miércoles, 4 de febrero de 2009

OJALÁ QUE LLUEVA CAFÉ EN EL CAMPO

Llueve sobre algunas ciudades y sobre una buena porción del territorio nacional.El pronóstico es alentador para aquellas zonas donde la seca atenaza con sus garras a sembrados y animales. De todos modos, el gobierno no deja de trabajar en la implementación de la emergencia agropecuaria nacional que firmara días atrás la Presidenta Cristina Fernández. Si llueve, mejor. Pero si los cielos siguen ausentes en materia de riego, es bueno tener un Estado que piensa en el pueblo y un gobierno que no especula con el servicio meteorológico. En igual sentido, el gobernador Scioli decretó ayer la Emergencia agropecuaria en la provincia de Buenos Aires, postergando, o eximiendo según el caso, el pago de las obligaciones inmobiliarias de los productores afectados por la sequía.
En el mundo del trabajo, el Ministro Carlos Tomada reafirmó que la defensa del empleo es una política de Estado para el gobierno nacional. En la economía, creció la recaudación impositiva en enero y según las primeras estimaciones superará a los 23.600 millones de pesos de diciembre pasado, mientras que el acumulado durante el año 2008 se situaría en los 269.375 millones, lo que haría superar la meta fijada por el Presupuesto anual en unos 35.000 millones de pesos. En el conurbano, Néstor Kirchner acompaña a los municipios celebrando más escuelas, más caminos, más obra pública, más trabajo.
Le proponemos comparar estos datos de cabotaje con los que llegan de otras partes del mundo. Vaya a las noticias internacionales con cuidado, porque sentirá el pánico causado por el desplome sin fin de bancos y empresas y gente en la calle, así en EEUU como en la vieja Europa. Para colmo de males, nieva sobre los tejados con una temperatura que llegó a los 40 grados bajo cero en algunos países.
Calma. No es necesario ponernos un abrigo porque el frío castiga en Moscú o en Londres. Ni que nos asustemos contrayendo el consumo porque los bancos europeos y norteamericanos divierten los cuantiosos fondos que recibieron de sus respectivos Estados. Ni que volvamos a creerles a los mismos que ajustaron nuestra economía cuando la crisis nos pegó duro en el 2001, sean ellos economistas, políticos o periodistas ilustrados. Estamos en esta Argentina, haciendo entre todos un nuevo país. Digámoslo fuerte, porque eso sí que es cierto. Lo tocamos todos los días cuando nos levantamos para ir al trabajo o a la playa o donde sea que vayamos a ir.
La única verdad es la realidad, hoy más que nunca.
Claro, nada es fácil cuando se tocan intereses tan poderosos como aquellos que son afectados por las medidas que implementa el gobierno democrático y popular en favor del empleo, la producción y el consumo interno. Lo importante es darnos cuenta que nos quieren vender gato por liebre, negando la realidad que vivimos, haciéndonos creer, incluso, que en la Argentina también cae nieve.
Que no nos mientan más. Que aprendan a vivir en democracia. Que disientan pero que no violenten esta paz que tanto nos costó a los argentinos. No es mucho pedir.
Y aunque nos indigne escuchar a Eduardo Buzzi con aquella cantinela de “por algo será” de la dictadura, justificando la agresión fascista al diputado Rossi y calificando a los jóvenes militantes que le recordaron su pasado como “cuentapropistas” o ver a Julio Cleto Cobos usar y violar el mandato popular presentándose ayer tan descaradamente como opositor y socio de los patrones rurales, sigamos abriendo nuestras manos para invitarlos al sosiego y a que se pongan la camiseta argentina por una vez en sus vidas. Después de tantos dolores, hoy tenemos un gobierno al que pueden criticar, pero no condenarlo porque no hace llover café en el campo. Al menos, por ahora.


04-02-2009 Contratapa El Argentino

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