Cuando ayer un diputado de la oposición reclamó a los gritos en el Parlamento “que el gobierno de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner permita que el FMI ingrese nuevamente al país para auditar la economía nacional”, una lágrima de vergüenza ajena corrió por las mejillas de los que, con aciertos y errores, seguimos siendo consecuentes con los intereses del pueblo y la nación.
La revelación que expresan las palabras de los legisladores opositores, demuestra que los buitres no están solamente en los fondos apátridas, sino que tienen su nido al lado de nuestras casas.
Los opositores, en su fundamentalismo antioficialista, desnudan como nunca la perversidad de sus conductas.
Se declaran contrarios a la judicialización de la política y son ellos los que corren a refugiarse en las faldas de una jueza cuando de oponerse al gobierno se trata.
Se autoreferencian como “alternativas superadoras al oficialismo” y hacen base en las conductas desleales, fisgonas, felonas de personajes sombríos como Redrado y Cobos.
Se presentan, como Pinedo, a la justicia para apelar contra el gobierno y a renglón seguido, recusan a esa misma justicia.
Se propagandizan como responsables a ultranza de nuestra economía y son los que declararon el default y establecieron antes el “corralito” y luego el “corralón”.
Como dice Cristina, estos buitres son más peligrosos que los de afuera.
El daño que al país están haciendo, encabezados por Cobos y Redrado, no tiene parangón con los eventuales daños de los buitres extranjeros y sus jueces afines.
Esta oposición es heredera del pacto Roca-Runciman, ese que nos vendió al extranjero cual si fuésemos “una nueva perla de la corona inglesa” como se vanagloriaban los conservadores.
El país inclusivo siempre perdió cuando sus gobernantes agacharon la testa ante los poderosos. El ciudadano de a pie perdió.
Y es esto lo que hoy no viene pasando. Por eso están crispados.
Si todos los dirigentes de la política argentina tiraran del carro nacional por el mismo camino de autonomía y de justicia social, otro gallo cantaría.
Pero resulta que el enemigo duerme en nuestro mismo granero.
¿Por qué la oposición se mete a trabar una decisión constitucional de la Presidenta de la Nación de echar a un funcionario designado por ella misma?
¿Por qué la oposición se reúne con el juez de los EE.UU., Griesa, para pedir que embarguen las reservas, es decir los ahorros, de los argentinos?
¿Por qué la oposición judicializa la política cada vez que el gobierno elegido por el voto popular toma una decisión?
¿Por qué la oposición traba una ley del Poder Ejecutivo que ni bien tomada logra como efecto inmediato la baja de la tasa del riesgo país, la apertura de nuevos mercados para vender nuestros productos, la rebaja sustancial de las tasas de interés por el pago a la deuda?
¿Por qué la oposición se abroquela en la defensa de los fondos buitres que buscan saquear nuevamente la Argentina?
“Seremos respetables a las naciones extranjeras, no por riquezas, que excitarían su codicia; no por la opulencia del territorio, que provocaría su ambición; no por el número de tropas, que en muchos años no podrán igualar las de la Europa; lo seremos solamente cuando renazcan entre nosotros las virtudes de un pueblo sobrio y laborioso; cuando el amor a la patria sea una virtud común, y eleve nuestras almas a ese grado de energía, que atropella las dificultades, y desprecia los peligros.”
Estas palabras no las pronunció un legislador del oficialismo, en defensa de las legítimas decisiones adoptadas por la Presidenta de la Nación.
Las dijo Mariano Moreno el 2 de Noviembre de 1810.
Esta disputa viene desde el fondo de la historia. No es nueva.
Se corresponde con la añeja disputa entre un modelo de país soberano, con desarrollo productivo, inclusivo, diversificado y el otro modelo de país atado a la dependencia, agro exportador, de monocultivo, sin desarrollo industrial, exclusivo.
Es una disputa inconclusa.
Pero esta vez, llevamos las de ganar.
Jorge Giles. El Argentino. 14 de enero de 2010.
3 comentarios:
Muy buen post compañero! Una peña que tantos compatriotas no tengan idea de lo que pasa y además no les interese saber o pensar por qué. Saludos
Estimado, ud sabe que es el gobierno el principal impulsor del monocultivo?
Grande jorgito!
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