jueves, 19 de febrero de 2009

ESA DERECHA ES UN MONSTRUO Y PISA FUERTE

Esa derecha no tiene moral. Es impúdica, obscena, violenta, provocadora y mendaz.Es cínica como Silvio Berlusconi. Ese pequeño hombre que declaró burlonamente que los desaparecidos argentinos eran arrojados al mar durante la dictadura en “bellas jornadas, cuando los hacían descender de los aviones”.
Los comentarios fueron realizados ante el Diario L’ Unitá, el histórico periódico fundado en 1924 por Antonio Gramsci, aquel intelectual de izquierda que pagó con la cárcel y la muerte su enfrentamiento al régimen fascista de Benito Mussolini.
Si la historia deja sus rastros en la arena del tiempo, el fascismo que laceró el espíritu y la carne de Gramsci y de miles de italianos, fue el tenebroso preludio de esta afrenta contra la digna lucha de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo y contra la memoria desgarrada de todo el pueblo argentino.
Ese hombre millonario, engominado, siempre sonriente, mujeriego, amoral, que corre a bastonazos y metralla a los inmigrantes pobres de toda pobreza, es el mismo que se atreve brutalmente a darnos esta puñalada en el costado más triste del corazón colectivo.
No sabrá siquiera que en el mismo país de la dictadura, el país de los muertos y los desaparecidos, los presos y los exilados, los desocupados y los perseguidos, miles de sus compatriotas hallaron mucho antes, refugio, afecto y trabajo. Esos italianos, son nuestros padres y abuelos, nuestros vecinos y amigos, nuestros hermanos de sangre y de alma, son parte del “nosotros, los argentinos”.
Él acaba de ofender a todos y es bueno que lo sepa.
Esta provocación, también es parte de un contexto internacional de crisis. En lo político y en lo cultural. Desde la indignación y el espanto que nos producen, es útil saber que expresiones como las de Berlusconi representan un sector de la sociedad contemporánea que atrasa todos los relojes de la historia, que nos arrastra a la boca de un fascismo que no puede disimular su racismo xenófobo aunque parezca parlamentarista, liberal o moderno. Están siempre al acecho porque defienden su dinero y su poder. La crisis es también para ellos una oportunidad de aparecer como oferta de recambio en medio de un mundo que se les desmorona. Podrán presentarse graciosos y chabacanos o prudentes y atildados. Mal que nos pese, están allí, cual dinosaurios vivos y rugientes que resisten el cambio de los tiempos. Se burlan de nuestros muertos porque son heraldos de la muerte. “Viva la muerte”, gritaron alguna vez. Están en Italia pero también entre nosotros.
Hacen política, despolitizando. Se ufanan venir del mundo de lo privado, como si fueran una clase superior en la escala humana. Pero saquean al Estado cuando se pone a tiro. Son dueños de multimedios como Berlusconi, ex deportistas, cantantes afamados, terratenientes ricos, pitonisas de academia y señoras platinadas. Usan a los pobres, sin conmoverse con el dolor ajeno. Defienden sus intereses propios como si fuesen universales. Hablan de sus campos y riquezas, de sus aldeas y provincianías, como si hablaran del centro del universo. Atrasan al punto de concebir sus pretendidos feudos como entidades que anteceden a un proyecto de nación.
Los argentinos, que sí somos una Nación, llevamos sus alientos y sus garras sobre la espalda memoriosa de nuestros más profundos dolores.
Por eso, honrar la memoria de los 30.000 que amamos tanto, hoy es honrar el sueño de un país que ya no quiere volver atrás.


(El Argentino 19/02/09)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jorge, usté es un mostro. Me encanta leerlo. Le dejo un abrazo.

patricio dijo...

el titulo lo dice todo......

un abrazo jorge.