Óleo de una mujer con sombrero

Dice Silvio Rodríguez en su bella canción: “La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes, los amores cobardes no llegan a amores ni a historias, se quedan allí, ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar” La recordamos ayer cuando Agustín Rossi preguntó a los opositores en la sesión de Diputados: “¿Tienen miedo que Magnetto los rete? ¿Porqué se les tiene tanto miedo a la verdad?” La oposición legislativa demostró, en su pavura, que el “secreto” de Sadous es válido para el pueblo, no para Clarín. Ayer se desmontó una nueva operación política basada en la mentira. Ahora la historia pasó a Comisión. Por la mañana, la Presidenta dijo ante los integrantes de la Prefectura Naval Argentina que celebraban su Bicentenario: “Recién señalaba el señor Prefecto que están acostumbrados a momentos de calma y también de mucha bravía en el mar; quiero decirles que me siento identificada también con esas sensaciones”. Todos entendieron en qué cosas estaba pensando. Cristina Fernández lucía un coqueto sombrero, semejante quizás al que inspiró a Silvio en aquella canción. La presidenta viene de un debate con los líderes del mundo en el G-20, de recibir el afecto de los trabajadores en el Congreso Sindical Internacional, de poner en funciones al flamante ministro de Turismo, Enrique Meyer. De seguir avanzando con la Reforma política y con la economía en crecimiento constante. Pero el pasado infame se cuela sin pudores entre los opositores. Desde la “quema del parquet”, la “venta de los conversores digitales” según De Narváez, el uso de la Asignación “para drogas y el juego”, según el radical Sanz y ahora la “Cajita feliz” de la ANSES, según Gerardo Morales. Es el mismo Morales que se opone fanáticamente al Convenio Marco para el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud. Pero sépalo senador: 40.000 personas mueren anualmente en la Argentina por el consumo de cigarrillos. En su gorilismo, no se privan de nada. Con el cuento de ser los promotores del 82 % móvil para los jubilados, intentan anular la Asignación Universal por Hijo, quitarle las computadoras que el Estado está entregando a los pibes de la secundaria, borrar el Futbol para todos y privatizar nuevamente Aerolíneas Argentinas. El bombardeo opositor es intenso contra la inclusión social. Y es obsceno hasta en las palabras que mastican con tanto resentimiento. ¿Son los mismos legisladores que privatizaron primero y recortaron luego el 13 % a los trabajadores y a los jubilados? Sí. No conocen siquiera la función de la ANSES y pretenden sacar chapa de justicieros a destiempo a costa de los pibes más humildes. Y quitando derechos sociales. Porque no es tan cierto que no sepan de dónde van a sacar el dinero para su demagogia. El libreto es el mismo que aprendieron con Cavallo: Quitar derechos a unos pobres para simular que dan a otros pobres. Terminan expulsando de la vida a unos y a otros por igual. ¿Estos opositores sabrán qué es la solidaridad y el círculo virtuoso donde el aporte de los trabajadores vuelve para beneficio de los propios trabajadores? Seguro que no. Los opositores deberían ser más respetuosos ante una realidad que fue reconstruida astilla por astilla luego del desastre que ocasionaron cuando fueron gobierno. Un poco de vergüenza no les vendría nada mal. Los que reprimieron en el 2001 y el 2002, los que como Elisa Carrió fueron funcionarios civiles de los genocidas de la Masacre de Margarita Belén, hoy juzgada en el Chaco, los que cajonean el proyecto de defensa de nuestros Glaciares ya votado por unanimidad en el Senado mientras cacarean consignismos huecos, los que vaciaron las Reservas del país, los que representan al monopolio mediático, los que pertenecen al partido liderado por Mauricio Macri que en la ciudad de Buenos Aires cargó con palos, gases y topadoras contra los vendedores del barrio de Liniers, todos ellos adeudan un pedido de perdón a la sociedad. “De Perón hay que acordarse cuando se gobierna”, dice Néstor Kirchner. Eso es tener memoria un día como hoy.