miércoles, 16 de noviembre de 2011

Entre el cielo y el infierno


Imaginemos un poco. Es un buen ejercicio para la memoria.

Empecemos por imaginar un día en la vida de Ángela Merkel.

La jefa del gobierno alemán se levanta temprano y parte a su despacho.

La Bundeskanzler habla con banqueros, con presidentes de la eurozona y el tema siempre es el mismo: el ajuste.

Nunca una inauguración de escuelas, de fábricas, de caminos y obras públicas.

Nunca.

En tiempos de ajuste salvaje, la palabra “producción y empleo” es una herejía.

Y la palabra “inclusión” te transforma en sospechoso de inmigrante clandestino.

Merkel charla animadamente con el francés Sarkozy y se dividen las tareas.

Uno habla con los griegos. Otro, con los italianos.

Recitan la receta del FMI con algunos bemoles.

“Europa desaparece si desaparece su moneda” dicen. “Es la crisis más grande desde la segunda guerra mundial. ¿Cómo debemos enfrentarla? Ajustando más la economía con menos gasto público, menos empleo, menos inversiones”.

España ya probó la medicina. Y se cae. Portugal, ídem. Grecia e Italia, ídem.

La cultura greco romana no era tan fuerte como nos enseñaron.

¡Hasta el petiso Asterix se les anima!

¿Y un día en la vida de nuestra Presidenta es muy distinto?

Se levanta temprano. Recibe a sus ministros y funcionarios.

Viene de Tierra del Fuego. Inauguró una fábrica. Habló a los trabajadores y les pidió que cuidemos el país que reconstruimos y que vamos por más. Siempre.

Vuelve a Buenos Aires. Viaja a Santa Fe. Recorre la planta de General Motors en Alvear, en las afueras de Rosario. Le muestran la unidad 200.000 del modelo “Agile” producido en el país y, además, se anuncian más inversiones.

Pronuncia un discurso y luego se dirige a la ciudad santafesina de Las Parejas; cierra la 8ª edición de la Muestra Agroindustrial, “Néstor Kirchner”; participan más de 90 empresas de maquinaria agrícola.

Se anuncian inversiones por 2,5 millones de dólares y se descubre una placa recordatoria con la frase que pronunció Néstor Kirchner en julio de 2007, cuando dijo: “Las Parejas es el corazón vivo de la Argentina que renace”.

Dice Cristina: “es bueno que los argentinos sepamos que tenemos que defender con uñas y dientes, en un mundo complejo que se derrumba, este modelo que hemos construido entre todos y que aprendamos que cuando comienza a irle mal a un sector, generalmente son los más vulnerables los que más tarde o más temprano sufrirán las consecuencias”.

En el regreso lee que la ministra Alicia Kirchner declaró: “Mientras en el mundo se discute el ajuste, en Argentina se siguen generando puestos de trabajo e inclusión”.

Cristina sonríe.

Sabe que él la está mirando desde algún rincón del cielo, mientras festeja el triunfo de Argentina.

El Argentino, miércoles 16 de noviembre de 2011

3 comentarios:

carlos dijo...

Como cantan los chicos..."Nestor no se murió, Nestor no se murió, Nestor vive en el pueblo............". Abrazo.-

jorge giles dijo...

Un fuerte abrazo, Carlos!!!

Javier dijo...

Estimado Sr. Giles:
Me parece una exageración su descripción. Usted pretende indicar que la vida en Argentina es como estar en el cielo, y en su contraparte, vivir en Alemania, un infierno.
Permitame disentir con usted. Habiendo tenido la oportunidad de vivir en Alemania, le puedo asegurar que la calidad de vida allí es muy superior (aunque nos pese), aún para los sectores más humildes.
Que tengan esa calidad de vida dependa de que imponen su "ritmo" al resto de la comunidad europea, es otra discusión. Pero me parece desacertada su descripción.