La Patria Grande ya tiene su propio
domicilio.
Desde ahora, el imponente y bello edificio
de la UNASUR, en Ecuador, a 13 km de Quito, en la mitad del mundo, albergará al
proyecto unificador sudamericano que tuvo en Néstor Kirchner “su primer
presidente”, como dijera Evo Morales el día que por unanimidad de los
mandatarios de toda la región, el ex presidente argentino asumiera la
Secretaría General del organismo.
Con la unidad lograda, el nuevo mundo
es cada vez más nuevo ante un mundo viejo que se viene a pique de la mano del
neoliberalismo depredador que azota a Europa, Japón y los EE.UU.
Aquí, en la América Latina, siempre
fueron así los hombres del poder real.
Desde que llegaron de España no
hicieron más que saquear a los pueblos, dividir y fragmentar la Patria Grande,
vivir a costillas del trabajo ajeno.
Siempre fueron así. Las clases
rentistas coloniales que nos dominaron durante cinco siglos tienen su modelo en
aquella Potosí que desangraron hasta la última gota. Y estos ladrones de guante
blanco que fugaron miles de millones de dólares durante los últimos años,
vienen del mismo modelo saqueador de Potosí.
Siempre fueron así. Parásitos.
Ladrones. Delincuentes. Saqueadores. Indolentes. Criminales.
Y vaya con la paradoja, porque es
ahora que, todos quienes abrazamos el proyecto emancipador americano, estamos en condiciones de aplicarles su propia medicina al
decirles a los sectores sociales colonizados por los grandes multimedios de
comunicación que les hacen eco, que miren hacia afuera de nuestro continente,
miren allende los mares, miren más allá de sus narices y de su propio ombligo
para darse cuenta de qué se trata el mundo en este siglo XX.
Allí están los “países serios” como
ejemplificaron siempre y pusieron de modelos para imitar.
Empecemos por nuestra bien o mal
llamada “madre patria”, España, el país colonizador de la región, el que nos
legó la lengua y mixturó su cultura con la de otros países y pueblos
originarios, pero aun así, no nos arrancó ese espíritu indomable que llevamos
en la sangre y la memoria, que es el mismo espíritu que tuvieran García Lorca y
Miguel Hernández y los republicanos derrotados por el franquismo.
Siguen llegando españoles a nuestras
playas por millares en busca de trabajo.
Un dato revelador: los trámites para
residir en la Argentina se triplicaron durante la presidencia de Cristina. Bienvenidos todos a un país con futuro como
somos nosotros.
La canciller alemana, Angela Merkel, aceptó
esta semana que “Europa no es ahora mismo una tierra de futuro para los
jóvenes”; los pibes europeos sufren tasas de desempleo del 40% y dicen tener
escasa confianza en encontrar un puesto de trabajo. Sondeos de opinión
calificados afirman que 6 de cada 10 jóvenes españoles desean emigrar en busca
de empleo y lo que es más dramático, dicen estar convencidos que en el futuro
ellos vivirán peor que sus padres. Allí se impone un nuevo vocablo que califica
a un amplio conglomerado social surgido de la crisis: “el precariado”, lo
llaman. Son jóvenes estudiantes y profesionales, artistas y comerciantes,
pequeños empresarios y trabajadores desocupados que deambulan entre la
inclusión y la exclusión social en busca de pasar la hora más dramática de sus
vidas.
¿Qué se estará incubando en esa
sociedad que empuja al desamparo a millones de ciudadanos que sienten perder su
propia identidad de tales? ¿Podrá llegar a tiempo el partido “Podemos” de gente
tan valiosa que nutre sus raíces en nuestra experiencia latinoamericana? ¿O
crecerá la ultra derecha como crece en Francia y como crece en Suecia al punto
de derrumbar al flamante gobierno de socialdemócratas y ecologistas?
Ahora ajústese el cinturón, porque es
preciso que sepamos, que admitamos y que divulguemos que esos depredadores del
pasado, del presente y del futuro no están sólo en Europa, están entre
nosotros. ¿O quiénes son los que fugaron nuestra riqueza a bancos en el
exterior, en cuevas financieras y paraísos fiscales?
Investigaciones como las reveladas
por la AFIP, a las que el gobierno de Cristina impulsa seguirlas hasta llegar a
fondo, caiga quien caiga y cueste lo que cueste, fueron muchas veces el fugaz y
hasta romántico contenido de variados mamotretos de formación
política-económica de honrosas organizaciones populares; pero jamás materia de
análisis y decisión estratégica de un gobierno, de un estado, de una gestión
oficial, como es ahora.
Cuando desde el poder en las sombras
que ejercen esos tipos impulsaron la truchada judicial allanando una oficina
vacía de un supuesto hotel de la familia presidencial y cuando proclamaron en
una reunión empresarial que el mercado volvería a torcerle el brazo al Estado
como en el pasado, estaban operando en defensa de sus intereses cueveros y
parasitarios.
Repasemos la información para
comprobarlo: “Altos directivos de las empresas más importantes del Grupo Clarín
engrosan la lista de contribuyentes que tienen cuentas que, según la AFIP, no
fueron declaradas en Suiza, y se suman a causas judiciales pendientes.
Estas cuentas habrían sido
concretadas a través de una serie de plataformas ilegales montadas por el banco
HSBC con el fin de facilitar la evasión en el pago de impuestos, en maniobras
por al menos 3.000 millones de dólares”.
Y la información sigue, consignando
algunos nombres de los presuntos implicados:“Saturnino Herrera Mitjans, del
Grupo Clarín; Pablo César Casey, sobrino de Héctor Magnetto y otros”.
“Serían 4.040 cuentas de clientes del
HSBC Suiza que son de nacionalidad argentina de los cuales 300 todavía no
fueron identificados y que, de acuerdo con una estimación de la AFIP, la evasión
fiscal estimada podría tener un piso de 3.000 millones de dólares”.
Los diputados se animaron a
investigarlos, ¿se animarán los jueces?
Lejos de esa podredumbre, Cristina
recibió el apoyo unánime de la UNASUR en Ecuador y al día siguiente, desde el mojón
que separa al mundo por el medio, la memoria de Néstor saludó a los pueblos
unidos de la América del Sur, como diciendo, “o estás de un lado o estás del
otro”.
Miradas al Sur, domingo 7 de diciembre
de 2014
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