El discurso del ministro Axel
Kicillof y del Canciller Héctor Timerman ante la OEA, el jueves 3 de julio
pasado, debiera ser leído y analizado en las escuelas, en las Universidades, en
las fábricas, en las plazas, en las legislaturas, en las empresas, en los
barrios y en los templos religiosos.
Es que esta batalla contra los
buitres la ganamos juntos y movilizados; o no la ganamos.
Expondremos cinco conceptos que
creemos centrales para ayudar a entender el momento histórico que estamos
viviendo en el país y en la región.
1.- Los fondos buitres no constituyen
la última fase del capitalismo, sino su negación.
2.- Los mejores aliados de los fondos
buitres siguen estando en la Argentina.
3.- América Latina es el territorio
donde se libra la batalla definitiva contra el voraz capitalismo financiero que
acosa a la Argentina y al mundo entero.
4.- El capitalismo buitre no tiene su
origen en la crisis del 2001 ni en la caída del Lehman Brothersen 2008 ni en el
Tea Party ultra conservador de los EE.UU.,
sino en el sangriento golpe de estado del 24 de marzo de 1976 en la República
Argentina.
5.- La victoria final contra este
virus letal para las naciones y los pueblos del mundo, está hoy mucho más
cercana.
La taba está en el aire. Si cae, como
esperamos que caiga, del lado de Argentina, los pueblos de la región y del mundo
entero, podrán respirar aliviados porque se habrá impedido el triunfo de los
explotadores y especuladores más rapaces y crueles del sistema capitalista.
Estos fondos liderados por Paul
Singer, apoyados judicialmente por el juez Griesa y sostenidos políticamente
por el falso “neutralismo” de Canadá y los EE.UU, no son a la maquinaria del
capitalismo su aceite lubricante, sino la basura que tapa sus arterias y
cañerías vitales. Ellos sí que son la grasa de los capitales, parafraseando la
bella canción de Charly García y el mítico grupo Serú Girán.
Estos fondos buitres no favorecen el
circuito virtuoso de la producción y el trabajo ni de la ganancia legítima y el
consumo popular, sino que constituyen un taponamiento letal para el desarrollo
de la sociedad a escala planetaria. Son usureros vip. Son asaltantes de caminos.
Son la escoria que nació del vientre del capitalismo para acabar con él y no
para favorecerlo.
Con ellos no hablamos de un sistema
social superador al que floreció con la Revolución Industrial en Francia e
Inglaterra en el siglo XVIII y se expandió en los siglos XIX y XX. Estamos hablando de un esquema de
acumulación financiera que afecta los cimientos del sistema económico que
adoptó la humanidad en los últimos 300 años.
El mundo tendrá que acabar con esa
usura criminal si quiere salvar a la civilización.
Basta con leer los grandes medios
corporativos de Argentina, escuchar sus
radios y ver sus programas de TV, para comprobar que estamos en lo
cierto cuando enunciamos el segundo punto de esta nota.
Mientras al gobierno de su propio
país, Argentina, lo ametrallan diariamente, a los fondos buitres lo justifican
de la manera más ruin y vende-patria que hayamos conocido. Ni que hablar de esa dirigencia política
opositora local que prefiere ubicarse al fondo, a la derecha, para atacar las
instituciones argentinas. Cuando el país está en peligro, estas actitudes se
llaman simple y llanamente “traición a
la patria”.
Nótese que la OEA aprobó casi por
unanimidad el apoyo solidario a la Argentina; el “casi” fue por la posición
contraria de EE.UU. y Canadá. Esto quiere decir que la América Latina y el
Caribe están férreamente unidos librando esta batalla contra los buitres
financieros y su sostén judicial y político.
Es interesante repasar el origen del
desquicio (como lo llamó Kicillof) que provocaría el cumplimiento del fallo del
juez de Nueva York, Thomas Griesa.
El 24 de marzo de 1976 se inició en
la Argentina una larga etapa signada por la irrupción del sistema democrático
con el derrumbe violento del esquema productivo industrial en pleno desarrollo
y su reemplazo por un sistema económico basado en la renta financiera especulativa.
El fantasma de Martínez de Hoz y Domingo Cavallo recorre el mundo, fijando
domicilio en el despacho del juez neoyorquino.
Los peores parámetros de la dictadura
serían repuestos si Argentina cae en las garras de los buitres. La desocupación
obrera, el hambre y la miseria de la población, la muerte de la industria, la
caída en picada de las reservas del Banco Central, la negación de la cultura y
la educación como factores de cambio y la multiplicación sideral de la deuda
externa, arrastrarían a todos los países en situación semejante.
¿Y por qué somos optimistas sobre la
suerte final de esta partida? Porque entramos a una etapa donde la resolución
de esta crisis política crucial que atraviesa la Argentina y el mundo, abre las
puertas de un nuevo ciclo venturoso donde lo viejo, condensado en el modus
operandi de estos buitres, terminará al fin por derrumbarse mientras lo
nuevo se parará sobre sus propios pies para empezar a caminar hacia un nuevo
horizonte para la humanidad.
En honor a Charly nos vamos cantando esa
canción a la que hoy le pedimos prestado el título, pero también recordando a
Néstor y en honor a Cristina, con aquella
zamba a Luis Burelas, el gaucho de Salta que le cuidó las espaldas a Manuel
Belgrano; esa que decía “Con qué armas señor lucharemos, con las que le
quitaremos, dicen que gritó”.
O sea.
“Que importan
tus ideales, que importa tu canción. La grasa de las capitales cubre tu corazón.
¿Por qué tenes que llorar? Es que hay otro en tu lugar que dice: Vamos, vamos,
la fama, la oportunidad está aquí; lo mismo me pasó a mí, lo tienes todo, todo y
no hay nada.
A buscar el pan y el vino ya fui
muchas veces a sembrar ese camino que nunca florece, no transes más. Con la
cantina, con la cantora, con la TV gastadora, con esas chicas bien decoradas,
con esas viejas todas quemadas, gente revista, gente careta, la grasa inmunda
cual fugazzetta!
¡No se banca más! La grasa de las
capitales no se banca más”.
Miradas al sur, domingo 6 de julio de
2014
1 comentario:
Patetico ... dan asco
Publicar un comentario