viernes, 30 de septiembre de 2011

Como la lengua de las mariposas


Hagamos memoria.

El martes 19 de enero de 2010 la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner encabezó el acto donde se anunció la construcción del Museo del Libro y de la Lengua.

Aquel día de verano, la Biblioteca Nacional se vistió de gala y echó a volar sus pájaros.

En esa misma jornada, sucedió otro hecho, de naturaleza muy distinta: la Presidenta anunció desde el Salón Sur de la Casa Rosada que postergaba su visita a China, en razón de la bochornosa inconducta republicana del vicepresidente Julio Cobos, que en su rol de jefe de la oposición, apoyaba el motín de Martín Redrado en el Banco Central.

Esa oposición amontonada en el “Grupo A” era un desquicio total mostrándose impunemente en horario de protección al menor.

Un verdadero estropicio para la democracia.

Vaya con la diferencia.

El Museo de la palabra anunciado entonces, dio a luz felizmente ayer.

¿Pero qué cosa alumbró la oposición desde aquel levantamiento destituyente?

Nada.

No es la imagen sino la palabra la que otorga vida.

La palabra derrota los silencios que nos quieren imponer.

Ahora y siempre.

Y este es un tiempo de palabras. Aunque nos hayan instruido hasta el hartazgo que una “una imagen vale más que mil palabras”.

¿Una sola palabra no vale más que mil imágenes? Quizá.

Pero no deberían disputarse nada. No está bueno que así sea.

Claro que si se dice “mamá”, “hijo”, “compañero” “patria”; “pueblo”, “libertad”; o alguien enfermo de odios escribe en la pared: “viva el cáncer”, cada uno sabrá a qué afectos o desafectos se remitirá.

La palabra tiene desde ayer su propia casa en un colorido edificio que parece un barco pintado por los pibes en el Taller de Arte.

¡Salud Presidenta de los argentinos!

¡Salud a quienes lo hicieron posible!

¡Salud al proyecto nacional y popular que siempre defendió el valor de la palabra!

La cúpula del Museo se parece a un pájaro azul posado sobre la nave.

Quizá sea un Tilonorrinco, el único animal, además del hombre, que sabe adornar el jardín de su nido con flores y caracolas y plumas multicolores.

Es el pájaro azul que conoció un niño a quien llamaban Pardal (Gorrión, en gallego), por las lecciones recibidas de don Gregorio, su maestro en Ciencias Naturales, español y republicano.

Cuando los fascistas llevaron prisionero al maestro, todo el pueblo lo insultaba al paso de sus cadenas. Todos, menos Pardal que le gritaba: “Tilonorrinco, iris”.

Eran los nombres del pájaro y de la mariposa que conoció en la escuela.

La historia está relatada en esa bella película que se llamó “La lengua de las mariposas”.

Es hora que la palabra derrote con su belleza tanto silencio y tanto insulto.

Como lo hizo Pardal, con su inocente grito.


El Argentino, viernes 30 de septiembre de 2011

2 comentarios:

Beatriz Fernández Vila dijo...

Llegué al final de tu nota con una lagrimita. La que no podrán soltar nunca los que ignoran de qué se trata esto. ¿Les contamos que se trata de puro amor, o dejamos que sigan chapaleando en el desconcierto? Porque para los mezquinos que todavía no entendieron, Cristina es una buena actriz que entrega muchas cosas. Y esas cosas por supuesto, son indignas, como todo lo que viene de las ansias de poder. No se les cruza por la cabeza que escuelas, libros, computadoras, vacunas, estén construyendo un mañana mejor, para cuando estos pibes formen una sociedad más sana, sin el resentimiento que ciega, se conviertan en hombres dignos, y estén en condiciones de ver que la dedicación de esta mujer extraordinaria sólo puede sustentarse en un inmenso amor.
Y no pienses que la oposición no hace nada, están haciendo exactamente lo que saben; acechar, para ver cuándo es más oportuna la zancadilla. Lo que pasa que tanto talento es difícil de desbaratar, y tanta mediocridad los deja en evidencia en los sainetes de cada día.
¿Así que ahora también tenemos museo del Libro y la Lengua? ¿Otra ocurrencia de esta intolerante, que quiere encerrar las palabras para que no las use nadie?
Un kálido abrazo. Beatriz

Nelson de Congreso dijo...

Jorge, tenemos museo del Libro y la Lengua. Gracias, Cristina! Soy del 22% q votó a Néstor en el 2003, soy de los q se nos movió algo interiormente cuando dijo "Soy parte de una generación diezmada", y todo el resto. Cuando descolgó los cuadros de los asesinos. Cuando derogó las leyes de impunidad. Soy de los q lo bancamos en la carpa del Congreso en el intento de golpe del campo en el 2008. y soy de los que siempre creimos en Cristina, la q a pesar de su dolor personal, se repone a él y continúa la obra de Néstor. Y no paro un dia de asombrarme con la cantidad y calidad de cosas que hace este gobierno. Y la oposición, mientras? Insultos, gritos, calumnias, operaciones politicas ... asi les va a ir el 23.