martes, 27 de septiembre de 2011

Cámara, luz… ¡acción!


La noticia empezó sacudiendo al ambiente artístico.

Luego se extendió al resto de la opinión pública.

Finalmente, se instaló como una nueva muestra de la intolerancia política y la estrechez cultural del Grupo Clarín.

Estamos en el aire. Cámara, luz, acción.

De un lado están los actores y productores de una serie televisiva llamada “El pacto” que relata la historia sombría de la empresa Papel Prensa.

Del otro, los que apretaron y presionaron en nombre de “la tranquilidad personal” con ese tonito dulzón y tenebroso que te dice en el oído: “Dejáte de joder, ¿para qué te vas a quemar con estos zurdos del gobierno kirchnerista?”

El apriete surtió efecto y el actor Mike Amigorena, que hacía el papel de Héctor Magneto o de alguien parecido, hizo mutis por el foro. Y se fue de la tira.

Este es el cuadro de situación difundido públicamente.

En primer lugar sólo cabe el repudio a los matones de esa poderosa mafia que aprieta actores con la misma frialdad con que antes apretaron a las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo y al Juez Raúl Zaffaroni.

Y mucho antes, en otro contexto y con mayor poder, apretaron a la familia Graiver y en especial a Lidia Papaleo.

Los aprietes que ejercieron en democracia ya los conocíamos y se resumen en la sentencia: “nadie resiste tres tapas de Clarín seguidas”.

En segundo lugar y con reservas, cabe la solidaridad con la última víctima de los apretadores: el propio actor. Se esté de acuerdo o no con su actitud, no se pueden confundir los tantos.

Él es una nueva víctima del Grupo.

Durante el programa radial de Víctor Hugo Morales, ayer, se sucedieron los llamados de los oyentes indignados con esta noticia. No es para menos. Que vengan a apretar mafiosamente en una etapa como esta, donde el gobierno de la democracia es más tolerante e inclusivo que nunca, es realmente inadmisible.

Ayudan a la reflexión colectiva esos mensajes totalmente cruzados en relación a la actitud del actor.

Coincidimos con Víctor Hugo en reclamar una actitud comprensiva para con Amigorena; aunque los oyentes iban de la condena al abrazo y viceversa.

Hay razones para ello.

Es que esta nueva Argentina nivela para arriba, no para abajo.

O sea. En esta circunstancia es cuando más valoramos la digna actitud de aquellos hombres y mujeres que en distintos contextos políticos resistieron los aprietes, masticando el miedo, enfrentándolo.

¿O Federico Luppi no sufrió presiones? ¿O Florencia Peña, Cecilia Roth, Nancy Duplá no fueron atacadas por mostrarse al lado de la Presidenta?

Y sin embargo siguieron adelante con sus respectivas miradas sobre la realidad que vivimos. Ellos sí que son un ejemplo para imitar.

Todo pasará.

Los monopolios, también.


El Argentino, martes 27 de septiembre de 2011

4 comentarios:

maleari dijo...

Creo, estimado Jorge, que la resistencia a las presiones sufridas por los Luppi, las Roth, y tantos otros, tienen el mérito que les dió el contexto en el cual fueron realizadas. Este tipo pensó más en el laburo y no es condenable por ello. No lo juzgo ni mucho menos. no lo abrazo tampoco. Espero que Clarín le de premie como se lo merece.
Abrazo.

MUMI dijo...

habria que preguntarse quien eligio a este muchacho para semejante papel no?? yo creo que le quedaba grande muy grande, ahora lo unico que me interesa saber es si alguna vez la veremos con otro actor por supuesto, ahora yo quiero verla , que pasara ??

pancho dijo...

se volvera a grabar esta miniserie? ojala! POR LO QUE VI GRABADO POR MIKE ES FUERTE Y ESTA BUENISIMA, ESPERO QUE LA GRABEN CON OTRO ACTOR QUE SE JUEGUE MAS QUE ESTE SALAME Y PODAMOS VERLA.

Nelson de congreso dijo...

Yo querria pasar por alto la actitud personal del actor en este caso, para ir a lo importante: se trata de un incalificable atropello a libertad de expresion, propio de una dictadura e inconcebible en democracia. Un acto horroroso de censura, que por otra parte echa mucha luz sobre el siniestro personaje que es Magnetto, el monje negro del neoliberalismo argentino, el creador, factor y sostenedor de una democracia domesticada en la que se votaba cada dos años pero la sarten por el mango la seguian teniendo las corporaciones mafiosas. Como sabemos, esta placida siesta de los dueños de la Argentina fue arruinada por el movimiento nacional y popular. Por Nestor, por Cristina, por la lucha de las Madres y las Abuelas de plaza de Mayo. Este fue un tiro por la culata de Magnetto. Ya no queda en el pais uno solo que no sepa quién es él, con censura o sin censura.