido, a los jóvenes que los precedieron en los años del genocidio y el terrorismo de estado.
Pero que sabia y maravillosa que es la historia. Porque estos pibes nacieron y se formaron en democracia, crecieron con Néstor y Cristina y aman y defienden a una Compañera Presidenta a la que sienten tan cerca en el afecto.
Nos ponemos de pie una vez más: el futuro ha llegado.
No hubo pueblo o ciudad donde no se realizara algún acto de homenaje en su nombre.
Y es más, la América del Sur en pleno lo recordó decidiendo que la Sede Central de la UNASUR, en Quito, Ecuador, tanga el nombre de Néstor.
Lo recordaron, ahogando el llanto, sus amigos mandatarios; el presidente de Brasil, Lula Da Silva, el de Venezuela, Hugo Chávez, el de Ecuador, Rafael Correa, todos los presidentes lo recordaron como el hombre que posibilitó la unidad de los latinoamericanos, en pensamiento y acción.
Se dijo en la Cumbre de UNASUR que Kirchner no ocupó “burocráticamente” el cargo sino que lo vivió y ejerció a pleno.
El presidente Juan Manuel Santos de Colombia y su canciller, María Ángela Holguín, describieron y valoraron emocionados a Néstor Kirchner como el amigo argentino que posibilitó la paz en la región durante el conflicto con Venezuela, como jamás hubiesen imaginado ellos, fuese posible lograrlo en tan corto tiempo.
Toda la Cumbre fue llenada con el recuerdo permanente a quien fuera el primer secretario general de la UNASUR. Las resoluciones adoptadas en defensa de la soberanía argentina en Malvinas y la firma de la Carta en defensa irrestricta de la democracia, también tienen el sello de homenaje a Néstor.
Pero volvamos a esa Plaza de Mayo que volvió a ser la caja musical de resonancia de este gran pueblo que somos.
Miles de jóvenes, con sus banderas y sus canciones, fueron la voz multiplicada de aquel que amaron tanto y que hace exactamente un mes, se fue de campaña por el cielo.
Esa imagen del Eternauta Néstor Kirchner caminando hacia nosotros, sonriendo en paz y decidido a todo, lo vuelve vivo en la memoria.
Entremezclado en la multitud que cantaba sin parar, mirando sus rostros pudorosamente, prestando atención a las consignas que cantaban, uno no podía dejar de pensar que si “se cerraron dos ojos y se abrieron millones”, como ellos pintan en las paredes, en la plaza se hacía audible que si “una voz calló, hablaron millones de otras voces”.
Y esas voces nuevas son las de los pibes. Ese es el dato más significativo para valorar esta etapa: los pibes ganaron las calles de la democracia. Y cuando eso sucede, toda la vida rejuvenece.
Estremece sentirse parte de esta página histórica, así como emociona el amor que sienten por Cristina.
No es para ellos “la señora Presidenta”, dicho reverencialmente, sino es a secas “Cristina, Cristina, Cristina corazón, acá tenes los pibes para la liberación” o simplemente ese “Cristina” que se repite incansable y melódicamente y recorre la plaza como una canción de amor.
Lo que tenía que nacer, nació.
Y tiene en un nombre y perfume de mujer, su mayor emblema, su timonel, su conductora, su compañera, su más pura bandera.
Porque es cierto que la tristeza de haber perdido a Néstor, le sigue clavando puñaladas de dolor a tanto joven. Nadie oculta ese sentimiento, ni en la plaza mayor de nuestra historia ni en ninguno de los actos realizados a lo largo y ancho del país. Es el dolor por una muerte apresurada. Es el dolor de un adiós que jamás hubiesen querido darle a Néstor tan temprano. Y es el desgarro propio de todo crecimiento.
Para esta nueva generación, haber perdido a Néstor les significa sentir dolorosamente en carne propia las muertes y desapariciones de las que escucharon hablar tantas veces a las Abuelas y las Madres de Plaza de Mayo.
Cada uno de esos pibes que el viernes y ayer sábado, saltaban y bailaban y cantaban y lloraban, se parecían en el dolor compartido, a los jóvenes que los precedieron en los años del genocidio y el terrorismo de estado.
Pero que sabia y maravillosa que es la historia. Porque estos pibes nacieron y se formaron en democracia, crecieron con Néstor y Cristina y aman y defienden a una Compañera Presidenta a la que sienten tan cerca en el afecto.
Nos ponemos de pie una vez más: el futuro ha llegado.
El Argentino, 28 de noviembre de 2010
1 comentario:
¿Cómo se construye este amor, desde las viejas prácticas de la “nueva política” en manos de aquellos que después de junio de 2009 venían a salvarnos la vida? Los mismos que bailaban rebien y eran resimpáticos, y que llegaban para poner las cosas en el lugar inmaculado de la política sin manchas, sin confrontación, sin atropellos y de entrega desinteresada.
¿Cómo se construye? Sé que no con ese cuento. Se que es cuestión de entrega. La entrega desmedida que Néstor les ofreció a estos jóvenes.
Ellos son las voces de aquellos que acallaron por soñar con un país mejor. Hoy esas bocas tienen estos sonidos y estos matices. Y eso se lo debemos a ese flaco desgarbado que vino a decirnos que la política se hace con acciones, y no con discursos mentirosos. No detrás del correcto protocolo, sino detrás del sudor de los más necesitados
Siempre me creí la sobreviviente de un desastre, a la que le concedieron el castigo de quedar en pie para verlo. Nunca pensé que tendría la oportunidad de sentir nuevamente a mi pueblo latiendo, y que esas voces amadas pudieran volver a gritarme un mundo posible. Lo hizo “el venturoso gestor de desacuerdos” como lo llamó Dolina. Qué más venturoso que esa confrontación que no le perdonaban los enemigos, y que para nuestra ventura gestaron esta realidad, y estas voces. Un fuerte abrazo. Beatriz
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