Quizá la democracia y la historia
sean un continuo desembarco en playas nuevas.
Claro que para desembarcar antes hay
que elevar las anclas, soltar las velas del barco y echarse a mar abierto. Sólo
después se desembarca. Y se vuelve a andar.
Y así va la vida.
Lo cierto es que desde el día que
desembarcó Néstor Kirchner en la Casa Rosada, las playas se sucedieron sin
descanso.
Nos llevaría varias páginas repasar
cada una de ellas. Pero hay que recordar el punto de partida que no fue otro
que un Presidente desgarbado que barría de un plumazo a la Corte menemista, a
los altos mandos militares que aun guardaban olor a naftalina y a dictadura, la
bajada de los cuadros de los genocidas, la anulación de las leyes de la
impunidad y el indulto, la reapertura de los juicios de lesa humanidad y la
recuperación de la ESMA para resignificarla con vida, con memoria y con el
respeto a los derechos humanos de todos quienes habitamos suelo argentino.
Una de las primeras en entrar a ese
predio con sus compañeras del pañuelo blanco fue Hebe de Bonafini.
Cuentan incluso que ante la amenaza
de cerrarle las rejas para impedirle pasar, Hebe les manifestó que entrarían
igual, aunque tuvieran para ello que cortar los candados.
Allí empezó a nacer el ECUNHI,
Espacio Cultural Nuestros Hijos, de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, un
lugar de música y amor y solidaridad con los más humildes presidido más tarde
por la cantora popular Teresa Parodi, actual Ministra de Cultura.
Fue entonces que Hebe confesó que
había sentido la sensación de estar desembarcando en una nueva playa donde
estaba la memoria de sus hijos queridos.
El próximo 19 de diciembre a las 4 de
la tarde, Hebe y sus compañeras volverán a desembarcar en la ex Esma,en el
Espacio de la Memoria y los Derechos Humanos. Pero esta vez harán pie en el
Museo Malvinas, justo enfrente del ECUNHI, para ser recibidas con flores y
canciones y danzas y ex combatientes y militantes de toda una vida y jóvenes de
los barrios y gente simple y sencilla que seguramente se dará cita para
rendirles el merecido homenaje que ellas, las Madres, se merecen.
Será una manera de agradecerles tanta
vida y reparar con caricias los golpes que recibieran para la misma fecha en el
2001.
La política de Derechos Humanos del
gobierno de Néstor Kirchner primero y de Cristina después, es una voluntad
militante llevada a la categoría de política de Estado.
Desde esa voluntad se transformó el
país de cuajo, desde los cimientos, desde el pie. No entender este origen del
proyecto nacional y popular expresado por el kirchnerismo en estos años, es no
haber entendido nada de la historia, de
la política, de la vida.
Si cambió la época, como afirmamos,
es porque el Estado que mataba jóvenes y exaltaba la guerra, hoy convoca a los
jóvenes para construir una democracia cada vez más justa, soberana e inclusiva.
Vaya con la diferencia.
Y si esta es realmente la hondura de
la política de Memoria, Verdad y Justicia, la hondura de la declaración de
Mauricio Macri sosteniendo que si llegara a la presidencia se terminaba “el
curro de los derechos humanos”,llega hasta la propia dictadura cívico militar.
Desmerecer, desdibujar o subestimar
sus dichos sería un error que nos puede costar muy caro como sociedad
Si proyectáramos esa nefasta
afirmación llegaríamos a la insalvable conclusión de que un cambio abrupto en la dirección de los
vientos del proceso político iniciado en el 2003 implicaría el intento, también
desde el Estado, de echar por tierra con los cimientos de la nueva época.
No es broma. No es dramatizar al
cuete. No es sobreactuar la proclama cuasi golpista de los que quieren
dinamitar el actual proyecto de país en curso. Es simplemente advertir a tiempo
lo que puede suceder si gana Macri o cualquier otro invento opositor.
Nada de eso sucederá. Pero la
política es voluntad y a la voluntad hay que dotarla de organización y
convicciones para lograr más victorias en beneficio del pueblo y de la vida.
La Plaza de Mayo ayer llena de pueblo,
con el claro liderazgo de Cristina, es un certificado de garantía hacia el
futuro. No hay que dormirse en los laureles hasta que llegue la hora del nuevo
desembarco. Estamos navegando en aguas agitadas a nivel mundial. Acechan los
peligros de este a oeste y de sur a norte.
Por eso sobresale Argentina que, como
dice la FAO, logró recuperar el valor adquisitivo de los salarios destrozados
en la crisis del 2001.
Pero lo novedoso, lo que marca la nueva
época en toda su extensión y profundidad es que toda la región ha crecido como
ningún otra en el mundo.
Dice José Graziano da Silva, Director
General de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, FAO: “América Latina y
el Caribe se ha convertido en un referente mundial en la lucha contra el
hambre. No sóloe s la única región del mundo que ha logrado alcanzarla meta del
hambre de los Objetivos de Desarrollo del Milenio reduciendo a menos de la mitad
su proporción de personas subalimentadas desde 1990, sino que se trata de la
única que todavía tiene a su alcance la meta más ambiciosa dela Cumbre Mundial de
la Alimentación (CMA), que busca reducir el número total de personas con hambre,
un reflejo de la prioridad que la región completa le ha otorgado a la lucha
contra el hambre.Los logros regionales no son producto del azar ni del mero
desarrollo económico. Nacen de una decisión expresa de asumir la lucha contra el
hambre como un compromiso político al más alto nivel, respaldado, abrazado y
empujado por toda la sociedad.”
El Informe anual de la FAO indica: “Según
el Panorama 2014, en números absolutos el hambre en la región bajó de 68,5
millones de personas a 37 millones en poco más de veinte años. La mayor
reducción se ha dado en América del Sur: de 60,3 millones en 1990-92 a 29,5 en
la actualidad…La región ya alcanzó la meta del hambre de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio”
Que las Madres de la Plaza desembarquen
la vida en el Museo Malvinas significa que aunque falta
mucho por andar, los sueños revolucionarios de sus hijos ya son una
realidad.
Miradas al Sur, domingo 14 de
diciembre de 2014
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