domingo, 5 de junio de 2011

El fin del bipartidismo conservador



Sólo la historia política escribe con paradojas tan implacables como ciertas.
Ahí está Macri con el rabino Bergman y el pobre Pedro usado y humillado por la publicidad del PRO.
Eduardo Duhalde asociado con Aldo Rico, con el bochorno de Mario Das Neves y el indulto a Videla.
El ex piquetero Raúl Castells con Rodríguez Saa.
La ex funcionaria de la dictadura, la diputada Elisa Carrió, expulsada de la APDH por su identidad con los hijos presuntamente apropiados por Ernestina Herrera de Noble es la jefa política de las diputadas que denunciaron al ex apoderado de las Madres.
Pero la paradoja que sigue se lleva todos los premios:
Si Raúl Alfonsín fue el dirigente político que rescató al radicalismo de sus viejas penumbras para devolverlo renovado al mayor de los escenarios institucionales, la presidencia de la República, también se llama Alfonsín el encargado de sepultar al viejo partido centenario con su decisión de armado electoral con la derecha.
El viejo bipartidismo conservador se juntó en un solo manojo por decisión de “Ricardito”.
Si el radicalismo cumplió su ciclo histórico, el bipartidismo perdió su razón de ser.
Pero vamos por parte.
El “Frente progresista” anti kirchnerista, se extinguió. Como los dinosaurios. No sucedió de golpe. Empezó con la deserción temprana de Pino Solanas a la disputa nacional que vació el costado más furioso de esa progresía.
Son los que se niegan a aceptar que desde el 2003, el kirchnerismo ocupa casi toda la ancha franja del espacio transformador de la sociedad. El cambio tan declamado y reclamado por estos sectores comenzó el día que Néstor Kirchner asumió la presidencia. Cuando niegan esta afirmación, no niegan una opinión política distinta a las suyas. Niegan la realidad, que es algo muy distinto.
El sinuoso cotejo nupcial entre radicales y socialistas, entre Binner y Ricardo Alfonsín, ahondó la crisis del sector hasta convertirse en este cortejo final del contubernio entre Alfonsín y González Fraga.
Los radicales y sus exégetas mediáticos del Grupo Clarín y La Nación, explican y justifican muy sueltos de cuerpo, que la razón de la alianza con De Narváez está fundamentada en la imposibilidad de juntar votos propios.
Y como los socios y ex amigos del socialismo, del radicalismo de Margarita Stolbizer, de la UCR misma, no garantizaban densidad de votos, pues bien, hay que aprovecharse de los votos que, teóricamente, tiene el referente de la nueva derecha peronista, Francisco De Narváez.
Decimos teóricamente porque este argumento se asienta sobre la fotografía de las elecciones bonaerenses del 2009. ¿Piensan acaso que nada cambió desde entonces?
Pero sigamos. Concedamos que es así y que incluso, triunfan en las próximas elecciones: ¿Cómo haría para gobernar un presidente radical que no tiene fuerzas propias en la mayor provincia argentina y lo que es peor, ata su suerte a un conglomerado que reúne lo más decadente de la política de la derecha?
El abismo es tan grotesco que pasamos de un Alfonsín proclamando que “con la democracia, se come, se cura y se educa” a éste que dirá “Alica –alicate”
Algo semejante ocurre con la decisión de elegir a González Fraga para la candidatura a vicepresidente.
Dicen, sin ponerse colorados, que es para dotar a la fórmula de la “solvencia económica” que carece el candidato Alfonsín y para alejar los fantasmas que traen los recuerdos de la hiperinflación alfonsinista.
Una cuestión importante ocurrió en estos años en las entrañas de esta sociedad, en su cultura política, en su aprendizaje colectivo, en su experiencia: recuperó la política como herramienta principal de la democracia para resolver sus problemas cotidianos. Con Néstor Kirchner y Cristina supo definitivamente que la que manda es la política y que cuando nos bolacearon con que era “la economía” nos estaban mintiendo desde el costado derecho de la pantalla.
¿Qué parte no entendió Alfonsín de esta recuperación de la política que ya es patrimonio de todos y no sólo del partido de gobierno?
El espacio que se acaba de coagular es claramente de derecha y Ricardo Alfonsín, apenas un grumete que oficia de presentador del navío. La capitanía seguramente la constituyen los “mercados” y la comandancia mayor del Grupo Clarín.
Una muestra de este desparpajo lo dan las editoriales del monopolio mediático y la propia UCR que volvieron a utilizar un giro discursivo que creíamos desterrado definitivamente: “Alfonsín está dando un guiño a los mercados”. De terror.
El radicalismo, de cuño irigoyenista y democrático, no acompañará este despropósito. ¿Con qué cara, con qué banderas, con qué mística partidaria compartirían actos de campaña al lado de quienes fueron los verdugos políticos del Alfonsín auténticamente radical como fue el ex presidente de la nación?
Sería una afrenta a la memoria del primer presidente de esta democracia.
“Ricardito” no intentó siquiera retomar las ideas y la conducta de Bernardo Grinspun para retomar la posta frustrada que dejó su padre en el intento primero de implementar la política económica de su gobierno.
Este Alfonsín prefirió mimetizarse con los menemistas que vinieron a “ordenar” el país con las recetas del FMI y el Consenso de Washington después del desmadre que provocó la hiperinflación.
Es toda una señal elocuente que Alfonsín haya elegido para apuntalarse, no a dos políticos, sino a dos empresarios de pensamiento conservador: De Narváez y González Fraga. Uno le manejará el territorio y el otro la política económica, es decir, la política.
¿Se los imagina gobernando juntos? Sería un verdadero suicidio para toda la sociedad. Justo ahora que la República dejó de estar perdida, a este Alfonsín se le ocurre perder la oportunidad del radicalismo de ayudar a consolidar un país democrático, inclusivo, latinoamericanista, desarrollado. Como quería y no pudo o no supo construir Raúl Alfonsín.
La historia será muy dura con Julio Cobos por su deslealtad a doble banda, pero anotará en la misma lista al nuevo candidato de la derecha, Ricardo Alfonsín.


Miradas al Sur, domingo 5 de junio de 2011

2 comentarios:

pato dijo...

si el padre nos dejo en pampa y la via y en manos del impresentable de menem ,este ,que no hizo nada en su puta vida que nos hara??

Beatriz Fernández Vila dijo...

"Tengo un Plan; sepultar al radicalismo porque muerto está hace mucho tiempo"
Firma Francisco