domingo, 20 de noviembre de 2011

La única verdad es esta realidad



Como si el realismo mágico diera una voltereta en el aire y cayera sobre las comarcas de ese poder mediático que siempre despreció.
Como si García Márquez les sacara la lengua augurándoles cien años de soledad a Clarín y La Nación.
Como si el orden de las cosas se hubiese invertido, no justamente por azar, sino por la voluntad de un pueblo.
Como si el género del drama y el grotesco estimulara las plumas y las voces que otrora fueron las firmas del exclusivo y excluyente club de certificadores del sentido común.
La única verdad no es ese caprichoso plagio de realismo mágico que, por otra parte, seguirá perteneciendo por los siglos de los siglos al imaginario popular.
La única verdad es que el viejo orden ha caído.
Ese sí que sería un título certero para describir la realidad del mundo, la región y la Argentina adentro.
Los poderes establecidos a lo largo y ancho del siglo XX perdieron densidad e institucionalidad.
Ni los EE.UU. ni Europa son hoy lo que supieron ser en la antigüedad.
Es una crisis estructural que hace temblar las columnas que sostienen esa vieja hegemonía colonial e imperialista.
Los burócratas de la ONU y la OEA, el FMI y la OTAN, ordenan un café y el mozo les trae una lágrima, un mate cocido o lo que tiene a mano.
Los gobiernos de los países centrales acuerdan un “plan de salvataje” para Grecia y Zorba el griego corre el riesgo de morirse de hambre en pleno baile.
Ese viejo orden tiene sucursal en la Argentina desde siempre. Y también ha caído.
La prueba está en la desesperación facciosa demostrada por sus grandes medios. Mienten tanto y tan descaradamente en sus editoriales, que apenas son un remedo de aquellos burócratas que antes mencionamos.
Asustan con el dólar, por ejemplo, queriendo provocar una corrida y la gente de a pie, en clave de Néstor multiplicado, los mira como diciendo “¿Qué te pasa Clarín, estás nervioso?”.
Pero a no engañarse. Lo que cayó es el viejo orden, no el poder mediático que lo sostenía.
Siguen allí, como el eco vago de un mundo que ya no está, como una mascarita en medio de su propio funeral, como un lobo aullándole a la luna. Pero siguen allí. A veces agazapados y a veces en fugaz estampida por las calles y los bares y las plazas, como si fueran los toros de San Fermín. O el toro fijo de Wall Street.
La mejor manera de enfrentarlos es identificarlos ante cada operación contra los intereses del pueblo y la nación.
Pero sin detenerse más que lo necesario en ese preciso instante donde los hombres y mujeres se vuelven luminosos con su propia verdad.
Hay una patriota en la Casa Rosada. Por eso es tiempo de avanzar y construir un orden liberador, transformando la victoria electoral en más y mejor organización social.
Eso se llama, construir poder popular.
El Gobierno de Cristina está en la antesala del tercer mandato del proyecto nacional iniciado con Néstor Kirchner el 25 de Mayo de 2003.
Acomoda los muebles. Alfombra a nuevo el salón de todos. Quita los subsidios a los poderosos, transparenta el mercado de divisas, defiende el modelo con uñas y dientes, inaugura fábricas, sostiene con eficiencia y dignidad la línea área de bandera de los argentinos. Renueva las lámparas para alumbrar mejor, cercanías y lejanías.
Es una forma de decir que la fiesta obscena del viejo orden ha terminado.
Las principales espadas del modelo limpian los alrededores del salón para que las alimañas del mercado “negro” no hagan su agosto envueltos en papel prensa. Transparencia es el nombre del cambio en esta etapa. Todo por derecha. Empezando por la derecha. La económica, la política, la que venga.
¿Se opone alguien a esta transformación social? Si fuese así, habrá que debatirlo a cielo abierto, con todos los vecinos y los compañeros del trabajo o del papi futbol. Pero debatirlo entre todos, es la tarea. Es la manera de dejar al desnudo la proyección enfermiza que los comunicadores del poder hacen de cada acción de gobierno.
Ellos dicen: “Se terminó la fiesta”. Diario La Nación.
Nosotros decimos: así es y no le han mentido. Tendrán que aceptar, como un jarabe amargo, que la política de subsidios es universal en tiempos de crisis, pero selectiva en tiempos de bonanzas.
Ellos dicen: “La tarifa, como De Vido subraya, no se modificará. Pero los usuarios pagarán mucho más por el gas, luz y agua”. Diario Clarín.
Nosotros decimos: con todo respeto humano, háganse ver por un profesional. Si admiten que las tarifas no subirán ¿cómo hacen para fundamentar que igual se pagará más? A no ser que Clarín disponga un aumento desde las oficinas de Magnetto.
Ya entendimos: ustedes pagarán más. Esa es la queja.
Y a eso le suman que el eje de rotación de la democracia ya no pasa por la inmunidad y la impunidad de nadie, tampoco de los poderosos, sino por una política que redistribuye progresivamente el ingreso y la riqueza. Y que para peor de males, tiene caja de quinta pero no tiene marcha atrás.
Lo cierto es que a mayor transparencia, mayor equidad social. ¿O no se preguntan adónde irán a parar las sumas recuperadas por la quita de subsidios a los grandes contribuyentes? Les damos una ayuda para que no se confundan: ¿Adónde fueron a parar los ahorros de los trabajadores recuperados de las ex AFJP? Si responden a más escuelas, más hospitales, más caminos, más agua, más cloacas, habrán acertado en la respuesta. Si continúan con la opereta de siempre, es porque simple y llanamente no quieren que les quiten los subsidios, no quieren que haya transparencia en la compra venta de divisas, no quieren equidad social.
En esta nueva fase del modelo, el consumo, la producción y la creación de fuentes de trabajo se seguirán recalentando. Aunque no tanto como los diarios del monopolio. Y se seguirán enfriando aquellos mecanismos que encontraron su fundamento en épocas de plena crisis pero no ahora que estamos de lleno en plena redistribución equitativa.
No hay neutrales en esta historia, dice la Presidenta.
Los ninguneados de siempre están contentos. Y esa música del pueblo no suena bien a todos los oídos.
Se tendrán que ir acostumbrando.

Miradas al Sur, domingo 20 de noviembre de 2011

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