El mensaje de la Presidenta por cadena nacional fue un verdadero brindis popular por la cercana Navidad.
Habrá otros brindis, pero en el de ayer empezó por sacar a los mercaderes de la usura del sagrado templo de los jubilados, los puso en caja a todos, les aplicó la sintonía fina de la justicia social y terminó con un emotivo y emocionado homenaje a Iván Heyn.
Así termina el año, con las dos Argentinas a cielo abierto.
La que explota y esclaviza a los peones rurales, saquea los ingresos de nuestros abuelos, monopoliza la palabra oral y escrita, defrauda en las bancadas opositoras el mandato popular y la otra Argentina, la que se abre paso desde el pueblo y el gobierno a fuerza de memoria, verdad y justicia.
Se nos termina el año y a esta altura del mes es posible estirar los brazos y tocar la Navidad con la yema de los sueños.
Diría más incluso: la Nochebuena ya está entre nosotros. Se percibe en las calles y en las plazas, en las mesas repletas de bares y restaurantes, en las tiendas de adultos y de niños, en las jugueterías, en las charlas entre amigos y parientes.
“¿Dónde la vas a pasar?” “Ah, qué bueno, por ahí nos vemos más tarde entonces, así brindamos juntos”
Los pueblos siempre se dieron maña para pasarla bien, o lo mejor posible, en esa Noche de espera. En las buenas y en las malas. En época de crisis y en tiempos de bonanzas.
Una linda imagen que guardan algunos es cuando en plena dictadura, sin fuegos artificiales ni cañitas voladoras ni pan dulces ni nada, los presos políticos encendían una virulana para la limpieza y atada a un palito que la sostenía, hacían el efecto de estrellitas desde sus ventanas.
“¡Feliz Navidad Compañeros!” gritaba el más osado y todos respondían con un “Gracias, igualmente” y a tirarse cuerpo a tierra porque venía la guardia de inmediato.
Desde hace mucho tiempo, la vida es otra en la Argentina.
Este año será distinto. Las astillas en el alma seguirán doliendo y no hay por qué negarlas.
Pero será sin dudas una Navidad alegre y esperanzadora, por varios motivos.
Sepamos valorar los últimos regalos del árbol navideño.
La ley que repara la justicia social para los peones rurales, que los protege ante el esclavismo laboral que sufren por la acción de patrones explotadores y la complicidad de una dirigencia sindical desprestigiada.
La ley de Presupuesto nacional, que este año sí fue posible sancionarla. El país vuelve a la normalidad, recuperando el Congreso.
La ley que declara de interés público la producción y distribución de papel prensa para diarios.
La integración latinoamericana.
Cristina dijo ayer: “El Estado se hace cargo de sus obligaciones”.
Sólo nos falta agregar: Compatriotas, ¡Salud!
El Argentino, jueves 22 de diciembre de 2011
2 comentarios:
¡Permiso! quiero invitar a hacer un brindis...¡TENEMOS PATRIA! ¡SALUD!.-
Puro estilo K, Néstor más presente que nunca en cada decisión de Cristina, la Presidenta Coraje como él la nombró. Esta mujer impresionante que pone a mi género en el nivel más elevado cada día, con cada uno de sus logros. Qué orgullo, qué tranquilidad provoca saber al país en estas manos, en este rumbo. FELICIDADES PARA MUCHOS MÁS porque cada vez son más los incluidos, los que pueden levantar sus copas y saber que vivimos en una sociedad más justa, y en la que cada puerta que se abre es de esperanza, no de desolación como aquellas a las que estábamos tan acostumbrados.
Un fuerte abrazo para vos compañero. Y toda la felicidad.
Beatriz
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