miércoles, 8 de julio de 2009
CADA CHANCHO EN SU CHIQUERO
A tono con los días signados por la maldita gripe porcina, acudimos a este título para intentar echar un poco luz sobre los días que corren.
El gobierno perdió una importante batalla electoral, en la provincia de Buenos Aires, pero ganó en el total nacional y retuvo la iniciativa política, manejando su agenda y sus tiempos.
Es la república y sus circunstancias.
La oposición, en tanto, experimenta el gusto amargo de no poder disfrutar del triunfo parcial, ante la templanza de un gobierno que, lejos de amurallarse defensivamente como algunos pretendían, dispuso ayer los cambios que creyó necesarios en su gabinete, enfrenta con decisión la crisis sanitaria por la gripe A, lideró a los gobiernos latinoamericanos en defensa de la democracia en Honduras y Néstor Kirchner participó de la reunión con los pensadores de Carta Abierta, convocando a la reorganización del espacio nacional y popular.
La vanguardia política opositora del “nuevo sujeto social”, como diría Eduardo Buzzi, sigue siendo la Mesa de enlace agropecuario.
El 28 de junio fue para los patrones rurales algo así como la segunda batalla contra la Resolución 125. Se sienten tributarios de un triunfo opositor de la ruralidad.
Acompañados por los caciques sindicales de los “gordos”, encabezados por Luís Barrionuevo, son ellos los que leen el resultado de las urnas, los que interpretan el voto popular, los que dictaminan sobre el mensaje fino de ese electorado que votó, según ellos, pensando en la ubre de las vacas lecheras y el precio de la soja.
En el “Qué hacer”, del federado Buzzi, se sostiene que “la derecha avanza cuando el progresismo trucho no realiza las transformaciones necesarias”.
Nótese que la política de redistribución equitativa del ingreso, sostenida por el Gobierno nacional, fue la que desató precisamente la resistencia de los patrones rurales como el propio Buzzi.
Hugo Biolcatti, presidente de la Sociedad Rural y Mario Llambías, de la CRA, ofician de paladares negros, patrones con pedigrí, y ante la tesis “buzzista leninista”, dejan caer una socarrona sonrisa para agregar que “la gente votó por el cambio y el cambio es volver al campo”.
La tropa partidaria que los expresa mejor, comandada por Macri y De Narváez, recibió un renovado apoyo del ex senador Eduardo Duhalde, luego de su última gira europea.
Es interesante observar cómo se disputan entre ellos la virulencia verbal contra el Gobierno. Quisieran poner y sacar funcionarios a su total antojo. Le ponen plazos a la Presidenta de los argentinos para que acepte como verdad revelada y absoluta lo que ellos creen como tal. Es el caso del senador Reuteman y el gobernador de Chubut, Mario Das Neves. Este último, en su impericia quizás, llegó a reclamar la renuncia de nuestro Canciller por lo actuado oficialmente ante el golpe de estado en Honduras, actuación que vale decirlo, mereció las alabanzas de varios líderes y gobernantes del mundo por su compromiso inquebrantable con la democracia amenazada en Centroamérica.
Están juntando tropa legislativa en el Parlamento Nacional para imponer nuevas autoridades, cuando la primera minoría continúa en manos de los diputados y senadores del oficialismo. Son voraces, y ese pecado los condenará irremediablemente al fracaso, no al “éxito”, como desea Duhalde.
El colmo de esta ofensiva lo comete Macri en la ciudad de los porteños al nombrar jefe de policía al comisario Jorge “Fino” Palacios, rechazado y repudiado por la comunidad judía, por los organismos de derechos humanos y por la totalidad de los sectores políticos con representación parlamentaria.
La derecha cuando gana una batalla, por pequeña que sea, va por todos los premios, es insaciable, es parte del viejo poder y busca más poder. Se entiende así este desboque eufórico de los ruralistas y el llamado peronismo disidente del duhaldismo y el Pro de Macri y Gabriela Michetti.
Los escribas de los grandes medios van embanderados con ellos cual si fuesen corresponsales de guerra en plena acción. Sus editoriales son verdaderas proclamas en defensa del regreso al neoliberalismo.
Deberían enfriar sus impulsos y ocuparse de la porción que le corresponde a cada sector.
Para reinterpretar el título de hoy, de un modo políticamente correcto, digamos que el gobierno, gobierna y la oposición, debería aprender a acompañar.
Jorge Giles. El Argentino. 08.07.09
http://www.elargentino.com/nota-48650-Cada-chancho-en-su-chiquero.html
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
No, no ni soñar el acompañamiento.¿Por que? Tan simple como responder que "ellos" siempre estan conspirando contra "nosotros" los que de esa gran torta que es el producto bruto interno laburamos en todos los órdenes de la vida y solo de ella, (y ni se les inmuta un musculo saberlo) nos repartimos las migajas del 5%.
Osea "ellos" y toda su banda de satrapas, el 5 %, se llevan el 95% de esa torta y nosotros los que realmente creemos que un país soberano se logra con la REDISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA nos repartimos ese 5% que queda de ella.
Nuevamente ni soñar que acompañarán. Por el contrario harán todo lo posible por generar el clima propicio para que la conspiración deje de serlo y se concreten sus deseos mezquinos y vendepatrias.
Perdón pero estoy muy ¡Caliente!
Fuerza Cristina.
Marcela Alejandra Rojas
Publicar un comentario