domingo, 16 de noviembre de 2014

No se vaya que ahora viene lo mejor


El proyecto opositor ha fracasado. Estalló por el aire. Se hizo añicos la meta de juntar toda o una buena parte de la oposición en un mismo frente o alianza, ni bien asomaron las primeras definiciones acerca de candidaturas rumbo al 2015.
Era de esperar, pero es una pena para el oficialismo no tener con quién discutir proyectos de país diferentes, debatir ideas, marcos de referencia democráticos para la región y el mundo.
Es que la mediocridad hizo estragos en las filas de una oposición política y  mediática que intentó unificarse en torno a un motivo que la historia reciente demuestra como ineficaz en términos de construcción: la oposición por la oposición misma.
Chau, no va más.
Ni FAUNEN, ni la progresía anti-K, ni el radicalismo, ni el massismo comelotodo, ni el macrismo como fase superior de la derecha neoliberal, expresan hoy una opción superadora y tentadora para la porción de ciudadanos que querrían votar una alternativa al gobierno actual.
Pero atención: eso no significa que el escenario quede libre de opositores. Por el contrario, igual van a llover ofertas desde de la diáspora obstruccionista contra todo lo que haga o deje de hacer el gobierno nacional.  
Venimos sosteniendo desde hace tiempo que la falta de liderazgo político y la ausencia de un proyecto de país sustentable que pueda presentarse como pretendido “cambio” del actual proyecto nacional, popular y democrático, tornaba inevitablemente estéril cualquier intento de armado político superador. 
Es lo que viene pasando.
Nito Artaza, de la UCR-FAUNEN, sostiene que cometieron un tremendo error cuando firmaron un acuerdo con Elisa Carrió.  
Luis Juez, el dirigente ex progresista cordobés de FAUNEN, sostiene la necesidad de acordar con el PRO de Macri.
Otro radical importante como Gerardo Morales sostiene que hay que acordar con Sergio Massa.
Otro correligionario importante como Mario Barletta, afirma que no deben opinar puertas afueras del FAUNEN, que todo deben discutir puertas adentro del partido.
Ernesto Sanz y Elisa Carrió promueven la necesidad de aliarse con Mauricio Macri. 
Hay más, pero el muestrario sirve para mostrar el grosero contraste entre una oposición que sólo sabe mirarse el propio ombligo al enfrentarse entre ellos mismos y un Frente para la Victoria gobernante que casi en soledad, en cuanto representación institucional, enfrenta a los Fondos Buitres, al gobierno de Obama por prestarles su apoyo, al Reino Unido en defensa de la soberanía argentina en las Malvinas y a las principales cuevas financieras que responden a grandes bancos y que son autores penalmente responsables de sobrevalorar el dólar y atacar continuamente la moneda nacional.
Imagínese el país que nos aguardaría con estos señores gobernando. La ciudad porteña, en tal sentido, sigue siendo una maqueta viviente de esa oposición. Un ejemplo sirve para explicarlo todo, decía Napoleón: la mortalidad infantil, que es el principal indicador de calidad humana en todo el mundo, ha descendido constantemente a nivel nacional, menos en Buenos Aires donde aumentó en el último año.  
Una vergüenza total, tratándose de la comarca más rica de la Argentina.
Claro que con el quiebre final del último partido que aún queda en pie del viejo sistema de partidos políticos fagocitados por la crisis del 2001 (el radicalismo), es posible que el voto a Macri, pese al dramático dato mencionado antes, termine siendo vendido por la corporación mediática como el voto útil de la derecha.
Qué país generoso, diría mi padre.
Si a la dirigencia opositora le va de mal en peor, a su base social conservadora no le va nada mejor. ¿Por qué lo decimos? Porque no hay que dejar de señalar el rotundo fracaso del último y desesperado intento de convocar a un nuevo “cacerolazo” este jueves pasado. No fue nadie. Y los que fueron, asustaban a los chicos que pasaban por allí, que creyendo ver fantasmas, lloraban pidiendo upa a sus respectivas madres.   
Es de antología la consigna que utilizaron para esta nueva convocatoria fracasada: “Patria o Kirchner”. ¿Quién les escribe el guion? ¿El juez Griesa? ¿Paul Singer? ¿Frankenstein?  ¿Nelson Castro? ¿Quién?
Si no fueran tan vendepatrias y  no estuvieran tan llenos de odio, sinceramente nos darían mucha pena. Pero como argentinos que somos, sólo nos despiertan indignación. Mucha indignación.
El Kirchnerismo deberá estar atento a las operaciones cruzadas que prenderán instalar sobre la cabeza de sus dirigentes. Esas operaciones siempre serán orquestadas desde afuera de la gestión de gobierno y del frente gobernante. Le inventarán candidaturas, reuniones “secretas” que se hacen públicas, alianzas que nada tienen que ver con la génesis del Kirchnerismo, aviones que se cruzan en la pista.  
El mundo es un pañuelo, Magnetto; y en esta historia nos conocemos todos.
En cambio, la oposición no precisa que nadie lo opere desde afuera, porque se operan entre ellos mismos con sus rencillas internas.
Por eso, cuando repetimos la muletilla televisiva de que “no se vaya que ahora viene lo mejor” estamos diciendo, en serio, que si lo mejor está por venir para el grueso del país a partir de las políticas de estado del gobierno de Cristina, lo más estruendoso de la caída opositora todavía no ocurrió.
Será para alquilar balcones.
No es esta una afirmación del orden de la moralina, como dijimos en una nota anterior. Es una estricta descripción y cotejo de un gobierno que juega en las grandes ligas que definen el futuro del país, de la región y el mundo, de un lado y del otro, una oposición que se la pasa jugando a la silla vacía en el patio de su casa.
¿Nos vamos cantando una de Silvio Rodríguez?
“Me vienen a convidar a arrepentirme, me vienen a convidar a que no pierda, me vienen a convidar a indefinirme, me vienen a convidar a tanta mierda.
Yo no sé lo que es el destino, caminando fui lo que fui. Allá dios, que será divino.
Yo me muero como viví, yo me muero como viví”
O sea.
La única necedad que admitimos, es la de honrar la vida.  
Y esto lo reafirmamos con dos patriotas de nuestro tiempo: Néstor y Cristina.


Miradas al Sur, domingo 16 de noviembre de 2014


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