Escena 1.-
El pasajero trepó al colectivo mostrando su tarjeta SUBE.
El chofer le dice de mal modo: “No tengo máquina registradora”.
El pasajero contesta: “No hay problemas, viajo igual”.
El chofer le responde: “Bajá o te saco a patadas”.
El pasajero le aclara, siempre de buen modo, “señor, el gobierno dice que cuando el colectivo no tiene SUBE, podemos viajar igual, por eso viajo”.
Enardecido, el chofer, un inspector de la empresa y otro más, lo insultan, lo amenazan y empiezan a golpear al pasajero, que sin más remedio, baja protestando.
El resto del pasaje observaba en silencio la triste y violenta circunstancia.
Uno de los pasajeros, de los que habían pagado el boleto sin chistar, filmó a escondidas con su celular todo lo sucedido.
Podríamos describir esta escena como costumbrista de la vieja Argentina.
Escena 2.-
Se reunían los diputados de la nación, abordando en tiempo y forma los proyectos girados por el Ejecutivo para ser tratados en sesiones extraordinarias.
Los legisladores del Frente para la Victoria guardaban una leve esperanza: que la escandalosa experiencia opositora anterior, les haya bastado para que maduren democráticamente.
Y no fue así. Salvo honrosas excepciones, el nunca extinto “Grupo A”, condenó el proyecto oficial como si les importara un corno el 54 % del voto popular.
Ésta también es una escena costumbrista en el Congreso. Pero con un cambio de roles que resultará vital para los tiempos que vienen: esta vez la justicia social tiene la mayoría.
Escena 3.-
Todo estaba listo el lunes para la ceremonia de jura del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Todo era fiesta y alegría. ¿Pero qué hacía la policía antimotines en ese magno acto institucional? La duda se aclaró cuando la emprendieron a golpes de bastonazos contra los militantes de la Juventud Peronista que querían participar democráticamente, como cualquier sector del pueblo tiene derecho a hacerlo. Una vergüenza total.
La escena aquí se descoloca y pregunta sobre el escenario: “¿Sigue siendo la maldita policía entonces?”
Escena 4.-
El ministro Alberto Sileoni declara lo alentador que resulta la evaluación educativa de estudiantes de todo el país y lo demuestra con datos muy certeros. Pero la corporación mediática lo ningunea o insiste con su “Todo Negativo”.
“¿Qué te pasa Clarín, seguís nervioso?” es el nombre de la escena.
Final de la obra: el chofer violento, los pasajeros neutrales, los opositores “piñón fijo”, la bonaerense y la mala onda mediática son los villanos en esta historia que construyen el pasajero de la tarjeta SUBE, los legisladores que votan el Presupuesto, los pibes militantes y los estudiantes.
Aplausos. El telón ha caído.
El Argentino, jueves 15 de diciembre de 2011
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