Triunfó la lealtad, la valentía y la capacidad de gestión al momento de la decisión final.
Por eso hay alegría y esperanza en las calles, pese al “operativo desánimo” iniciado ayer con el descenso de River.
TN no parecía transmitir un partido de fútbol sino una guerra virtual, con un libreto escrito de antemano.
¿Esto también es parte de la impotencia opositora? ¿Las corporaciones intentan dividir y entristecer a las mayorías populares allí donde se manifiesten? ¿Es parte del negocio sucio? ¿Contrataron matones disfrazados de “hinchas”? ¿Alguien muy poderoso está detrás de estos desmanes?
En las afueras del estadio, con la tristeza legítima de los verdaderos hinchas, el clima se parecía bastante al que se vivió en el Parque Indoamericano.
Todo muy sospechoso.
Sigamos apostando a la vida, pese a los crispados de siempre.
Boudou, Mariotto, Filmus, Juan Cabandié, Aníbal Fernández, Julián Domínguez, Andrés Larroque, Wado de Pedro, Facundo Moyano, Roberto Feletti, la lista es larga, pero… ¿Se dieron cuenta que son todos jóvenes los candidatos del Frente para la Victoria?
No es un dato menor para una fuerza política que hace 8 años gobierna el país.
Lejos de “envejecer”, el proyecto nacional y popular se renueva a sí mismo.
La economía crece al 9,1 %, el empleo y la producción siguen aumentando, la Argentina consolida su liderazgo internacional mientras avanza la defensa de los derechos humanos.
Es el país real de los argentinos. Incluso de los que niegan obcecadamente esta realidad.
Otro dato: ninguna de las fórmulas antikirchneristas busca sostener el modelo vigente.
Por el contrario, los opositores atacan furiosamente al gobierno de Cristina, proponiendo enfriar la economía, bajar el consumo, suprimir empleos y abrirse del MERCOSUR y la UNASUR.
De un modo u otro, representan al monopolio Clarín y las corporaciones económicas concentradas.
En cambio, Boudou expresa la continuidad y la profundización del proyecto de país que nos gobierna, un modo de ver el mundo, de inventar nuevas herramientas para el mundo que viene, defendiendo los intereses nacionales con una arquitectura económica y financiera capaz de cortar los nudos de la dependencia externa con el FMI, recuperando el ahorro argentino secuestrado por las ex AFJP.
Por eso algunos están nerviosos. Impotentes. Rabiosos.
Hay que estar lejos de esos sentimientos insanos. Hay que apartar las piedras del camino y seguir avanzando, como sabiamente indicó la Presidenta.
De acá en más es tiempo de construir la victoria.
Y esa sí que es una tarea colectiva, nacional, popular y democrática.
El Argentino, lunes 27 de junio de 2011
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