“El secreto de sus ojos”, la película de Juan José Campanella, apoyada por el Instituto Nacional del Cine, se ubicó como una de las cinco mejores películas del mundo y viaja rumbo al Oscar.
Pese a las pálidas que nos tiran Clarín y otros medios afines diariamente, con sus falsos augurios, sus injurias, sus desesperanzas, estamos muy contentos y orgullosos por este logro del cine nacional.
Es una muy buena película y un canto a la nostalgia, a la justicia y a la memoria dolida del pueblo que somos.
Nos va bien en el arte y en todos los registros de la economía.
¿Qué dirán ahora que la Corte rechazó el vergonzoso recurso presentado contra el uso de las reservas y que saben que no hubo especulación monetaria por parte de Néstor Kirchner sino una inversión declarada en tiempo y forma, como corresponde?
¿O acaso prefieren los tiempos de los sobresueldos no declarados y las conductas obscenas de los funcionarios que se enriquecían a costas del estado y no de sus propios recursos?
¿Los que se quedaron con hijos de desaparecidos, ahora pretenden dictar normas de moral pública? Vamos…
Hay que mirar la historia para no perderse.
Un día como hoy, pero de 1813, San Martín libraba en San Lorenzo, su primera batalla en suelo patrio, combatiendo contra el enemigo colonialista en las barrancas del Paraná.
Fue el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos a Caballo creado por el Padre de la Patria.
El grito de “seamos libres, lo demás no importa nada” empezaba su heroico camino construyendo el país de los argentinos.
La consecuencia, la honestidad, la dignidad a prueba de batallas y sacrificios tan propios del General, le valió muy pronto el desprecio de los que carecían de cualquiera de esas virtudes.
Tanto fue el odio de los poderosos de entonces, que el exilio terminó siendo su destino final.
Más de un siglo después, como si un hilo invisible tejiera el telar del pueblo, la crónica del histórico 17 de Octubre de 1945 cuenta que los obreros avanzaban sobre la Plaza de Mayo cantando las estrofas de la Marcha de San Lorenzo.
Emociona imaginar a miles y miles de humildes argentinos, mojarse los pies en las viejas fuentes de la Plaza mientras entonaban consignas por Perón y arrancaban una y otra vez con aquel “febo asoma; ya sus rayos iluminan el histórico convento; tras los muros, sordo ruido, oír se deja de corceles y de acero.
Son las huestes que prepara, San Martín para luchar en San Lorenzo; el clarín estridente sonó y la voz del gran jefe, a la carga ordenó”
En el Año del Bicentenario será necesario cantarla a cada rato, en las fiestas pueblerinas, en los estadios, en los paseos, en las plazas que cuadren en cada ocasión.
Porque hay que volver a tensar todas las cuerdas del alma de la patria que somos, para poder defendernos y enfrentar en consecuencia esos odios que se enraízan en nuestro propio nacimiento como país.
Y por que si no entendemos que este también es un momento épico de nuestra historia, será muy difícil profundizar y sostener en el tiempo el modelo de desarrollo con inclusión social y soberanía política que hoy gobierna la Argentina.
Digámoslo de una vez: nos quieren robar la patria.
Quieren robar una vez más la idea de patria que tenemos, esa que la une con todo lo que sea pueblo, con lo popular, con lo nacional, con la justicia social, con la soberanía, con la independencia.
¿Usted cree que no es así?
Entonces ¿cómo se explica tanta saña contra esta esperanza colectiva que viene creciendo como puede desde hace un puñado de años?
¿Cómo se explican los fallos judiciales que horadan de manera permanente la lucha contra los monopolios y la necesidad de justicia?
¿Qué derecho tuvieron Redrado, Cobos, el monopolio de Clarín, La Nación y sus lenguaraces, la derecha opositora de Macri, Duhalde y Carrió de atentar contra la alegría colectiva de este enero maravilloso que vivimos?
La trampa del desánimo está al descubierto. Hay que evitar pisarla.
Y la alegría es el arte para poder hacerlo.
Jorge Giles. El Argentino. 3 de febrero de 2010.
http://www.elargentino.com/nota-76169-La-memoria-rumbo-al-Oscar.html
2 comentarios:
Estimado Jorge,
Por qué no le hace un favor al pueblo argentino que usted quiere tanto y se suicida?
muy bueno el programa
Opa!!! tan heavys los servicios, compañero.
¡Adelante que somos muchos los que te bancamos!
P
V
K
V
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