lunes, 22 de febrero de 2010

YERBA MALA NUNCA MUERE

La Presidenta está en México defendiendo nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas.
Habrá que hacer guardia ante los altares de la patria mientras dure su ausencia y pedir por ejemplo al Gauchito Gil, que vigile de cerca al interino Cleto Cobos.
La digna posición del gobierno nacional ante el avance del anacrónico colonialismo inglés, está expresando, felizmente, una inédita situación para la democracia argentina.
Armado del derecho internacional y la diplomacia, el gobierno está dando muestras elocuentes de haber dejado atrás los prejuicios de anteriores gestiones, la complicidad de las “relaciones carnales”, la política de seducción derrotista, como vías de entendimiento con Gran Bretaña.
Somos un país soberano y como tal deberán respetarnos. De eso se trata.
Es un avance cualitativo para la calidad institucional de la democracia.
Allá en nuestras Islas Malvinas, en tanto, los usurpadores comienzan las perforaciones del lecho marino iniciando el saqueo de nuestros recursos naturales, es decir, del patrimonio nacional de los argentinos.
No obstante la gravedad del hecho, Clarín y sus disciplinados operadores políticos, miran para el costado como si este conflicto permanente no les signifique siquiera un rasguño en su identidad nacional.
¿O no la tienen más?
Otro hecho inédito, merecedor de los mejores manuales de Ciencia Política, es que por primera vez en democracia, la irrupción de una mayoría opositora en el Congreso podría significar la pérdida de los derechos sociales de los trabajadores y el conjunto de la sociedad, logrados con este gobierno.
Es que los gobiernos son, usualmente, más conservadores que aquellos que conforman fuerzas políticas en el llano opositor.
Los oficialismos se aferraban a sus posiciones defensivas y los opositores avanzaban impulsando cambios de políticas que aseguren una mejor calidad de vida para el conjunto de la sociedad.
Al menos era así discursivamente.
Ahora sucede lo contrario. El gobierno es quien transforma y la oposición resiste.
Veamos.
El Fondo del Bicentenario evita al país tener que pagar 20 % de intereses financieros para afrontar sus compromisos, toda vez que toma el dinero que los argentinos tenemos guardado en el colchón.
Con lo ahorrado y no gastado del presupuesto nacional, se podrían afrontar nuevas inversiones en el campo social.
Más trabajo y más producción es la meta.
Pues bien, la oposición se entusiasma con juntar los votos necesarios para voltear el decreto que estableció el mencionado Fondo y luego voltear la Ley de Medios, la Asignación Universal por Hijo, la movilidad jubilatoria.
¿Cómo explicarán que prefieren que nos endeudemos y que no haya más inversión social?
Están creando las condiciones para justificar el ajuste que esa oposición aplicará, seguramente, si llega algún día nuevamente al gobierno.
Es la verdadera pugna entre dos proyectos de país muy diferentes.
Y en ésta, jugamos todos los argentinos. No sólo el gobierno.
La crueldad opositora explica los agravios recibidos por el embajador argentino en los EE.UU., Héctor Timerman, por parte de un blog del grupo Clarín; no por la función oficial que cumple, sino por su condición de judío.
El agravio es constante en la historia del poder conservador en la Argentina durante el último siglo.
Todo lo que no controla ese poder, es tan “judío” como “peronista de mierda”, según el desagüe cloacal del que provenga el insulto.
Abundan los relatos de los presos políticos durante la última dictadura, testimoniando la irrupción violenta de los torturadores en los calabozos al grito de “ahora van saber lo que es el terror, manga de judíos”, “viva Hitler”.
El médico oficial de la cárcel de Rawson, gustaba que lo llamaran “doctor Menguele”.
Esa yerba mala, sigue estando en los pasillos más oscuros del poder que resiste a la transformación impulsada desde el 2003 en nuestro país.
Hay que estar muy atentos para evitar que crezca.
No lo merecemos como país democrático y soberano que somos.


Jorge Giles. El Argentino. 22 de febrero de 2010.
http://www.elargentino.com/nota-78840-Yerba-mala-nunca-muere.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jorgito, Jorgito... no podés ser tan chupaculo de los K... lo peor de todo es que debés darte cuenta y sentirte mal por eso... de todos modos te agradezco tu columna del El Argentino de cada día, es el mejor chiste de cualquier diario y me hace arrancar con una carcajada... Pensalo Jorgito, realmente creés que hacés bien?