Miguel Cantilo, la voz maravillosa del dúo “Pedro y Pablo”, nos regaló hace muchos años y para siempre, aquella hermosa canción de la gente refugiándose en días de lluvia como el de ayer (y quién sabe por cuantos días más) que nosotros, como buenos nostalgiosos del futuro, desempolvamos del arcón de los recuerdos cada vez que el alma la reclama.
Una lluvia cae lentamente y te llora las mejillas al reírDentro del oscuro mediodía, moretones amplios hunden el solÁrboles en llanto lavan el alquitrán, dónde van los hombres, corren sin verBuscan una casa donde secar su piel, dónde va la gente cuando llueve Siempre hay un lugar donde parar, tierna mujercita sumergidaEn las aguas de mi brazo torrencial, beso mucha lluvia en tu sonrisaHay un arco iris tierno y precoz en el abanico de tu pestaña grisVes aquellos hombres corren sin ver buscan una casa donde cambiar su pielDónde va la gente cuando llueve, dónde los que no tienen lugarDónde van, dónde van, dónde la señora de arpilleraDónde el chico del harapo y arrabal, dónde los profetas de botellasUna chimenea fuma su paz sobre la terraza que ellos jamás tendránVamos a la lluvia niña de sol, ves que todos corren pero no todos vanNo todos van, donde va la gente cuando llueveDónde van aquellos que no van…
Hoy podríamos decir, con el permiso de Cantilo, que los que pueden van a la costa, a la montaña, a las Cataratas, a las costas del río Uruguay o al río Paraná, o van a Cosquín. Y los que no, deambulan mansos y tranquilos por las callecitas de la gran ciudad, por la pizzería del barrio, en la vereda o en la terraza de la casa con un vinito acompañando la cena junto a la familia.
Es la Argentina del Tricentenario, la del siglo XXI, la del 2011, el año de una victoria anunciada que al parecer, será una gran victoria.
Un nuevo récord histórico se acaba de concretar: es el Año del Turismo nacional.
Millones de argentinos, de distintas clases sociales, lo hicieron posible junto al gobierno de Cristina.
Hasta Alejandro Patronelli parece ser el símbolo de un pueblo que aún herido, es capaz de semejante proeza y entrar triunfante a la ciudadela conquistada en el Dakar 2011.
Por eso el nuevo lock-out patronal de la Mesa de enlace, es como una serpiente venenosa arrojada en medio de la playa. Los turistas ponen a resguardo a los chicos, pero no se espantan. Hacen correr la consigna: “Déjenla sola” y el reptil se vuelve de cartón pintado.
Los argentinos comprendieron que los patrones rurales, la corporación mediática y los gerentes de la oposición política están en campaña contra esta alegría. Por eso siguen la ronda en medio de la lluvia.
Publicado en El Argentino del lunes 17 de enero de 2011
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