Si la sola presentación de las alianzas electorales provocó semejante bochorno opositor, como el protagonizado por la dupla Solanas-Binner, habrá que prepararse para presenciar el posible papelón de esta semana con las listas de candidatos.
La política en el centro del escenario social, desborda a una dirigencia malcriada en pensar exclusivamente desde un estudio de TV.
Lo que viene aconteciendo es demostrativo, creemos, de un divorcio definitivo entre esa dirigencia y la sociedad que trabaja, estudia, consume, produce y sueña en construir un país cada vez más inclusivo.
En ese país real, ha fracasado la ofensiva cobarde contra Hebe y las Madres de Plaza de Mayo. Al Grupo Clarín y sus políticos serviles el tiro les salió por la culata, porque el apoyo a las Madres se ha vigorizado como nunca antes. Un ejemplo fue el emotivo acto en la Universidad de La Plata donde la decana de la Facultad de Periodismo, Florencia Saintout, los estudiantes y Víctor Hugo Morales le entregaron a Hebe, el Premio “Rodolfo Walsh”.
El que se mete con ellas, tendrá que afrontar las consecuencias que supone enfrentar a todo un pueblo y su historia más dolida.
El Grupo Clarín, como un eslabón central del poder económico concentrado, atraviesa un momento crucial.
Si juegan a todo o nada es porque la realidad política ha tomado un ritmo tan acelerado que no permite medias tintas para nadie. Todo se mueve a una velocidad propia de este cambio de época que vivimos y donde la agenda política ya no es patrimonio exclusivo del monopolio mediático.
Para colmo de males, han quedado al descubierto. Las corporaciones que le fueron afines en la antigüedad y que le oficiaban de blindados y cornetas retransmisoras ya no están o perdieron credibilidad.
¿Qué fue del lote de políticos obsecuentes que por la derecha o por la progresía abrevaban en Clarín como fieles en su iglesia y multiplicaban su discurso a cambio de un minuto de fama?
No dejan estropicio por cometer. Es tanta su desesperación para diferenciarse del gobierno nacional que se deslizan grotescamente por el plano inclinado de las posiciones más conservadoras y reaccionarias.
Ricardo Alfonsín agravió desde el exterior del país a todos los argentinos, falseando la realidad de una manera artera y falaz. No puede decir impúdicamente que “la Argentina está aislada internacionalmente” en el mismo momento que el Secretario General de Naciones Unidas declaraba aquí que nuestro país ejerce un liderazgo internacional en América Latina y en el seno de los países miembros del G-20 y el G-77 más China.
¿Así pretende llegar a presidente? ¿Mintiendo?
Además, es indignante su amenaza de derogar la Ley de Medios de la democracia. Que no se ofenda si le dicen que su jefe de campaña es Magnetto.
Es patético y anacrónico ver a este “líder opositor”, como lo presentaron afuera, hablar mal de su país y concurrir a la Asamblea anual de la OIT para quejarse porque la inmensa mayoría de los trabajadores organizados son peronistas.
En la actitud reaccionaria y mendaz, los opositores terminan mirándose en el mismo cruel espejo de Elisa Carrió.
La vuelta de la política como instrumento de cambio desnuda la mediocridad opositora. Por supuesto que no es sólo atribuible a esos dirigentes la ausencia de creatividad. Tampoco tienen sustancia para ser creativos. Siguen anclados en un país irreal dominado por un “sentido común” fabricado por las usinas mediáticas.
Ese país ya no está, kirchnerismo mediante.
En este marco se produce la decisión de los presuntos hijos apropiados de Ernestina Herrera de Noble de presentarse voluntariamente para la extracción de ADN.
Muchos se preguntan: “¿Por qué ahora? ¿Qué hay atrás de esto?”, dudas absolutamente legitimadas por años de lucha contra la impunidad del Grupo Clarín.
Creemos que es una noticia para celebrar, por un lado y por otro, que hay que cuidar más que nunca a Marcela y Felipe, como bien dijo el legislador Juan Cabandié.
Las cosas no suceden porque sí ni de un día para otro. Por eso hay que resaltar que el “Devuelvan a los nietos”, es la forma final con que la voz de la calle modeló su indignación cada vez que encontró una cámara de televisión a tiro de su garganta.
Siempre que un movilero del Grupo Clarín debe realizar una nota a cielo abierto, la voz popular deja escuchar su reclamo casi en solitario. Y el “casi”, en este caso al menos, expresa a un pueblo entero que salta en sus casas como gritando un gol de la selección argentina frente al televisor cuando escucha al ciudadano que sorprende al director de cámara con su “Devuelvan a los nietos”.
¡Esa es la gota que horadó la piedra de la impunidad que cubría imperturbable el caso de presunta apropiación de Marcela y Felipe!
Esa gota es la verdadera causante de la última decisión de los hermanos “Herrera Noble”.
Si esconde o no una trampa, importa pero no tanto a esta altura de la circunstancia histórica.
Las emboscadas son letales siempre y cuando te encuentren absolutamente desprevenido.
Si esta decisión resultara finalmente una maniobra más de dilación, quedarían expuestos sin remedio al pie de la condena final de la sociedad toda. Todos estamos advertidos de esta posible maniobra.
Piedra libre, Magnetto.
Pero resultaría simplista no valorar el conjunto de elementos políticos y culturales que se están construyendo colectivamente y que incluyen, obviamente, la suerte judicial de esta causa, pero que no se agotan allí.
Es necesario ensamblar todos los datos y singularidades que vienen aconteciendo desde que asumió Néstor Kirchner hasta la fecha para concluir que esta vez ganaron los justos.
Celebremos.
Estamos ganando como pueblo, como país, como estado de derecho, como democracia. Porque aunque esta fuese otra chicana judicial del Grupo, es demostrativa que deben aceptar el reclamo de las Abuelas y por tanto resignarse a “conspirar” en el campo de la justicia, no en el país de las sombras como hubiesen querido.
Celebremos.
Y cantemos con Viglietti: “Que una gota con ser poca, con otra se hace aguacero”
Miradas al Sur, domingo 19 de junio de 2011
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