jueves, 3 de noviembre de 2011

Dentro de la ley, todo.




Mientras escuchábamos ayer los anuncios efectuados por los ministros de economía, Amado Boudou y de Planificación, Julio De Vido, recordábamos una de las frases mas claras y concisas de Juan Domingo Perón: “Dentro de la ley, todo. Fuera de la ley, nada”.

En esos conceptos hunde sus raíces el kirchnerismo como nombre propio del movimiento popular del siglo XXI.

El gobierno nacional encara con firmeza la transparencia total del sistema económico.

Ahora fue el turno de eliminar los subsidios a bancos y financieras, a seguros, a juegos de azar (casino, bingo, hipódromos), aeropuertos, puertos, telefonía móvil y a las actividades extractivas de hidrocarburos y minerías.

Una comisión de expertos estudiará todas las líneas de subsidios que se venían otorgando, mientras se traspasan los subterráneos y el premetro a la jurisdicción porteña, tal como dicta la ley.

Los 600 millones de pesos que se ahorrarán serán destinados a más inversión en infraestructura.

Pese a que el ministro De Vido aclaró con firmeza, con didáctica y con elocuencia que la quita de subsidios no implicará la modificación de ninguna tarifa pública, TN transmitía la duda y el temor sobre posibles aumentos y la página de Clarín, metía miedo con “el encarecimiento de los servicios públicos en las próximas facturas”.

Mienten a mano armada, sin pudor alguno.

Ofende al buen gusto tanta mentira organizada.

A una medida como la de ayer, que defiende a los que menos tienen y les hace pagar lo que corresponde a los que más tienen, La Nación la llamó “plan de ajuste” y el Clarín la bastardeó como quiso.

Un humilde consejo, apreciado lector: no escuche más a los agitadores profesionales del periodismo monopólico y si lo hace, no les crea nada.

Haga como hizo el pueblo con Carrió y sus profecías sobre el Apocalipsis: la dejó sola.

Además ¿no habría que iniciar una campaña ciudadana de salud ambiental exigiendo a las confiterías y lugares públicos que la pantalla fija no sea la de TN?

La etapa económica que se inició se expresa en dos palabras muy usadas en la antigüedad, antes de Kirchner, pero muy poco aplicada: transparencia y equidad.

Si los subsidios generalizados del Estado fueron una palanca necesaria para volver a mover un país destruido por el neoliberalismo, en este tramo de la historia, en que la economía crece en todos los rubros, ha llegado la hora de personalizar cada línea de subsidio.

Es la hora de pasar el peine fino, como dijo la Presidente oportunamente y reafirmaron ayer los ministros.

¿O no era esto lo que antes reclamaban algunos opositores?

“Cambio es el nombre del futuro”, anunció Kirchner el día que asumió.

Señoras y señores, damas y caballeros: el futuro llegó.

El Argentino, jueves 3 de noviembre de 2011

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