La Presidenta de la Nación anunciará hoy la promulgación de la ley de matrimonio igualitario.
No será un acto más. Como no lo es ningún acto que abre las puertas y las ventanas a un país más libre, más condescendiente, más inclusivo, más justo, más democrático.
Y el de hoy es un día de esos que marcan un antes y un después en nuestras vidas. Hay quienes pensamos, incluso, que es un reduccionismo sostener que es ésta una ley para las minorías; si bien expresa una parte de la verdad, lo cierto es que el conjunto de la sociedad se ve beneficiada, estimulada, promovida a ser un poco más feliz, más libre, más tolerante. Los derechos que conquista mi prójimo, mi vecino, mi semejante, no limita los míos, sino que los enriquece.
La dictadura del pensamiento único que impuso el neoliberalismo pretendió disciplinar culturalmente a la sociedad. El gobierno de la democracia inclusiva, en cambio, promueve derechos nutridos en la diversidad y para la diversidad.
Todo se entiende mejor en la dialéctica de las cosas. En cada retroceso que sufran los inquisidores, los intolerantes, los injustos, los fundamentalistas de cualquier especie y color, habrá un avance de quienes anhelan vivir en una sociedad más igualitaria. Y sucede que esta ley de matrimonio igualitario lejos de ser una concesión dadivosa de nadie, es un nuevo derecho adquirido en nuestra identidad como nación y como pueblo. Como lo es la Asignación Universal por Hijo. Como lo son los Juicios abiertos a lo largo y ancho del país contra los genocidas del terrorismo de estado. Como lo es la ley de medios de la democracia. Como lo son las computadoras personales para todos los estudiantes de la escuela media. Como lo es el Fútbol para todos.
Vale el esfuerzo intelectual de enhebrar cada uno de estos avances como un todo abarcativo y demostrativo de una nueva cultura en pleno desarrollo. Porque es preciso consolidar este momento para emprender nuevos pasos en la profundización de la democracia y la calidad institucional.
La Argentina es el país más igualitario de América Latina después de la Asignación Universal, con el salario mínimo, vital y móvil más alto del continente, con los juicios por la verdad que son un ejemplo en el mundo y ayer, una de las organizaciones humanitarias más importantes del planeta, Amnistía Internacional, instó a los distintos gobiernos a seguir el ejemplo que da Argentina sancionando esta nueva ley que hoy promulgará Cristina Fernández de Kirchner.
Hay motivos para ser felices en esta nueva Argentina. Aunque mientras siga habiendo una sola necesidad, habrá un derecho por cumplir, como decía Eva Perón.
Es preciso escapar de la fealdad que nos salpica día a día con el procesamiento a Mauricio Macri, con las disputas eternas de la oposición, con el bombardeo infame del monopolio mediático, con la negación de justicia sobre el ADN de Marcela y Felipe Herrera Noble, con las escuchas ilegales a ciudadanos como Sergio Burstein, con las profecías apocalípticas nunca cumplidas de Carrió, con el oscurantismo opositor que quiere desandar todas las conquistas sociales alcanzadas desde el 2003 a la fecha.
Este pueblo se merece ser feliz. Que es el sentido más justo de la belleza. "Balada de un día de Julio" es un poema de Federico García Lorca, casi escrita para la ocasión. "Esquilones de plata, llevan los bueyes. ¿Dónde vas, niña mía, de sol y nieve? Voy a las margaritas, del prado verde.
El prado está muy lejos y miedo tiene. Al airón y a la sombra mi amor no teme. Teme al sol, niña mía, de sol y nieve. Se fue de mis cabellos ya para siempre. ¿Quién eres blanca niña? ¿De dónde vienes? Vengo de los amores y de las fuentes. Esquilones de plata, llevan los bueyes. ¿Qué llevas en la boca que se te enciende? La estrella de mi amante, que vive y muere. ¿Qué llevas en el pecho tan fino y leve? La espada de mi amante, que vive y muere…"
El poema sigue, como vivo sigue Federico en este mes de julio que lo hace más argentino y universal que nunca.
Jorge Giles. El Argentino, 21 de julio de 2010
http://www.elargentino.com/nota-99570-Balada-de-un-dia-de-Julio.html
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