viernes, 11 de noviembre de 2011

El derrumbe y la condición humana


El tipo se acomodó el bigotito, carraspeó un poco, miró a lo lejos y declaró solemne ante los medios:

“La tragedia se podría haber evitado si el gobierno hubiera hecho cumplir la ley como le corresponde. Son muchos los porteños que corren riesgo de muerte por este Estado ausente. La tragedia no es un tsunami, ocurrió porque existe un Estado ausente, porque hay una mala política, irresponsable y cómplice de la corrupción. La política tiene responsabilidad porque, con las leyes vigentes, la tragedia no hubiera existido. Lo único que interesa ahora es esclarecer la verdad para que hechos como éstos no vuelvan a ocurrir.”

Así hablaba Mauricio Macri luego del incendio en “Cromañón”, ocurrida en la noche del 30 de diciembre de 2004.

¿Y ahora, Macri?

Claro, no era él sino Aníbal Ibarra el Jefe de Gobierno cuando sucedió la tragedia del salón de Bartolomé Mitre 3060.

Bajando por la misma calle, en el 3º B del edificio de Mitre 1232, vivía Isidoro Madueña.

Quién se iba a imaginar que 7 años después ese lugar se derrumbaría no por una bengala, sino por la irresponsabilidad criminal de empresarios voraces y la ausencia del Estado porteño.

Claro, hoy es Mauricio Macri el Jefe de Gobierno y cuenta con el triste récord de edificios derrumbados, muertos, heridos y víctimas de desgracias que podrían haberse evitado.

23 derrumbes y 10 personas muertas en lo que lleva de gestión.

Esta vez la desgracia llamó a retirada con un crujido largo, como dando tiempo para que se alejen todos.

Así lo hicieron los vecinos, solidariamente.

Solitarios y tristes, desamparados y desolados.

Isidoro era un poco sordo.

Montenegro: ¿Ni un policía metropolitano para socorrerlos?

Allá en el corazón de San Telmo, Mariano Madueña, hijo de Isidoro, tiene su mítico bar “GueBara”.

Corrió a buscar a su padre.

No atendía el teléfono. No lo llamaba. ¿Dónde estaría sino en su propia casa encerrado?

Pero nadie le prestaba atención.

La grúa, porfiada, castigaba una y otra vez las paredes del edificio donde estaba su padre.

Hasta que el tipo, de bigotito aunque se haya afeitado, salió a decir desvergonzadamente que estaba contento porque había un solo desaparecido.

Hoy, un solo muerto.

La indolencia de Macri para con la vida, le pegó en el pecho a Mariano con la fuerza de esa grúa.

Los que guardan en su memoria tanto dolor acumulado, sintieron lo mismo que él.

Pero quienes gobiernan la ciudad creen que todo se arregla con dinero; por eso hablan solamente del valor de las expropiaciones y cero de contención.

Hace dos siglos Carlos Marx escribía: “La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.

Fin.

El Argentino, viernes 11 de noviembre de 2011

1 comentario:

profemarcos dijo...

Y Miliciades Peña y los del Ari (ahora coalición Cívica) y las tapas de clarín ¿donde están?