martes, 17 de febrero de 2009

ESTA TARDE VI LLOVER, VI GENTE CORRER Y NO ESTABAS TÚ...

El mundo está dado vuelta y no deja de asombrarnosLos neoliberales parecen estatistas; Macri, en una sobredosis de menemismo, reitera la política del sobresueldo; agreden al diputado Rossi, pero sus agresores dicen que el violento es él.
Con igual y contradictoria lógica, algunos analistas y consultores, afirman por estos días que el Gobierno mantiene su iniciativa gracias a la impericia de los opositores. Gastan mollera y tinta para hacernos creer que este gobierno no es que sea bueno, sino que los opositores recién están entrando en carrera. ¿Dónde estaban antes? nos preguntamos entonces. Así cualquiera gobierna, dicen.
¿Nos acompaña a ver la situación desde una visión distinta?
El gobierno tiene iniciativas todos los días. Ellos no. El gobierno trabaja de domingo a domingo. Ellos no. El gobierno corre de inmediato cuando hay una necesidad colectiva. Ellos no. El gobierno cumplió con su proyecto de reestatizar la administración de los fondos jubilatorios y anula las AFJP. Ellos no. El gobierno enhebra su relación de integración con los pueblos y gobiernos latinoamericanos. Ellos no. El gobierno establece relaciones maduras y sustentables con EE.UU. y países de Europa, África y Asia. Ellos no. El gobierno tiene un proyecto nacional. Ellos no. El gobierno dialoga sin agraviar a nadie. Ellos no.
Y así podríamos seguir con un listado interminable que apoya nuestra percepción de que más allá de lo que haga o no haga la oposición, el gobierno es una colmena en pleno trabajo. Se inventa y reinventa a si mismo. Se acuerde con él o no.
Podríamos afirmar como hipótesis que si tuviésemos en la Argentina, una oposición lúcida, trabajadora, capaz, dialoguista, constructiva, inteligente, civilizada, pacífica, honrada, nacional, democrática y moderna, el gobierno avanzaría incluso mucho más y mejor que lo viene haciendo desde el 2003 y no peor. Podría, por ejemplo, compartir acciones y espacios democráticos e institucionales que representen al conjunto de la ciudadanía y del Estado, se integrarían delegaciones conjuntas a eventos internacionales, se compartirían tareas solidarias en catástrofes naturales, etc. Pero eso es imposible con opositores que sólo saben sacar la lengua y tirar mala onda.
En el fútbol se suele decir que cuando un buen equipo, que viene jugando bien, que gana y luce, se enfrenta contra un mal equipo, torpe, mediocre, sucio, tramposo, deslucido, lo más probable es que el partido sea francamente malo y el equipo bueno se parezca más al mediocre, y no viceversa. En política es más o menos igual. Por eso en estas columnas venimos advirtiendo del cuidado que tendrá que tener el gobierno, a sabiendas que la mediocridad es contagiosa.
La vemos a la Presidenta todos los días anunciando la realización de Obras Públicas en todo el país; ayer con el gobernador de Entre Ríos, acompañado de sus intendentes y los obreros de la construcción con sus cascos amarillos, convocando a la solidaridad y la responsabilidad hoy más que nunca.
Un Estado cada vez más presente y una oposición cada vez más ausente. Todo un signo de época.
¿Se imaginan a Carrió, Macri, Duhalde, Solá, De Narváez, chapoteando el lodo bajo la lluvia, solidarios, en la doliente Tartagal, de la semana anterior?
Pero esa tarde, como ayer, vimos llover, vimos gente correr y ellos, igual que en el bolero de Manzanero, siguen ausentes.
Seguramente estarán ocupados programando la próxima conferencia de prensa.
(El Argentino - 17/02/09 contratapa)

2 comentarios:

Mario Paulela dijo...

Es como le dijo Leonardo Favio a Marcelo Zloto, cuando le preguntó qué era lo peor que tiene este gobierno. "¿Lo peor que tiene el gobierno? ¡La oposición, querido! Eso es lo peor que tiene."
Muy bueno, Jorge

Partes de Guerra dijo...

Jorge:

Sabés que hace tiempo venía pensando justo eso: que la oposición es tan mezquina y tilinga que no permite que el gobierno sea mejor, que realmente corrija las cosas que hace mal, hace poco o no directamente no hace. Pero, lamentablemente, están empeñados en criticar lo superficial, las formas. No se les cae una sola idea de propuesta alternativa o, aún peor, cuando se les escapa algo es como Carrió que propuso volver a endeudarnos con el FMI (de Obama).

Un abrazo.