domingo, 5 de julio de 2009

LA DEMOCRACIA SANGRA EN HONDURAS


Allá en Honduras, sobre el pecho dolido de América Latina, un pueblo hermano resiste a los violentos que cometieron el primer golpe de Estado del siglo XXI.
Que nadie permanezca indiferente, es la consigna que deberíamos pasar de boca en boca. Es la hora en que todos deberíamos envolvernos en la misma bandera argentina y latinoamericana saludando el gesto de nuestra Presidenta, Cristina Fernández. Ella y el Canciller Taiana debieran merecer el más cálido reconocimiento de todos los demócratas argentinos, piensen como piensen políticamente.
Si el golpe hondureño se consolida, se debilitará la democracia en todo el continente. Así se demuestra a lo largo de la historia. Empiezan por un país y siguen por los demás.
Por eso y ante la necedad, el egoísmo social o la complicidad ideológica con los golpistas, de parte de los sectores políticos y mediáticos opositores de nuestro país, y cuando urge escribir sobre la marcha de los acontecimientos, intentaremos apuntar estas breves líneas para afrontar un lunes muy particular bajo los cielos de América.
*Nadie podrá negar que el Gobierno de Néstor Kirchner y el de Cristina, tomaron claro partido desde un principio por una política exterior donde se prioriza y jerarquiza la unidad con los países y gobiernos latinoamericanos, con el MERCOSUR, con la UNASUR, con el Grupo Río, en defensa de la paz y la democracia en la región.Tres hechos que gravitaron en estos últimos años sobre la suerte del continente, sirven de antecedentes para fundamentar lo antedicho.
El rechazo del gobierno argentino, acompañado por varios gobiernos de países hermanos en la Cumbre de las Américas, al intento de aprobar el proyecto del ALCA por parte de la administración del ex presidente George W. Bush; la participación decisiva de Cristina en la cumbre del grupo Río en Santo Domingo que garantizó la pacificación entre Colombia y Ecuador luego de la irrupción militar colombiana en territorio ecuatoriano y, la urgente convocatoria de Cristina y su par chilena, Michelet Bachelet a la reunión de la UNASUR para apoyar el gobierno democrático del presidente Evo Morales ante un intento golpista en Bolivia.
Es decir que todo lo actuado por la actual misión diplomática argentina contra el golpe hondureño, guarda absoluta coherencia con lo hecho en política exterior desde el 25 de Mayo de 2003 hasta hoy.
Que nadie se extrañe, entonces, ni se haga el sorprendido. Allí donde corra peligro la democracia de un país latinoamericano, la Argentina estuvo y estará presente.
Nada ni nadie está por sobre la voluntad popular legítimamente expresada en las urnas con que los hondureños eligieron al presidente Manuel Zelaya. Si no están de acuerdo con sus políticas ya tendrán los opositores su revancha pacífica en las próximas elecciones. Si creen contar, incluso, con más simpatizantes, pues deberán esperar los tiempos legales de la democracia. No hay ni habrá excusa alguna para justificar lo injustificable.
Se ha cometido un crimen en Honduras, por que es eso un golpe de estado, un crimen.
Por eso nos debería enorgullecer a todos los argentinos, más allá de las distintas banderías, que sea nuestra Presidenta la que lidera a los países latinoamericanos, ante la Asamblea General de la OEA, en la firme defensa de la democracia.
El fusilamiento del niño hondureño, al lado de su madre, es la expresión más cruel y elocuente del salvajismo de los terroristas de estado.
El mundo civilizado debe frenar este nuevo crimen contra la humanidad.
Miles de ciudadanos y centenares de organizaciones democráticas se manifestaban ayer pacíficamente en toda América contra el regreso brutal de los golpistas.
Los presidentes Cristina Fernández, Fernando Lugo y Rafael Correa están poniendo el cuerpo y el alma en plena zona del conflicto, convocados por un profundo compromiso solidario con el hermano pueblo de Honduras en las calles de Tegucigalpa.
Un sentimiento de orgullo, de solidaridad, de dolor, cubre a toda América Latina.


