domingo, 26 de octubre de 2008

OTRA VEZ EN PUGNA DOS MODELOS DE PAÍS

Pongamos que Norma Pla hoy mira desde el cielo y sonríe festejando la decisión presidencial con aquellos que lucharon contra la privatización jubilatoria, iluminando de antorchas la Plaza como lo hicieron en la noche menemista. Y una mayoría progresista y popular pegue un mazazo de unidad contra el neoliberalismo depredador y haya fiesta en el pueblo.Pongamos que el sistema solidario de reparto no pase el Congreso. Festejarán Macri, Carrió, Menem, la Banca Morgan, los buitres de las AFJP y las plumas mercenarias de los medios de desinformación.Y las cacerolas de teflón vuelvan a ganar las calles reclamando se respeten la “propiedad privada” de sus ahorros previsionales porque son “intangibles”, y ya que estamos “que se vayan estos zurdos que nos gobiernan”, que “encarcelen a los pibes de seis años de los barrios pobres”, y que “ni la soja ni las AFJP se tocan”. De nada valdrían las excusas pretendidamente neutrales de quienes resulten funcionales con su voto a favor de la derecha reaccionaria cuando “la privatización fue a los jubilados lo que la solución final de los nazis fue a los judíos, ¿me sigue?”¿Sabe por qué le da vértigo pensar esta posibilidad? Porque están en pugna nuevamente dos modelos de país. De un lado el país de la exclusión y el individualismo egoísta y del otro, el de la inclusión y la solidaridad social. Podemos ganar o perder. Y usted lo sabe.En un mundo que tiembla de miedo e incertidumbre, la Presidenta ya optó y profundiza el rumbo elegido democráticamente. Nombra a Perón, Evita, Jauretche y Ferrer y el nuevo relato de los argentinos avanza en su construcción colectiva. No hay tiempo que perder ante esos liberales que se dicen “marxistas”, pero por aquello de Groucho Marx: “Estos son mis principios, si no les gusta, tengo otros”.Es un momento fundacional para definir el país que queremos para los próximos cien años y es imposible que un gobierno lo haga solo. Todos debemos participar construyendo el futuro. Hagamos como Belgrano o San Martín que desde las trincheras daban la voz de “Alto ¿quién vive?” y desde el otro lado se respondía “¡la Patria!” para empezar a identificarse. Estamos como en ese principio, identificándonos, en una batalla que sigue siendo cultural.
Publicado en Miradas al Sur, 26-10-08

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