domingo, 14 de noviembre de 2010

El círculo abierto de Néstor Kirchner



Nunca lo conté públicamente y hoy siento la necesidad de hacerlo.

Cuando me citó a su despacho en el invierno del 2003, mi corazón venía ardiendo de pasión, de calzarse el brazalete rojinegro sobre el brazo izquierdo y con los dedos en ve saludar a los vecinos en la calle, hablando esperanzado del nuevo presidente.

Venía, el pobre corazón, de tantas derrotas y fracasos que desconcertaba con esa ternura encallecida a favor del militante que jugaba con el bastón presidencial desde el primer día. “Éste es de los nuestros”, me susurraba. Y yo lo repetía a viva voz.

Kirchner me dijo, mirando la mesa y señalando un punto casi imaginario:

“Mirá bien, acá empezamos nosotros con la JP. Fuimos apenas el esbozo de lo que pudimos ser. Dimos la vida por Perón cuando fue preciso hacerlo. Lo trajimos de nuevo a la patria sin pedirle nada. La historia nos reconocerá como lo que fuimos. Audaces. Valientes. Corajudos. Todo lo que quieras. Pero nos equivocamos. Y quedamos hasta ahora, detenidos acá”

Néstor trazaba con su dedo índice un semicírculo sobre la madera.

Y agregó: “pero si hacemos un buen gobierno, si nos animamos a retomar las banderas de nuestra generación corrigiendo los errores cometidos, si le devolvemos la herramienta política al pueblo, entonces no nos recordarán sólo como la generación inconclusa, de buena gente pero incapaz de gobernar el país, seremos los que culminamos la tarea de hacer feliz a este pueblo y grande a la nación. ¿Me entendés Jorge?”

El presidente completó el círculo trazado soñadoramente hasta casi cerrarlo en el primer punto de arranque. Y agregó: “Culminaremos esta primera vuelta de nuestra misión, pero sin cerrarla, eh. Porque después de nosotros, vendrán otros que seguirán la historia”.

El corazón sigue ardiendo cuando lo recuerdo.

Entonces teníamos treinta mil lágrimas y ahora treinta mil una.

Y cargamos con ellas como se puede y debe.

Pasaron unos cuantos días desde la mañana horrible del 27 de octubre y ese militante que fue el patagónico, no termina de despedirse.

Somos miles los que sabemos que, aunque nos propongamos, no vamos a despedirlo del todo, definitivamente.

Lo llevaremos siempre con nosotros al amor y sus batallas.

Hoy todo lo que ocurre a nuestro alrededor tiene que ver con él.

Es tanto el impacto de su muerte que incluso los de “afuera” quedaron a la intemperie con sus propias miserias.

Implota el pejota disidente y es esa plaza nacional y popular que lo despide aún, la causante mayor de tamaña crisis.

El vicedisidente Cobos es un trapo de piso y fue esa misma plaza la que le dio su último destino: Que se vaya a regar los cardos de su triste morada.

De Mauricio Macri no queda ni la sombra del bigote. Y es esa plaza la causante.

De la alianza radical delarruista sólo queda un agujero negro que todo se lo traga. Y es esa plaza.

En este marco, el Parlamento nacional debatió el presupuesto enviado por el gobierno popular y democrático.

Vergüenza ajena.

Carrió cargó contra sus socios del radicalismo.

El radicalismo le devolvió los dardos envenenados. Pero eso sí, estuvieron todos juntos y enredados a la hora de votar contra el gobierno de Cristina.

La progresía placeba de Proyecto Sur y el Gen de Margarita Stolbizer, naufragando con la tabla que les tira la derecha.

El pejotismo de De Narváez disimulando apenas la deserción de sus filas del senador Reuteman.

Vergüenza ajena.

La desigualdad cultural y política es inversamente proporcional a la desigualdad social que aún nos falta superar.

Mientras la primera crece a valor exponencial, la otra decrece con la Asignación Universal por Hijo, con más empleo, más políticas de inclusión y más consumo interno.

Esa oposición de la que dimos cuenta, no logra superar su estadio anterior a Néstor Kirchner, como si el proyecto nacional y popular gobernante, no estuviera al alcance de su comprensión histórica. No pueden entender que este país es otro. Imperfecto e incompleto, pero metido de lleno en un rumbo que ya parece, hacia adelante, un rumbo inamovible.

Mal que les pese.

El presupuesto nacional es siempre un plan de gobierno, pero también es la puesta en valor de una plataforma política, de una mirada estratégica que se tiene del país mediato e inmediato.

Lo que ocurrió en el Congreso en la madrugada del jueves fue una exposición de plataformas partidarias. Pongamos que haya sido así.

Pues bien, que nadie se olvide de esa noche, ni de los discursos, ni de las propuestas, ni de las actitudes de los legisladores.

Los opositores que dejaron sin presupuesto al gobierno de la democracia demostraron sin decoro alguno, cómo gobernarán si vuelven algún día a la Rosada.

Sin escuelas, sin viviendas, sin hospitales, sin industrias, sin empleo, sin justicia social ni soberanía.

Representan aquello que escrito estaba en la agenda de Magnetto y compañía cuando la democracia era más un monigote que un cuadro de Carpani.

No es que no tengan pudor por el dolor de un pueblo y su presidenta. No digamos eso. Los pueblos no precisan la lástima de nadie. Saben cargar con dignidad sus muertos y sus dolores.

Así callados, así cantando.

En verdad lo grave es que no tuvieron impedimento alguno para hacer lo que hicieron estando la presidenta de los argentinos, en representación del país, de la Unasur junto a Lula y del G-77 que también preside, allá en Seúl, participando como titular del G-20, en medio de una disputa por la suerte del planeta.

Los opositores fueron Cobos nuevamente.

En su versión más rastrera y antinacional.

No hubo uno solo que tuviera apenas la decencia de oponerse a votar contra la democracia, en nombre del país que batallaba por esas mismas horas en Corea del Sur. Total, siempre habrá tiempo para las cuitas internas.

Esta oposición no mide costos en función del amor al país y a su pueblo. Los costos que evitan, son no ser maltratados al día siguiente por Clarín, TN o La Nación. Nada más que eso. Pero es mejor que lo sepamos: el futuro llegó.

Y hay que cuidarlo, para que el círculo de Néstor se siga dibujando sobre miles de mesas.


Miradas al Sur, domingo 14 de noviembre de 2010

1 comentario:

Nando Bonatto dijo...

¿sabés una cosa?el comienzo de la nota es tan bueno que toda las referencias al rejunte contrera sobran.
Nestor y Cristina están a tanta distancia de este rejunte que hay ocasiones que ni merecen ser mencionados
un saludo cordial