(Jorge Giles. El Argentino. 06.07.09)

1 comentario:

Ariel Corbat dijo...

EL DILEMA HONDURAS



Tan contundente ha sido la respuesta de la ONU y la OEA frente a la crisis política de Honduras que no puedo resistir la tentación de preguntarme si aquello que ha generado un consenso cerrado y evidente por parte de la comunidad internacional, es decir que la defensa de la democracia pasa por la restitución al cargo del -destituido por el Congreso- Presidente Manuel Zelaya, realmente sea lo que parece ser. Y esto por estar prevenido que en el ánimo de los teóricos marxistas siempre está presente la idea de ahorcar a los burgueses con las sogas que los propios burgueses venden, vale decir, ahogar a las democracias apropiándose del discurso democrático y desvirtuando las herramientas propias de la democracia. Venezuela es un claro ejemplo de ello.

Por cierto, no puede tomarse muy seriamente a la OEA. Nadie lo hace. El rápido pronunciamiento contra el Congreso y la Corte Suprema de Justicia de Honduras contrasta con la marcada tolerancia frente a la perpetuación de la dictadura comunista en Cuba. Recientemente el castrismo, por aquello de que es “una cosa tan fea la OEA”, se ha dado el gusto de ver al patético organismo regional irle al pie para mojarle la oreja al rechazar de plano su integración al mismo.

Tampoco puede indicar el rumbo acorde con la corrección la postura de Estados Unidos, cuya política exterior se caracteriza por el desacierto permanente y no querer entender lo que sucede en la región.

Uno de los males que afecta al desarrollo democrático en los países latinoamericanos es la tendencia al caudillismo y la obsesión de los mandatarios por acceder a reelecciones indefinidas; ya sean de izquierda como Chávez o de derecha como Uribe las ambiciones personalistas debilitan el afianzamiento de los sistemas democráticos donde la alternancia en el poder contribuye a la vitalidad del espíritu republicano. En los afanes reeleccionistas se consumen energías que deberían volcarse a la gestión, porque es dando prioridad a la resolución concreta de los muchos problemas que afectan a la calidad de vida de nuestros países, y creando consensos para la continuidad de políticas de Estado como se fortalece la democracia. Uruguay, como Chile, son países donde esto parece estar claro.

Fue esa necesidad egocéntrica de atornillar el traste al sillón presidencial la que desató el conflicto de poderes en Honduras. Esa tozudez del Presidente Zelaya al querer forzar los limites constitucionales y confrontar con las decisiones de la Corte Suprema de Justicia no puede ser obviada a la hora de decidir que pasos dar en apoyo de la democracia. La reacción de la ONU ha sido tan apurada como superficial, y por ver el árbol, que viene a ser Zelaya, no se ve el bosque, que es el complejo de las instituciones que conforman la realidad constitucional en el país de José Cecilio Del Valle.

No creo que Hugo Chávez, ni Raúl Castro, ni Evo Morales, ni Rafael Correa, ni Daniel Ortega, quieran democracia en Honduras, sería estúpidamente ingenuo suponer que estos populistas de la retrógrada ola izquierdista, a la que pretendía integrarse Zelaya, tengan por meta consolidar republicas. Y el colmo de la estupidez sería generar un clima hostil contra la pequeña Honduras que sirva de guiño para que el demagogo venezolano cumpla su bravata de intervención militar.

Alguna vez el Dr. Raúl Alfonsín dijo que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, y esa debe ser la premisa con la cual atender a la crisis de Honduras. La ONU, antes que bregar por restituir a Zelaya, debería contribuir para que las elecciones de Noviembre se lleven a cabo con la mayor tranquilidad posible, sin proscripciones y con transparencia, de modo que sean los propios hondureños quienes resuelvan la encrucijada al decidir su destino.

Civilización o barbarie, esa sigue siendo la cuestión.



Ariel Corbat, La Pluma de la Derecha
http://www.plumaderecha.blogspot.com
Estado Libre Asociado de Vicente López.